¿Cinco años más de lo mismo?

En lo que ha sido una nueva derrota del partido de gobierno, Perú Libre, el Congreso de la República ha definido esta semana un cuadro de comisiones dominado por la oposición, que ha quedado a cargo de aquellas con mayor peso político (Constitución, Presupuesto, Inteligencia, Relaciones Exteriores). A la par, las bancadas parlamentarias han sufrido los primeros quiebres, y nada indica que ese proceso haya concluido.

Si bien Renovación Popular es la primera y principal víctima del ya tradicional transfuguismo parlamentario, la bancada de gobierno no está libre de seguirle los pasos, si tenemos en cuenta las públicas diferencias entre los congresistas afines a Vladimir Cerrón y aquellos más cercanos al presidente Pedro Castillo, uno de los cuales ha anunciado la intención de inscribir al “Partido Político Magisterial y Popular”, cuyo objetivo, ha dicho, sería “fortalecer la gobernabilidad junto a Perú Libre”.

Es este Congreso, nuevamente fragmentado en función de cuotas de poder, el que deberá en pocos días recibir al gabinete presidido por Guido Bellido para otorgarle o no el voto de investidura, y también el que tarde o temprano tendrá que evaluar el proyecto de ley del Ejecutivo con la fórmula de convocatoria a una Asamblea Constituyente. Si sumamos el debate y la aprobación de la Ley del Presupuesto General de la República 2022, son tres las tareas clave que marcarán la pauta para la relación Ejecutivo-Legislativo. En esos tres momentos veremos cómo se prolonga el clima de confrontación heredado del período anterior, y cuáles serán sus consecuencias.

En este escenario es fundamental que el gobierno aterrice en políticas los compromisos asumidos por el presidente Castillo al tomar el cargo. La prioridad indiscutida está en las urgencias de la ciudadanía en el campo de la salud, la educación y el empleo, y la clave es el uso responsable de los recursos fiscales, con los ajustes necesarios para tal fin. La gestión pública no puede estar guiada por el voluntarismo y la improvisación justificadas en nombre de las viejas desigualdades de nuestra República. Lo mismo respecto a la propuesta de cambio constitucional, que debe ser claramente definida, dejando atrás la nebulosa apelación al “pueblo”, ya que finalmente lo que decidió el pueblo es que el presidente Castillo gobierne el país los próximos cinco años.

¿Estará el Congreso de la República a la altura de las circunstancias o se volverá a confundir oposición con obstruccionismo? ¿Será capaz el gobierno de recoger la preocupación ciudadana sobre las actitudes y capacidades de algunos ministros? ¿Ejecutivo y Legislativo lograrán construir una mínima agenda de respuesta a la crisis sanitaria, política y económica? En Noticias SER esperamos que se tiendan puentes de diálogo entre un sector de la oposición y el gobierno. De lo contrario, nos esperan cinco años más de entrampamiento y crisis, que como los cinco previos, nada bueno traerán para los peruanos y peruanas.