El reto de la educación virtual
Antropólogo de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y y Educador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
gabo.gomeztineo@gmail.com
El segundo año de la educación a distancia nos pone cada vez más en un contexto de aceleración de la virtualidad, donde el acompañamiento a los procesos de aprendizaje en los estudiantes resulta ser un reto enorme. La situación de la pandemia ha empujado a la fuerza a los docentes a adquirir competencias digitales para asegurar un desempeño pertinente, amigable y capaz de cumplir el objetivo pedagógico. En ese contexto existe una enorme necesidad de aprender más sobre las herramientas virtuales, para desempeñarse como docentes.
El miedo y la desconfianza cunde en los docentes que carecen del dominio de estas herramientas tecnológicas, cuyo acceso se les hace lejano y complicado, a lo cual se suma la poca credibilidad para desarrollarlo eficazmente frente a estudiantes que han nacido en entornos virtuales donde la tecnología es parte de los primeros espacios de socialización. Estos “nativos digitales” tienen todas las competencias para poder acceder e interactuar en espacios virtuales, una de sus características es que nacen en culturas digitalizadas con alta demanda de conexión e interacción; por ejemplo la información fluye a velocidad en ellos, cualquier herramienta que les permita aprender les atrae, prefieren aprender con otras formas más que con textos, cuando están conectados y en red fluye mejor el aprendizaje, prefieren crear y ser autónomos a que se les ordene realizar determinadas tareas.
Por otro lado los docentes son migrantes digitales carentes de dominio y confianza del mundo virtual, y se les hace complicado estar a la par. Pese a esa potencialidad en el tema educativo en nuestra realidad peruana, aún existe una brecha digital terrible con respecto al acceso y conectividad. Pese a ello hay esfuerzos del Estado en la dotación de las tablets, y de las autoridades locales en asegurar los alcances y la conectividad, así como de parte de los padres de familia que hicieron el esfuerzo de comprar dispositivos para que sus hijos accedan a las clases.
En este segundo año de la educación a través de entonos virtuales, hay una tremenda necesidad de los docentes de adaptarse y nivelarse para cumplir los objetivos pedagógicos y didácticos.
Incluso el modelo pedagógico se reconfigura a través de la virtualidad, el docente se convierte en un acompañante que debe manejar los “multimedia” a fin de lograr aprendizajes en sus estudiantes. Ese esquema tradicional donde el docente tenía el monopolio del conocimiento quedó atrás, dando espacio a aprendizajes distintos.
La aceleración a la virtualidad nos reta a preguntamos: ¿realmente los docentes tendrán las competencias para el manejo de estas herramientas digitales para responder oportunamente a los estudiantes?, ¿qué dificultades tendrán para estar a la par de sus estudiantes?, ¿qué posibilidades podrán hallar en esa vorágine tecnológica?
Conocer las características de los entornos virtuales es fundamental para los docentes, sobre todo para asumir propuestas de asimilación y comprensión y luego competencias para lograr los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por ejemplo, los docentes deben comprender por lo menos aspectos básicos como orientar con precisión a los estudiantes sobre sus sesiones de aprendizaje, deben tener un mensaje de que el docente esta junto a ellos, aclarando las dudas, además con reglas claras de convivencia y mutuo respeto.
El aprendizaje virtual demanda que los docentes comprendan sobre los entornos de aprendizajes virtuales, sobre todo para afianzar su presencia como guía o acompañante en los procesos de aprendizaje. Además de ello, los docentes deben tener las competencias pedagógicas, didácticas y tecnológicas para lograr sus objetivos de logros de aprendizajes.
La acelerada migración a la virtualidad, supone que las instituciones prestadoras del servicio educativo garanticen que los docentes tengan las competencias tecnológicas y pedagógicas para poder responder oportunamente a la necesidad de lograr los objetivos. En ese contexto, asumimos que para el desempeño docente virtual se requieren competencias no solo en el dominio de la tecnología, sino también para lograr estrategias de retención y motivación de parte de los estudiantes. Es muy importante que el estudiante sienta que el aprendizaje a través de entornos virtuales es válido y legítimo, y para ello la presencia del docente debe ser central, generando confianza y guía.