Opinión

Buen viaje Carlitos

Por Pablo Najarro Carnero

Teólogo y docente

Buen viaje Carlitos

En este difícil caminar de buscar, siguiendo mis principios social cristianos, la justicia social y procurar el bien común, me orille por afinidad y con cierto miedo a la izquierda. Me habían dicho que en ese lado estaban los comunistas y en mi parroquia decirse “comunista” era asegurarse un sitio en el infierno, un horrible lugar para quien había leído la Divina Comedia.

En ese caminar conocí a varios con un pensamiento afín a mi formación social cristiana. Conocí a Carlos Tapia García. Hace tiempo escuché su nombre. Era parte de la Comisión de La Verdad y Reconciliación. Se formó para evaluar todo el tiempo de terrorismo que vivimos. Estuve atento porque mi familia ayacuchana, vivió esos tiempos duros. Murieron entre dos fuegos. A manos de las fuerzas del orden y de Sendero Luminoso.

Lo conocí años atrás. Sonriente, analítico del tiempo de la barbarie que vivimos en los ochentas. Pensé que iba a defender a Sendero, pero no, habló claro sobre aquel tiempo. Todo lo malo del accionar de ambos lados. Después supe que había sido profesor en la universidad de Ayacucho. Supe que allí se enfrentó con el pensamiento y el razonamiento a la gente, del entonces catedrático, Abimael Guzmán. Lastimosamente el fanatismo y consecuente extremismo los llevó a hacer copia y calco de una revolución, allá en China, que aquí no tenía sentido.

Nos vinculamos en un movimiento político, que curiosamente nos llevó al gobierno para querer construir el Perú con un hombre que resultó ser desleal a sus principios y renunciamos a seguir con él. Desde ese tiempo pude conocer su sentimiento social de querer un Perú justo, un Perú en progreso. Un Perú socialista. Conversando con él o en sus charlas, destilaba su sueño, su amor por el Perú.

Hombre llano para compartir y darte un tiempo para intercambiar opiniones. Sugiriendo planes para construir trabajo social y político. Me regalo su libro “Tiempos oscuros” donde narra con precisión histórica e ideológica, el tiempo que va desde 1983 a 1995. Apasionado sí, pero con la rigidez de la verdad que no puede ser soslayada. Para mí, que tuve formación militar y tengo familia ayacuchana, lo descrito por Carlitos era recordar esos tiempos oscuros que nos tocó vivir.

Carlos Tapia García, has dejado una estela en este mar de la vida que siento, podemos y debemos seguir. Tu amor al Perú fue más grande que tu amor por tu vida misma. No sé si fuiste un creyente religioso, pero si sé que fuiste un creyente del Perú. Sabias que el Perú es problema, pero también sentías – como yo – que el Perú también es posibilidad. No caíste en la amargura, en el pesimismo, en el desencanto, viviste la esperanza, el sueño de un Perú justo y solidario. Sufriste el dolor de la corrupción metida en los partidos políticos que sólo ven sus intereses económicos. Pero tuviste tiempo de ver algo de justicia legal que poco a poco va llegando. Buen viaje Carlos. La herencia que nos dejas es pesada pero la llevamos con alegría.