Amnistía Internacional, 60 años trabajando por los Derechos Humanos
Conformado por Irene Abugattás, Carmen Rosa Cardoza, Carmen Checa, Joanna Drzewieniecki, Frida Escalante, Silvia Macciotta, Jorge Moscoso, Marcela Ríos, Adolfo Riofrío, César Rodríguez y José Siancas.
La vela rodeada de espino es el símbolo de Amnistía internacional (AI) y Peter Benenson al prenderla durante un aniversario dijo: “Es para quienes no hemos podido rescatar de prisión, para quienes fueron tiroteados de camino a la cárcel, para quienes fueron torturados, para quienes fueron secuestrados, para quienes desaparecieron. Para ellos es esta vela”
Cada 28 de mayo conmemoramos el nacimiento de un movimiento que tuvo su origen de manera singular, lo que nos recuerda a su fundador el abogado inglés Peter Benenson (1921-2005), quien publicó en esa fecha su artículo “Los presos olvidados” en el Diario “The Observer”.
En ese artículo relata la injusticia cometida por la dictadura de Antonio de Oliveira Salazar, al encarcelar a 6 estudiantes en Lisboa, por el solo hecho de brindar por la libertad; al mismo tiempo Benenson hizo un llamado a la amnistía para la libertad de los jóvenes, y la respuesta desbordó las fronteras de Gran Bretaña y se convirtió en una acción internacional solidaria, ese fue el comienzo del movimiento.
En el artículo señala el espíritu e iniciativa de un grupo de abogados, escritores y editores que, como él, estaban en la lucha bajo el principio de Voltaire “Detesto tus ideas, pero estoy dispuesto a morir por tu derecho a expresarlas”
Gracias a esta acción internacional solidaria, desde diferentes lugares del mundo llegaban cartas a las autoridades portuguesas solicitando la libertad de los estudiantes, gracias a lo cual se logró su libertad. Esta experiencia inició las “Acciones Urgentes”, escribir una carta era salvar una vida, en aquel tiempo eran cartas, télex, fax, telegramas. Actualmente se usan las redes sociales existentes, cada vez más numerosas, como Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp entre otras, lo que facilita una intervención inmediata.
Han pasado 60 años de trabajo incansable de Amnistía Internacional por la defensa, promoción, prevención y difusión de los derechos humanos. Actualmente cuenta con más de 10 millones de personas voluntarias, en más de 150 países y territorios. El valor del voluntariado es sustancial y lo hace singular porque su estructura se basa en equipos operativos en las sedes nacionales y en una gran membresía individual o agrupada por grupos funcionales a las campañas y desarrollo especializado en algunos casos.
En sus inicios AI se enfocó en los prisioneros de conciencia: uno de los más célebres fue Nelson Mandela, quien fue adoptado por varios grupos de AI en el mundo, entre ellos el Grupo 1, Mandela decía que al leer las cartas de AI le daban esperanza de libertad. Luego comenzaron las campañas para abolir la pena de muerte y la tortura. De la misma manera logró documentar una lista de 2,665 personas desaparecidas entre 1976 y 1979 en Argentina.
La metodología de AI es enviar a sus investigadores a los países de donde llega la información, para entrevistar a las autoridades, familiares, victimas, testigos, entre otros. Son visitas oficiales muy rigorosas e imparciales.
En el Perú de manera especial recordamos a un investigador que trabajo a finales de los 70 hasta principios de los 90 en la región andina, se trata Michael McClintock, quien comenzó a usar el concepto de “ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias”, que antes no se utilizaba, que fue adoptado posteriormente por la jurisprudencia internaciona, y además ha sido testigo en juicios en varias cortes donde sus investigaciones han servicio de prueba. Un caso emblemático para el Perú fue Los Cabitos, que fue una Base Militar que sirvió como un centro de detención y tortura, tal como se concluye en el juicio.
Los informes de AI escritos por McClintock en los 80, dieron origen a una frase famosa del presidente Fernando Belaúnde quien dijo a la prensa: “los informes de Amnistía Internacional los echo a la basura”. No fue el único. En el mundo hay personajes como el Ayatolah Jomeini, Sadam Hussein, Margaret Thatcher, Augusto Pinochet, Jair Bolsonaro, entre muchos más que han criticado o rechazado a la organización.
En el Caso “El Frontón”, AI fue la primera organización que denunció internacionalmente el caso, llegando una misión especial encabezada por el Secretario General Thomas Hammarberg, lo que fue un lamentable hito para el Perú, que apareció en todas las portadas del mundo.
AI es observador en la Asamblea de Derechos Humanos de Naciones Unidas, ha impulsado las Convenciones internacionales para la abolición de la Pena de Muerte, Tortura, Desaparición Forzada, entre otros instrumentos de protección de derechos humanos. Ha apoyado también la creación de la Corte Penal Internacional. Realiza campañas muy fuertes y consistentes de corto, mediano y largo plazo en diversos temas - desde hace décadas AI ha ampliado su mandato y se ha descentralizado por regiones - el control de armas, cambio climático, derechos de las mujeres, pueblos indígenas, LGBT, entre muchos más. Así como desarrollando una pedagogía para la educación en derechos humanos como una forma de prevención.
El acercamiento de personalidades de la cultura y las artes de diferentes países ha sido fundamental para llegar de manera masiva a más lugares. Pintores renombrados como Picasso, Miro, Folon entre muchos, brindaron su arte para que AI lo utilice para difundir sus campañas.
En 1988 artistas como Sting, Peter Gabriel, Bruce Springsteen, Tracy Chapman, Youssou N´Dour realizaron una gira internacional “Human Rigths Now” (Derechos Humanos Ahora) en varios continentes. Lo más cercano al Perú fue en Argentina en dos ciudades: Mendoza, por la cercanía con Chile - cerrando la canción “Ellas bailan solas” de Sting las madres y esposas de los detenidos desaparecidos, y Buenos Aires con las Madres de Plaza de Mayo. En estos conciertos se sumaron artistas muy queridos como León Gieco, Charly García y en Brasil, Milton Nascimiento.. Esta gira no pasó por Perú porque la situación de violencia que vivía el país no ofrecía seguridad, ni la infraestructura necesaria.
Amnistía Internacional ha recibido premios y reconocimientos, entre los que destacan el Premio Nobel de la Paz en 1977 y el Premio de Derechos Humanos de Naciones Unidas en 1978.
Desde 1980 el Perú cuenta con una sede oficial, y es una de las secciones con mayor trabajo y tradición en la región andina. A finales de los 80 la oficina sufrió un atentado con una carga de anfo, en el que solo hubo pérdidas materiales. A pesar de esas circunstancias la cálida, comprometida y dinámica presencia de algunos miembros - algunos de ellos ya no están entre nosotros como es el caso de Juan Abugattás, Addie Barandiaran y Oscar Peña – la sección siguió adelante con su trabajo.
Durante la pandemia la actividad no ha parado y el movimiento se concentró en varias campañas entre ellas la campaña “Búscalas”, el drama de las mujeres de toda edad desaparecidas, el derecho a la vacuna universal, además de las campañas globales.
El Grupo 1 de Amnistía Internacional Perú está conformado por Irene Abugattás, Carmen Rosa Cardoza, Carmen Checa, Joanna Drzewieniecki, Frida Escalante, Silvia Macciotta, Jorge Moscoso, Marcela Ríos, Adolfo Riofrío, César Rodríguez y José Siancas.