Opinión

El voto es secreto, no tonto

Por Cricia Ochoa Huamantica

Abogada y escritora cusqueña

El voto es secreto, no tontoFoto: ONPE

Damas y caballeros, llegó el circo de las Elecciones Regionales y Municipales 2022 a nuestro país... Estamos a casi nada de elegir a las autoridades que nos representarán (o en su defecto: robarán) durante los próximos cuatro años.

Se alistan para la función una fauna de personajes, algunos de los cuales muy bien podrían postular para ingresar a un Establecimiento Penitenciario por el prontuario y la carrera delictiva que ostentan.

El voto es un poder. Y el poder, desde la mirada del filósofo Raymond Aron, es la capacidad de hacer, producir o destruir. Nada tan cerca de la realidad, ya que tenemos que ser conscientes que, por muy pequeña que parezca, esa aspa encima de la cara del símbolo de nuestro candidato afín, ese acto contiene una gran lucha social, reivindicativa y sobre todo un derecho que nos toca ejercer; con el que podremos elegir una propuesta que mejore o degenere nuestro entorno.

La pregunta del millón es: ¿cómo puedo seleccionar a un buen candidato entre tanto payaso?

La mejor manera de saber a quién obsequiarle nuestro voto es investigando a los candidatos (sí, no vale jugar al de tín marín en la cédula). Como buenos ciudadanos, nos toca cuestionar las hojas de vida de aquellos que pretenden representarnos. Muchos de los mismos han empeñado su palabra y su único fin es manosear el erario público y ya han firmado papeles en blanco antojadizamente a gil y a mil.

Para ello, debo sugerir hacer un ejercicio sencillo y que ocupará poco menos de 10 minutos, que a comparación de los 4 años venideros mal gestionados (si elegimos a un mamarracho) diría que no es mucho tiempo. Los invito a colocar en el buscador de google: "Club Otorongo". En esta plataforma podremos conocer de cerca a los candidatos, el patrimonio que declararon, si tienen o no antecedentes y sobre todo existe una opción con “banderas rojas” que permite observar si el candidato ha mentido respecto de alguna información oficial.

Y no, por favor, no votes por los candidatos que encabezan las encuestas engañosas, por aquellos bailan pegadito, que se comen el pan con chicharrón (tampoco por el que no lo hace) ni por aquellos que te ofrecieron chamba o alguna licitación trucha para tu futuro emprendimiento. Que los parámetros sean más sofisticados y exigentes, imaginémonos que vamos a elegir la pareja de nuestro hijo o hija, revisemos, critiquemos y desechemos a cualquier maleante advenedizo de turno.

Por último y no menos importante, si queremos emitir un voto deluxe, debemos tener en cuenta a aquellos que han participado activamente en conversatorios, debates y pactos a favor de las minorías, el medio ambiente, los animales entre otros temas que a pesar de su trascendencia son dejados de lado por los que aspiran el cargo solo para cutrear.

El gran dilema será no encontrar personas dignas de confianza, sin embargo, mantengamos la fe de que aún existan buenos samaritanos buscando el bien común.

¡Ahora sí, vayamos a votar como dios manda!