Opinión

El candidato Vizcarra (I)

Por Julio Failoc

Economista

El candidato Vizcarra (I)

Tener a la opinión pública a su favor en la crisis política generada en torno a la vacancia, y la oportunidad de obtener inmunidad parlamentaria para librarse de los cargos que pesan en su contra por los supuestos delitos de corrupción, han sido las dos principales motivaciones del expresidente para lanzar su candidatura al Congreso de la República.

De las malas acciones de Vizcarra ya se ocupan los fiscales y, tarde o temprano, se hará justicia, como se hizo con Alberto Fujimori y se viene haciendo con los expresidentes corruptos de los últimos 20 años. De ser culpable, que pague con la cárcel por haberse robado la plata de todos los peruanos. Lo cierto es que entre que sus enemigos lo metan preso y postular al congreso para ganar tiempo e inmunidad para demostrar su eventual inocencia, habría que preguntarles a los detractores de la prisión preventiva ¿qué hubieran hecho de encontrarse en esta situación?

En mi caso, si yo fuera inocente, aún con todas las posibilidades electorales de ganar una curul e inmunidad, y con todos los enemigos en mi contra, como los tiene Vizcarra, hubiera esperado que me metan a la cárcel y que algún día se me haga justicia. Y usted amigo lector, ¿qué hubiera hecho? Pero como Vizcarra no es como usted o como yo, porque nosotros no hemos sido acusados de nada, ni tenemos su popularidad, él lanzó su candidatura en su mejor momento, con 77% de aprobación a su gestión y con 89% de gente en contra de su vacancia, y que se movilizó por ello. Ojo que no se movilizó por Vizcarra, sino por el momento crítico y por las motivaciones reales y subalternas por las cuáles se le vacaba.

Cuidado, que las torpezas de los golpistas han convertido a Vizcarra en una víctima, declarándolo expedito, no solo para ser candidato favorito al Congreso de la República, sino que también, podría lograr una mayoría parecida a la que tuvo el fujimorismo en el congreso disuelto, por el arrastre del expresidente a nivel nacional. En las elecciones del 2016 el fujimorismo logro una mayoría absoluta y aplastante. Esto gracias a la cifra repartidora, que para la asignación del número de congresistas, deja de lado el porcentaje de los que no votaron, se descarta los partidos que no alcanzaron la valla electoral y también se descuentan los votos nulos y blancos, lo que hace que sin lograr una mayoría significativa de votos se pueda conseguir una mayoría absoluta. ¿Alguien duda que esto pueda volver a repetirse en el 2021? Yo no.

¿Es posible que pueda evitarse lo del 2016 con Vizcarra? Todo es posible, pero tengo mis dudas por varias razones. Una razón es la escasa credibilidad y torpeza de sus principales detractores: los dichos y los tweets de Mulder, Bartra, Chávez, Sheput, Rey, Barba, Merino, son la mejor propaganda para Vizcarra. Otra razón es la configuración de un alineamiento de todos los partidos en contra de Vizcarra, que lo victimizará aún más y lo convertirá en el centro de atención de la discusión política y la campaña electoral; y, por último, juega a su favor también la baja credibilidad de toda la clase política que nos seguirá colocando en el dilema de elegir al mal menor. Al final, los mejores jefes de campaña del expresidente serán sus propios detractores. Nadie sabe para quién trabaja.

Más allá de que nos guste, o no, el candidato Vizcarra, lo cierto es que no solo será el candidato más votado al Congreso, sino que también alterará las elecciones presidenciales. Las preguntas que se abren hacia adelante son: ¿Cuáles son las implicancias electorales que tendrá la candidatura de Vizcarra de ir con un partido que lo vacó?, ¿le endosará votos al candidato Salaverry?, ¿de qué manera se moverá el tablero político y a favor de quién? En hallar las respuestas a estas preguntas nos ocuparemos en el próximo artículo.