Érase una vez la política (II)
Economista
Lo sucedido con el presidente de la república acrecienta más la desconfianza en la población, no solo por las acusaciones contra él, sino por las fotos truchas que se han difundido torpemente en la mayoría de los medios de comunicación para demostrar que Vizcarra es uno más de la paupérrima clase política. A la orquesta de ésta podredumbre se han sumado fiscales y medios de comunicación, ya sea por figuretismo o intereses hartamente conocidos y tratados en esta columna.
Nuevamente resurge la intentona de vacancia, como menos fuerza, pero con un perfil electoral solapado que dudo pueda prosperar, más por cálculo político que por otra cosa. Este congreso es mediocre, dubitativo y falto de tino y de poco sentido común. No tiene la perspicacia de Vizcarra para conectarse con la población. Tienen miedo perder lo que nunca han tenido: la aprobación de la población.
La clase política, los poderes del estado y los medios de comunicación han descendido un peldaño más, que al parecer no tiene fondo. Todo huele mal y ya no es necesario poner el dedo para que salte el pus.
¿Se podrá recuperar la política y ponerla al servicio del bien común y de la mayoría de los ciudadanos, ahora en manos de grandes pillos y bribones, que les interesa un carajo el país y sus problemas?
Yo creo que sí, aún cuanto el camino a éste desafío este empedrado con gente incrédula y partidos empujando en sentido contrario. No hablo del corto, sino del largo plazo, ni de las próximas elecciones, ni las de los próximos dos quinquenios, porque allí estarán en el escenario político futbolistas y gente de la farándula, disputándose el poder con los pillos, galifardos y los payasos que hemos tolerado hasta el día de hoy, con menos electores, más desconfianza y autoridades cada vez menos representativas.
Si alguien no cree en lo señalado podría responderme ¿por qué estando a un poco más de seis meses de las elecciones nadie concentra un quinto de la preferencia electoral? O mejor, podríamos respondernos ¿porque las encuestas las encabeza un exfutbolista cuyo único esfuerzo fue ordenar “Gamarra” y pertenecer a un equipo popular de Lima? ¿acaso no hay candidatos mejores en nuestra alicaída clase política?
Seguramente alguien podría responder que todavía falta mucho para las elecciones, pero lo cierto es que los próximos comicios serán disputados por un exfutbolista y un payaso o viceversa. ¿Y porque tendría que ser distinto? ¿acaso nos merecemos más?
Si no hacemos nada seguiremos en este marasmo, porque no se puede aspirar a resultados distintos, si seguimos haciendo lo mismo. Algo hay que hacer, aunque la gente no nos crea, y no importa que nos confundan con uno de esos galifardos que hicieron de la política un acto delincuencial más.
No podemos dejarles a los pillos que sigan usufructuando de este país mientras hay gente que no tiene como pasar el día: ¿alguien se apunta a remar en el sentido contrario?