El Congreso: Enemigo de las niñas y niños
Comunicadora y mediadora del libro y la lectura
Ayer, 14 niñas fueron violadas, hoy, al terminar el día será igual, o quizá más, porque en el Perú, donde se indignan cuando decimos que es país de violadores, se producen más de 14 violaciones y abusos sexuales a niñas y adolescentes mujeres.
Así es, más de 21 mil menores han sido víctimas de violación en los últimos cuatro años. Y durante el 2021 se atendieron 22,456 casos de violencia sexual, en los Centro de Emergencia Mujer, de los cuales el 64,6% corresponden a mujeres menores de 18 años, según el Ministerio de la Mujer.
Por otro lado, según el Ministerio de Salud, 117 niñas de menos de 11 años dieron a luz entre los años 2012 y 2021.
Y ¿cuál es la respuesta del Congreso de la República frente a esta dramática situación?
Aprobar el Proyecto de Ley 904 / 2021-CR que limita, casi elimina las competencias del Minedu, para educar a nuestras niñas y niños desde un enfoque de género, con empatía, respeto y equidad.
¿Quién le va a enseñar a nuestras niñas y niños que nadie debe tocar su cuerpo? ¿su padre que siempre está gritando y golpeando a su mamá?, ¿la madre que aún no se recupera del dolor y las marcas en el cuerpo que le dejo la golpiza del marido por no haber tenido el almuerzo a tiempo?, ¿la abuela que siempre le sirve primero y con la mejor presa a los hombres de la casa? ¿Acaso el tío que llega siempre de visita y busca la manera de quedarse a solas con ella?, ¿el primo que hace unos días le pidió que le acaricia el pene?, ¿el vecino que siempre se emborracha con el papá y que luego se va al cuarto de la niña?, ¿la nueva pareja de la mamá, de la tía o la hermana? ¿Quién?
Que lo hagan los “padres” dicen, ellos saben qué es lo mejor para sus hijos/hijas dicen, que el hogar es seguro dicen…
¡No señores! ¡El hogar no siempre es un lugar seguro!
En pleno encierro por la pandemia, las cifras de violaciones sexuales fueron en aumento. Según el reporte del INPE, Sólo en el mes de abril de 2020, a un mes de la declaratoria de emergencia, el mayor número de ingresos, fue por delito de violencia sexual, incluso más que los ingresos por robo agravado.
La idea de que la familia es un espacio privado en el que no se debe intervenir, es nocivo y perpetua la violencia hacia los niños, niñas y adolescentes.
Hemos sido criadas/os en contextos marcados por un modelo machista ancestral de dominio y sumisión, para cambiar ello se requiere de la intervención del Estado a través de políticas públicas, la educación en ese sentido es fundamental y no debe responder a criterios religiosos.
El ejecutivo debe observar el proyecto de Ley, no permitamos que el Congreso destruya la educación de nuestro país con leyes contra la reforma universitaria y ahora contra la educación sexual integral y el enfoque de género del currículo escolar.