Opinión

Día Mundial del agua y la agenda permanentemente postergada

Por Roger Agüero Pittman

Ingeniero. Coordinador del Programa de Agua y Saneamiento de la Asociación SER.

Día Mundial del agua y la agenda permanentemente postergadaFoto: Asociación SER

En el contexto del “Día Mundial del Agua”, a celebrarse en los próximos días, se desarrollará uno de los eventos más grandes del mundo: la “Conferencia de la ONU sobre el Agua 2023”, que se realizará del 22 al 24 del presente mes, en New York, EEUU. Los organizadores esperan que la conferencia adopte la Agenda de Acción por el Agua como resultado principal evidenciando los compromisos voluntarios de los países y las partes interesadas, encaminados a cumplir los objetivos y metas mundiales relacionados con el agua.

Mientras que con mucha expectativa se esperan los resultados y conclusiones que tendrá la conferencia de la ONU, en nuestro país se sigue la crisis política y, en estos últimos meses, el cambio climático que se presenta cada vez con más intensidad. La adaptación a este fenómeno, como todas las medidas, camina lento: a pasos de tortuga.

El año pasado en la sierra se sintió la sequía más que años anteriores. La escasez de agua de lluvia se prolongó hasta diciembre, poniendo en riesgo la producción de los cultivos en secano.

Por otro lado; como siempre, la aparición del ciclón Yaku nos agarró desprevenidos, generando tempestades y causando desastres. Fue la costa norte de nuestro país la más afectada con pérdidas humanas, pueblos inundados, viviendas destruidas y arrasadas, infraestructuras viales interrumpidas (puentes y carretearas) y grandes extensiones agrícolas en producción inundadas.

Estos desastres se repiten cada cierto tiempo y el Estado solamente opta por medidas paliativas, sin resolver los problemas de fondo. Un ejemplo de ello es el famoso “Programa de reconstrucción con cambios”, que prometió cambios profundos con una sola reconstrucción y no como venía sucediendo, que se realizaba la reconstrucción y se destruía con la llegada de un nuevo fenómeno de “El Niño” y nuevamente había que reconstruir. Lamentablemente, las evidencias de los desastres que se producen en la actualidad nos dicen con claridad que el Programa no sirvió de mucho.

El día mundial del agua también nos servirá para recordar que en el país muchas poblaciones rurales aún no tienen acceso al derecho humano al agua potable y saneamiento obligándose a consumir agua de mala calidad y a la eliminación inadecuada de excretas. Esta situación repercute directamente en la salud de las personas principalmente en niños y niñas que son afectados por diferentes enfermedades como la diarrea aguda y la desnutrición crónica.

En total 6,609,909 millones de peruanos/as habitan en zonas rurales (21.2% de la población nacional). De los cuales 1,480,620 millones de personas (22.4%) no tienen acceso al agua potable. Y de los que cuentan con este servicio solo el 2.7 por ciento de hogares consumen agua segura. La brecha en saneamiento es mucho más compleja, alrededor de 4,823,116 millones de habitantes rurales (69.8%) no tienen acceso a estos servicios.

El Día Mundial del Agua, esperemos sea una oportunidad para expresar las demandas y hacerle recordar a los organismos e instituciones del Estado y, en especial, al sector Vivienda que muchas poblaciones rurales aún no acceden a este derecho, pues no cuentan con estos servicios básicos de agua y saneamiento sostenible, requiriendo su urgente atención principalmente las poblaciones menores de 200 habitantes, priorizando a los de la Amazonía.

Finalmente, la preocupación del Estado no solo debe ser reducir las brechas, sino también mejorar la calidad de los servicios, garantizar su sostenibilidad, promover el tratamiento y rehúso de las aguas residuales para reducir la contaminación del agua y generar una economía circular.