Arranca la campaña electoral en Cusco
Corresponsal en Cusco
La coyuntura electoral comienza a moverse en Cusco y de acuerdo a los plazos ya planteados por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en los próximos días tendremos mayor claridad de quienes serán los pre candidatos congresales de los 24 partidos políticos con inscripción vigente. Si hacemos un primer mapeo en la región cusqueña, los que van a competir no serán rostros nuevos, ya los hemos visto en las elecciones complementarias al Congreso e incluso, en las últimas elecciones municipales y regionales.
Los pre candidatos y candidatas que ya se vienen voceando, y no pocos ven este proceso electoral como parte de una estrategia de mantenerse vigente en el escenario local, apuntando a las elecciones regionales y municipales del 2022; por ello esta coyuntura es clave para determinar el futuro de varios aspirantes al gobierno Regional y a los gobiernos provinciales y distritales.
Las candidaturas presidenciales y sus defensores en Cusco
Los dados ya están en el aire y traen consigo a los candidatos presidenciales y las fórmulas electorales; lo interesante será observar quienes serán los cusqueños y cusqueñas que acompañen a estos “liderazgos”. En el lado de la derecha, George Forsyth ya fue acogido por Restauración Nacional; y en el Cusco, quien ha seguido sus pasos de forma literal, es el ex alcalde del distrito Wanchaq, David Mormontoy, al renunciar a su cargo para postular al Congreso. Ante esa decisión, varios sectores de la población han cuestionado el actuar de Mormontoy y lo han denominado el “Forsyth de Cusco”.
Quien no ha perdido el tiempo es el congresista Daniel Urresti, en los muros más visibles de la ciudad y en los bordes de las pistas, ya aparecieron sus pintas junto a William Vega, cusqueño que ya fue candidato congresal, y que con dicha propaganda anuncia su participación y los recursos económicos de los que puede disponer. Uno de los antecedentes más resaltantes de William Vega es haber sido coordinador regional de Fuerza Popular, un ejemplo más de cómo Daniel Urresti buscará atraer el voto fujimorista.
Un proceso propio será de Acción Popular, en donde la división interna lo tiene en mal pie. En el caso del Cusco tienen el Gobierno Regional y eso genera otras contradicciones internas. Otro partido que merece una observación particular es el Partido Morado, su candidato presidencial, Julio Guzmán llega desgastado al proceso y sin las expectativas que generó el 2016, su candidato más voceado es el Dr. Pablo Grajeda, ex jefe del Comando Covid del Cusco; justamente su salida de este cargo tan importante fue porque el Gobernador Regional del Cusco, habría considerado que Grajeda estaba utilizando su cargo para favorecer su candidatura.
Por último, tenemos a la izquierda que no ha logrado consolidar procesos unitarios, lo que otra vez dispersará sus votos; lo más visible es la candidatura de Verónika Mendoza quién firmó un acuerdo con Juntos por el Perú, y viene desarrollando este fin de semana sus elecciones internas virtuales y abiertas. El Frente Amplio asumirá el proceso dividido por las aspiraciones presidenciales de Marco Arana; de la misma forma, Perú Libre y Democracia Directa no lograron llegar a un acuerdo y al no tener un liderazgo nacional corren el riesgo de no pasar la valla electoral y perder su inscripción legal.
La población y su indiferencia al proceso electoral
Sin lugar a dudas están serán las elecciones presidenciales y congresales más atípicas en la historia de nuestro país; por una parte, están todas las complicaciones que ha traído la pandemia del covid-19, sus impactos y consecuencias en la economía y en la sociedad peruana; de otra parte, este proceso electoral se da en medio de la crisis política e institucional irresuelta.
Si bien es cierto, las encuestas ya nos quieren imponer figuras y nombres presidenciales, lo que no pueden ocultar, es que por el momento más del 50% de población peruana no está al tanto de las elecciones y aún no tiene una preferencia, tal como hemos visto en anteriores procesos, el desapego a la política y la desconfianza de la ciudadanía, conseguirá que este porcentaje se mantenga hasta semanas previas al día de elecciones.