¿A dónde va el gobierno?
A poco más de 20 días de iniciado el mandato de Pedro Castillo y a menos de una semana de la presentación del gabinete Bellido ante el Congreso de la República, la incertidumbre sobre el rumbo del país va en aumento. De un lado, un gobierno que no da señales de cómo va a concretar los anuncios del mensaje de 28 de julio, y del otro, un conjunto de bancadas parlamentarias que oscilan entre sus propias pugnas internas y una oposición frontal al gobierno. Y al medio, o al margen, una ciudadanía cuya expectativa sobre la capacidad del gobierno comienza a disminuir.
Producto del fuego graneado entre oficialismo y oposición -con fiel concurso de un puñado de grandes medios de comunicación-, el gabinete Bellido ha sufrido su primera baja: Héctor Béjar. La difusión de declaraciones previas a su nombramiento, referidas a atentados y hechos de violencia en la década del 70 motivaron un reclamo de la Marina de Guerra - tan airado como inconstitucional- precedido de un pedido de interpelación por parte del Congreso y una sostenida campaña de demolición en redes sociales y algunos diarios de la capital. La renuncia solicitada a Béjar es principalmente una muestra de la incapacidad del gobierno para sostener el nombramiento de un actor con las características del ahora ex canciller.
Más allá de los debates sobre la memoria histórica o el negacionismo en la historia política del siglo XX, lo ocurrido con Béjar reviste gravedad por otras razones. En primer lugar, por su impacto en el proceso de adquisición de las vacunas. Luego, porque es evidencia de la fragilidad del gobierno y las tensiones al interior del mismo, amplificadas no solo por la oposición y sus medios aliados, sino por la altisonante participación de Vladimir Cerrón en la agenda del día a día, en contraste con los silencios del presidente Pedro Castillo. El liderazgo del Presidente aparece así disminuido, para provecho de una oposición sumamente agresiva que comienza a lograr victorias fáciles.
En Noticias SER consideramos que en este contexto de incesante confrontación entre la oposición y el gobierno, el presidente Pedro Castillo tiene que tomar en cuenta diversas alertas del malestar ciudadano tanto por el alza de precios o las limitaciones en el proceso de vacunación, como por la expectativa de sus electores de primera o segunda vuelta, cuyas necesidades y demandas esperan respuestas concretas, y no más promesas. El reinicio del paro de las comunidades de Chumbivilcas afectadas por el corredor minero del sur, es solo un primer campanazo que el gobierno no debe ignorar.