Arequipa, entre la fiesta intelectual y el circo político
Sociólogo
Arequipa está arrobada con su quinta edición del Hay Festival. La peste no ha impedido que filósofos, científicos, artistas, literatos; en fin, las mentes más brillantes del planeta se reúnan, esta vez en formato virtual, para dialogar y discutir sobre sus obras, propuestas, últimos descubrimientos, etc. Así, Arequipa ha escuchado al Premio Nobel Yunus y su idea de crear una nueva economía; a Harari y su visión sobre lo nocivo del aislacionismo en un mundo cada vez más interconectado; a Pinker, sobre nuestra natural inclinación a la violencia, pero también a la empatía y cooperación; a Zuboff y su teoría de la peligrosísima era del capitalismo vigilante; ha escuchado fascinado a Renata Flores cantando temas de Michael Jackson en quechua, y hay muchísimo más que durará hasta el 8 de este mes, y que ha convertido a la Ciudad Blanca en uno de los faros de la cultura mundial.
A la vez, este desfile de científicos, artistas y literatos que participan en el Hay Festival, hacen de Arequipa la ciudad soñada; es decir, aquella donde se alienta y cultiva las ideas; donde la gente abarrota los teatros o escenarios para escuchar a lo más graneado de la intelectualidad mundial; aquella donde es posible caminar y codearse con un Premio Nobel, etc. Mientras el Hay Festival hace que Arequipa, se ensueñe de ciencia, arte y cultura, en Lima, y concretamente en la Plaza Bolívar nuestro Congreso nos recuerda que el estado natural de la política peruana es el hedor, la fetidez que tiene como protagonista al mismísimo Martín Vizcarra, presidente nuestro, cuya cabeza ha sido nuevamente pedida para vacarlo.
Que el mandatario protagonice una nueva crisis que hace tambalear mucho más al país, no es raro para los arequipeños. De eso estamos más que acostumbrados, y no sólo para referirnos al actual gobernador regional, cuyas cantinfladas ya son de conocimiento y generan la risa nacional, sino, incluso, de su antecesora, Yamila Osorio, involucrada en investigaciones por millonarios actos corruptos en su mandato. Es decir, lo que ocurre en la capital y en especial a nuestro mandatario, ya se ha convertido en una constante que atraviesa a toda la clase política del país, y que ha hecho de la protesta o del pedido de vacancia un libreto desgastado y aburrido, ya que lo que se ha descubierto es que detrás de todo esto, no existe un espíritu de enmienda o reorientación de la política, sino un negociado para acomodar las piezas del poder para que todo siga igual…o peor.
Por esa razón, la indiferencia es lo que se respira en Arequipa, ante la noticia de un nuevo pedido de vacancia a Vizcarra; es decir, nadie ha salido a defenderlo, y mucho menos nadie saldría a protestar sí realmente sucediera, por más que estos días, tanto el mandatario nacional y regional (Vizcarra y el cantinflesco gobernador) se hayan tomado fotos en Palacio de Gobierno simulando discutir la reactivación del Proyecto Majes-Siguas II. Lo que ha visto Arequipa en esa imagen, es pura pose, un meme; o, en todo caso, les ha vuelto a la memoria, como ambos complotaban, mismos mafiosos, contra el proyecto Tía María para un beneficio político enteramente personal, y no regional, y muchísimo menos nacional.
Pareciera pues que Arequipa está atravesada por la indiferencia de lo que ocurre en la política nacional, mucho más a partir del hecho de que en la actual coyuntura electoral, su participación será nula, puesto que las actuales reglas impiden que los movimientos regionales participen, a menos que se alíen a partidos nacionales. Aquí nadie lo ha logrado, excepto una política muy mediática, que antes se ufanaba de demócrata, pero que hoy se ha juntado con el autoritarismo antaurista. Es decir, nada de qué ilusionarse, al contrario, más frustración.
Viéndolo bien, mejor que así sea, pues, ya es tiempo de darnos cuenta de una vez por todas, que la política en nuestro país no es una fuerza liberadora, ni siquiera esperanzadora, sino una debilidad permanente, una garantía de frustración y sin ningún signo de recuperación. Mejor que así sea, para que Arequipa siga concentrada en los últimos días del Hay Festival, ya que eventos como ese son los que realmente nos hacen descubrir que un mundo mejor sí es posible