Añorando el terruño en Chanchamayo
En la segunda mitad del siglo XIX muchos europeos se establecieron en las montañas de Chanchamayo y Vitoc, en aquel entonces, distritos de la provincia de Tarma. Las políticas de colonización permitieron que estos inmigrantes denunciaran o compraran terrenos, a un costo accesible, cerca a las quebradas y ríos de mediana magnitud de la selva central para dedicarse a la agricultura.
Dejar su país en busca de un mejor porvenir, conllevaba que la nostalgia por la tierra natal fuera muy grande. Por ello, muchas familias pioneras pusieron a sus haciendas o fundos los nombres de sus localidades y países de origen.
A saber, en las orillas del río Oxabamba, el francés Juan Monier tuvo su hacienda Nueva Auvernia, nombre de su provincia de origen. Lo mismo ocurrió en los alrededores del Tulumayo, donde el alemán Juan Kohler nombró Tirol a su fundo; y, como consecuencia, una de las cataratas más representativas de San Ramón se llama así.
En San Ramón, antes de cruzar el puente Herrería por la ladera izquierda del río Chanchamayo, se encontraba el fundo Roma de los hermanos italianos Juan y José Busso. Igualmente estaba la hacienda Génova, fundada por el matrimonio de Ignacio Bonelli —natural de Savona, cerca de Génova— y Clotilde Victoria; y que luego pasó a los Pastorelli y a los Bohl. La hacienda Francia, fundada por Eugenio de Rurange —primer administrador civil de las colonias europeas de Chanchamayo— y perteneciente, por décadas a la asociación gala Faure y Garnier con domicilio en Lima. También se hallaba el fundo Nueva Bretaña, posiblemente de un peruano, hijo de ingleses. Y por último, el fundo Italia, de los hermanos Malfino o Molfino; que años después, desaparecieron por completo de Chanchamayo.
Ya en La Merced, en la quebrada del Carmen se afincó la familia Mapelli Brioschi que le puso a su fundo Lombardía, región de donde provenían. Lo mismo ocurrió con el italiano José Giacomotti y su esposa chanchamayina Victoria Raiter, que llamaron a su fundo Piamonte en la quebrada del río Toro. Cerca de allí, unas décadas antes, los hermanos de la región costera noroeste de Francia, Luis y Juan María Chauvet —fundadores de la colonia europea de Chanchamayo— establecieron el fundo Armorique —en español Armórica—, que luego pertenecería a la familia Gerbi Colombo hasta la actualidad.
Otro ejemplo es de los franceses Bossiere que a su fundo lo nombraron Borgoña en las pampas de Kimiri, hoy en día una zona altamente turística de Chanchamayo. A su vez, en las alturas de la quebrada Santa Rosa, la pareja austriaca Mark Öttl llamaron a su fundo La Mosela, como el famoso río de Europa; esta propiedad fue titulada por su hija María Mark en 1898, quien luego se casó con Teodoro Jordan, natural de Eschwege. Muy cerca de allí, el alemán Carlos O. Schunke, esposo de la tarmeña Manuela López, decidió denominar a su fundo como a su estado de origen, Turingia. Otro caso, es el del italiano Albino Squillario, quien puso a su fundo, Venecia, en la quebrada del río Toro. El suizo Gottardo Serina llamó a su predio, Helvetia. Finalmente, el germano Emilio Born designó a su fundo Teutonia en las riberas del río Tulumayo, muy cerca del Tirol en San Ramón.
Estos colonos pioneros atesoraron sus lugares de origen en una tierra muy lejana, en donde con el pasar del tiempo decidieron establecer un hogar; siendo Chanchamayo, el escenario privilegiado del inicio de una nueva historia para ellos y sus familias.