El gobierno corre el peligro de quedar aislado

A tres semanas de iniciado su mandato el gobierno del presidente Sagasti, ya atraviesa su primera crisis con la renuncia sucesiva de dos ministros del Interior. Ello no solo evidencia que sus opositores no retrocederán en buscar el fracaso de su gestión, sino también muestra la debilidad y el aislamiento en que se encuentra el gobierno.

Además de la crisis del sector Interior, el gobierno tuvo que afrontar la masiva protesta de los trabajadores de las empresas agroexportadoras, que al lamentable precio de la vida de dos peruanos puso fin a la varias veces extendida “Ley Chlimper”, un esquema que dio enormes beneficios al sector, pero que condenó a los trabajadores al abuso. Frente a esta situación el gobierno simplemente se allanó a la derogatoria del régimen de promoción agraria, exigida en las carreteras bloqueadas y aprobada por el Congreso.

Ambos hechos han mostrado que el suelo no está parejo para el gobierno. Si bien su tarea principal es entregar el mando tras las elecciones de abril del 2021, la ciudadanía duramente golpeada por la pandemia no dejará de exigirle cambios normativos y mejoras en sus condiciones de vida. El desembalse de malestares de estos días no debería sorprender a nadie, menos aún a un gobierno conformado por profesionales que conocen ampliamente los problemas de sus respectivos sectores. Sin embargo, la percepción de un gobierno débil complica el panorama, pues dicha característica funciona como un activador de conflictos y movilizaciones, más aún luego de ver la respuesta de gobierno a las protestas de Ica o incluso a la manera fácil en que se ha deshecho de dos ministros de uno de los sectores más complejos y más atravesados por la corrupción, como es Interior.

El problema de la lógica de que “el que presiona más gana” es que no solo es usada para justos reclamos de la ciudadanía, sino también por quienes desde el Congreso y fuera de él buscan proteger sus intereses particulares, librarse de la justicia u obtener réditos electorales. Y frente a ello, antes que palabras y discursos, el país reclama hechos concretos y deslindes claros, que lamentablemente no llegan.

En Noticias SER queremos expresar nuestra preocupación por la falta de conexión del gobierno del presidente Sagasti con una ciudadanía que está hastiada de las maniobras y de la corrupción de la clase política, y que a la vez merece respuestas frente a una crisis que no solo se llevó la vida de miles de peruanos y peruanas, sino que mostró el agotamiento del modelo de Estado y Sociedad que nos rigieron los últimos treinta años.