El camino hacia la vacuna: ¿estamos listos?
Después de un largo y penoso recorrido, estamos cada vez más cerca de salir del túnel. El 5 de diciembre, Rusia inició su campaña de inmunizaciones con la vacuna «Sputnik 5», las primeras personas vacunadas fueron profesores, médicos y trabajadores sociales. El 8 de diciembre, iniciaron las inmunizaciones en el Reino Unido con la vacuna de Pfizer y BioNTech; el Ministro de Sanidad del Reino Unido bautizó este día como el «Día V», de vacuna o de victoria. Una señal de esperanza aparece, aun cuando Europa está siendo golpeada por la segunda ola y a pesar de que ambas vacunas se encuentren en fase 3 (es decir, que están en fase de ensayo, que su eficacia sigue en evaluación y que se investiga si existen efectos adversos poco frecuentes).
En el Perú, La República informó que la campaña de inmunización se iniciará en marzo con la vacuna de Pfizer y BioNTech; la vacunación no será obligatoria, y las primeras personas en recibirla serán los profesionales de salud de primera línea, los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú, los bomberos, la Cruz Roja y los miembros de mesa de las próximas elecciones.
Considerando la coyuntura política y sanitaria, podríamos aventurarnos a mencionar que el primer trimestre del 2021 estará caracterizado por el incremento de los casos de covid-19, luego de las fiestas de diciembre; por un importante despliegue logístico del Ministerio de Salud para asegurar que las vacunas lleguen a todos los lugares del país, y por una reagudización de la crisis política que –cerca de las elecciones de abril- podría tomar la campaña de inmunización como un campo de batalla donde los políticos luchen para captar más votos o para obstruir las iniciativas sanitarias del Poder Ejecutivo. De acuerdo con este escenario, surgen algunas interrogantes.
En primer lugar, ¿las condiciones políticas serán lo suficientemente estables para asegurar la inmunización en marzo? El Ministerio del Interior ya tiene ocho ministros en este 2020, ¿esta inestabilidad podrá garantizar que las vacunas lleguen a los miembros de la policía? Asimismo, ¿qué garantías cuenta el Ministerio de Salud para poder administrar las inmunizaciones sin presiones ni obstrucciones políticas? Desde que inició la pandemia en el Perú, estuvieron cuatro personas a cargo del Ministerio de Salud, uno en el golpe de Estado de Merino y secuaces ¿cómo sabemos que llegará un nuevo ministro con el mismo procedimiento?
En segundo lugar, ¿quiénes serán considerados como «la primera línea»? Cuando inició la pandemia, la atención mediática estuvo centrada en los profesionales de la salud de los establecimientos de salud de mayor complejidad, en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales más grandes y no se consideró que los profesionales del primer nivel de atención -es decir, de las postas- son las personas que tienen el primer contacto con el paciente. Recordemos que el primer médico que falleció de covid-19 en el Perú fue el Dr. Waymer Benites, quien trabajó en un establecimiento de salud de primer nivel de atención en San Juan de Lurigancho.
En tercer lugar, ¿cuántas personas serán necesarias inmunizar para bloquear la transmisión del SARS-Cov-2 en el Perú, considerando que la vacuna es voluntaria? En la revista The Lancet, Roy M Anderson y su equipo de la Imperial College London, discutieron sobre este punto en el contexto del Reino Unido y señalaron que la «inmunidad de rebaño» depende de variables como la eficacia de la vacuna, la cantidad de población vacunada y el número reproductivo básico (R0), que es el número promedio de casos nuevos que puede generar una persona infectada. El investigador estimó que se requeriría inmunizar entre 75% a 90% de la población para bloquear la transmisión del coronavirus, asumiendo que la vacuna tiene una eficacia de 80% y que el R0 oscila entre 2.5 a 3.5. Estos cálculos varían aún más cuando se consideran variables como la duración de la inmunidad (en el caso de otros tipos de coronavirus, la inmunidad dura entre 12 a 18 meses), la adherencia de la población y la necesidad de una segunda vacunación. Asimismo, se añade una discusión adicional: ¿habrá priorización de población vulnerable en la campaña de inmunización? La primera fase de vacunación en el Perú cubrirá al personal de salud y miembros de las fuerzas armadas y policiales; la segunda fase priorizará a adultos mayores, comunidades indígenas, personas privadas de libertad y personas que tienen comorbilidades, y la tercera fase cubrirá a las personas de 18 a 59 años. No obstante, dentro de estos mismos grupos existen diferencias sociales y de clase. Por ejemplo, el exceso de muertes en Lima Metropolitana estuvo concentrado en los distritos con índice de desarrollo humano más bajo; por lo tanto, dentro de los grupos mencionados ¿a dónde llegarán primero las vacunas?
Finalmente, existen otras preguntas igual de importantes. Por ejemplo, ¿qué estrategias de comunicación desarrollará el gobierno para que las personas acudan a la campaña de inmunización?, ¿qué medidas se tomarán para impedir las aglomeraciones y desorden, como sucedió con la campaña de vacunación contra la difteria?, ¿qué estrategias se desarrollarán para impedir que las personas se contagien durante la campaña de vacunación, en el hipotético caso de que el país enfrente una segunda ola en marzo?, ¿se podrán realizar investigaciones independientes de científicos peruanos que evalúen el impacto de la campaña de vacunación y sin persecuciones, como otrora las recibieron el equipo de IETSI de EsSalud?, ¿de qué manera se protegerá a las gestantes, si la vacuna de Pfizer y BioNtech aún no ha sido evaluada en este grupo poblacional?, y ¿de qué manera se protegerán a los niños?
Retos importantes aparecen en este nuevo escenario y es importante que el gobierno esté a la altura de las circunstancias. Tenemos como ventaja que otras naciones iniciaron sus campañas de vacunación, así que sus experiencias podrán ser útiles para el diseño de las políticas de inmunización en el primer trimestre del 2021; sin embargo, también es necesario que las condiciones políticas y sociales sean las adecuadas. Día a día estamos más cerca de la vacuna, pero es una carrera a la que debemos llegar todas y todos, con un gobierno que tenga la capacidad técnica y política necesaria y sin que los conspiradores nos arrebaten la esperanza.