Entre debates y cierres de campaña

Entre símbolos, letras y slogans la campaña se va agotando sin novedades y con un cierto sabor de insatisfacción por parte del elector quien -para variar- no ha decidido su voto y que como prácticamente “manda la tradición” en nuestro país, decidirá a quien le brinda su confianza el día de la elección mientras hace su cola para sufragar.

A poco más de diez días para las elecciones regionales y municipales los candidatos se empezaron a ver las caras en los debates convocados por diferentes medios de comunicación y/o instituciones, generando así la expectativa en los electores, ya que estos actos son parte del último tramo de la campaña y en muchos casos permiten definir o reorientar una votación.

A pesar que las redes sociales han irrumpido en todo el proceso de la campaña y han sido una plataforma importante de exposición de propuestas, los debates cobran protagonismo y vigencia porque le permiten al elector visualizar en todo su esplendor el despliegue de su candidato tanto oral y gestualmente; además el poder del video y su incidencia en los procesos políticos, le permite al elector formar opinión a partir de la autoridad de la imagen, pues como lo diría Sartori “el ojo cree en lo que ve”.

Los planes de gobierno, textos fundamentales que deberían convertirse en “la brújula” que oriente la gestión municipal o regional de la organización política ganadora no han sido escudriñados al detalle en los debates, limitándose así, y sin mayor expectativa a ser un mero trámite que cumpla con la formalidad exigida por el ente rector electoral. Son pocos los candidatos que han hecho el esfuerzo por explicar lo escrito en sus planes, la gran mayoría se ha centrado en publicitar sus propuestas, reduciéndolas a un “producto vendible” y no a una idea o acción que genere debate y permita sincerar si lo que se propone es, adecuado, pertinente y viable técnica y políticamente.

Quedan todavía algunos días para que los candidatos expliquen sus propuestas y la viabilidad de las mismas, y para que el elector pueda definir a cuál de ellas le dará su respaldo. En un contexto político como el que estamos atravesando se hace importante que el elector analice y defina con claridad pues lo que se pone en juego es la gobernabilidad, la misma que no es un asunto que compete solo al gobierno sino también a las instituciones y a la sociedad.

Terminados los debates vienen los cierres de campaña, los mismos que deberían ir más allá de una “puesta en escena”, y convertirse en un espacio de análisis y reflexión que permita al elector definir su voto; sin embargo, estos cierres se han reducido a ser fiestas partidarias, ganando así un falso protagonismo que ha propalado y fortalecido entre el elector la idea que me la diría hace poco un ciudadano…. “Lo que la gente espera con mayor expectativa son los cierres de campañas, porque más somos de orquestas que de propuestas y aquí; la impresión que cuenta para el elector es el llenado de buses y camionetas, el número de banderolas, el número de gente…”.