Covid-19 y comunicación preventiva: nueva ola y viejos errores
El covid-19 ha cambiado sustantivamente la comunicación de gobierno, ahora más que nunca los gobernantes tienes que ir de la mano de los datos científicos y la gestión pública debe caminar por la vereda de las pruebas, las cifras e incluso de los artículos publicados en revistas científicas.
Hasta hace poco las publicaciones científicas eran para los gobernantes una disquisición de universidades y laboratorios. Hoy, por el contrario, una nueva publicación genera cambios drásticos en las políticas sanitarias del covid-19, preocupación y expectativa de la población sobre el incremento de la transmisibilidad, aunque también esperanza sobre vacunas eficaces o algún fármaco que evite la muerte de tantas personas.
Al mismo tiempo el coronavirus ha puesto en evidencia cómo los fenómenos comunicativos tienen una relevancia central en la gestión de gobierno. Las fakenews, las creencias sobre la salud, las curas naturales o los fármacos milagrosos son un dolor de cabeza constante para la eficacia de las medidas sanitarias contra el covid-19. Se tejen complejas coaliciones entre canales de televisión (como Willax), influencers de toda índole, políticos, grupos en medios sociales y movimientos de derecha, etc. Estos grupos fomentan la desobediencia sanitaria y en algunos países incluso, bloquean o sabotean la aplicación de vacunas como en EEUU.
El gobierno peruano ha tenido un rol muy débil en la gestión de los discursos antisanitarios, libertarios o que fomentan el riesgo. De hecho, si analizamos la estrategia comunicativa gubernamental desde el inicio de la pandemia a la fecha, se ha promovido una comunicación de crisis en lugar de una comunicación preventiva.
Las estrategias comunicativas estuvieron a la zaga de los impactos de la pandemia en la población, cuando subían las cifras de positividad, de hospitalización o de muertos, recién se elaboraron campañas comunicativas. En la tabla 1 podemos observar el rezago de estas campañas respecto a la ocurrencia de medidas que “dispararon” el contagio.
Vemos, que en la primera fase de apertura (1 de mayo) no se desarrolló ninguna campaña consistente. En la segunda fase de la apertura (5 de junio) la campaña vino dos semanas después ante el incremento evidente de los contagios. La tercera fase (1 de julio) tampoco fue acompañada de una campaña comunicativa, es más, la campaña “no seas cómplice” recién fue lanzada ocho semanas después. En las siguientes fases, hasta la fecha, la comunicación preventiva brilla por su ausencia.
El ministro de Cultura, Alejandro Neyra, anunció que se está elaborando una campaña comunicativa, pero aún se están realizando los estudios y consultas, por lo visto, se repetirán los mismos errores, es decir, que la comunicación viene después del incremento de la positividad y de los fallecimientos tal y como lo demuestra la tabla I.
Tabla I Fases de apertura, indicadores covid-19 y campañas comunicativas
<table> <thead> <tr> <th colspan="3">Fase 1 Reanudación de las actividades 1 de mayo (DS-080-2020-PCM)</th> </tr> </thead> <tbody> <tr> <td>Fallecidos 1,124<br>Contagios 40,459<br></td> <td>1-mayo</td> <td>Fase 1 Reanudación de actividades (DS-080-2020-PCM)</td> </tr> <tr> <td></td> <td></td> <td>Sin campaña, solo materiales dispersos</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 5,162<br>Contagios 187,400</td> <td>5-junio</td> <td>Fase 2 Reanudación de actividades (DS-101-2020-PCM)</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 6,860<br>Contagios 232,992</td> <td>15-junio</td> <td>Campaña "Primero mi salud"</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 9,860<br>Contagios 288,477</td> <td>1-julio</td> <td>Fase 3 Reactivación de actividades (DS-117-2020-PCM)</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 29,068<br>Contagios 657,129</td> <td>1-septiembre</td> <td>Campaña "El COVID no mata solo. No seamos cómplices"</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 32,535<br>Contagios 818,297</td> <td>1-octubre</td> <td>Fase 4 Reactivación económica (DS-157-2020-PCM)</td> </tr> <tr> <td></td> <td>18-octubre</td> <td>Adición de nuevos spots a campaña "El COVID no mata solo"</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 34,840<br>Contagios 920,010</td> <td>7-diciembre</td> <td>Apertura de cines, gimnasios, casinos etc. (DS-187-2020-PCM)</td> </tr> <tr> <td></td> <td></td> <td>Sin campaña</td> </tr> <tr> <td>Fallecidos 41,026<br>Contagios 1,138,239</td> <td>31-enero</td> <td>Segunda ola y cuarentena focalizada (DS-008-2021-PCM)</td> </tr> <tr> <td></td> <td></td> <td>Campaña prevista, pero sin fecha de lanzamiento</td> </tr> </tbody> </table> Fuente: Macassi, S. (2020). Comunicación para el cambio de prácticas y hábitos grupales y estrategias sanitarias. [Chasqui](https://bit.ly/39Ej7La) y Datos del MINSA.A pesar de la debilidad de las campañas, las conferencias de prensa del presidente Vizcarra, mantenían a la población informada al detalle, aunque con imprecisiones, pero generaba cohesión, tranquilidad y delineaban un horizonte en la lucha contra el covid-19. Sin embargo, la estrategia gubernamental se agotaba allí, la producción de materiales informativos y de prevención fue muy pobre si lo comparamos con las realizadas por los gobiernos de Colombia y de Chile. Además, las acciones comunicativas del ejecutivo fueron tardías para prevenir y gestionar los problemas colaterales que incrementaron los contagios, como las aglomeraciones en los bancos.
En esta segunda ola estamos repitiendo los mismos errores comunicativos de la primera, solo que en esta ocasión el ejecutivo no tiene operadores mediáticos de peso, y está enmarcado por el temor a que un protagonismo comunicativo despierte de su hibernación a los congresistas adictos a las vacancias.
La baja en la popularidad del presidente, relacionada a la gestión de la pandemia, es una mala noticia, pues resta credibilidad a las medidas y es el síntoma de una mala gestión comunicativa de la crisis, pero también de la mala gestión de la comunicación preventiva.
Demás esta recordar que en las anteriores pandemias la comunicación para el cambio de comportamientos fue la principal aliada de los programas de lucha contra el VIH, el Cólera o el Ébola. ¿Cuándo los gobernantes comprenderán la importancia que las comunicaciones tienen, ahora, en el devenir político y sanitario?