Fecundidad del antagonismo
Teólogo y docente
“Entiendo aquí por antagonismo, la insociable sociabilidad del hombre; es decir, la misma inclinación a caminar hacia la sociedad está vinculada con una resistencia opuesta, que amenaza continuamente con romper esta sociedad. Esta disposición reside ostensible mente en la naturaleza humana.” I. Kant.
Creo que el análisis filosófico de Kant cobra hoy suma importancia. Creo también que, el análisis resiste para cualquier país. El grado de intensidad como resistencia opuesta – al menos en el Perú de hoy – es lo preocupante.
Creo que Kant entendió esta oposición, pero no sé si al grado de polarización extrema en donde se entiende que la misma, es fecunda y construye. Es paradójica la “insociable socialidad” del hombre, que quiere construir una sociedad y a la vez hace lo posible por evitar la misma socialidad. Distingo – como decía Santo Tomás – entre socialidad, como meta utópica a la que camina una sociedad y sociabilidad, como la actitud que tiene cada ciudadano por la misma sociedad.
Por mencionar lo cercano, hablando de los vecinos de nuestra América, por ahí vamos. Y en los otros continentes también. O sea, es un mal pandémico desde el inicio de la vida del hombre. Ya Hobbes, en su momento, entendió que era de la propia naturaleza del hombre que lo llevaba a resistir la unidad de una sociedad y por ello propone al Leviatán que con la fuerza que le otorgamos los mismos ciudadanos, nos obligará a una convivencia necesaria para nuestra propia supervivencia.
Stuart Mill en su momento propuso la solución a este análisis kantiano. Quizá cercano al “Contrato social” de Rosseau. Mill lo llamó “remedio”. “… para hacer frente a esta enfermedad, remedio que se articula en torno al elogio de la diversidad y el antagonismo sistemático. La existencia de estos principios en una sociedad es – desde esta perspectiva – la única condición que hace factible la reconciliación entre la estabilidad y el verdadero progreso”.(1)
Lamentablemente quienes hacen política en el Perú no tienen la menor idea de lo que estamos hablando ni de filosofía política. Apuntan más bien a sostener y a aferrase a una ideología partidaria con membrete de político. Entonces así, caminamos a un apocalipsis social que puede terminar en revoluciones, guerrillas o alzamientos.
La mal llamada “gente de a pie”, entiende que la solución pasa por lo mencionado. Por eso se entiende que el lenguaje violentista de Antauro Humala o a su manera de López Aliaga, y sin duda de la mayoría congresal, tenga oídos en nuestra sociedad polarizada.
Es claro que el presidente Castillo, habiendo reflexionado sobre sus calamitosos pasos en falso haya entendido que así no se puede gobernar, menos mantener a flote una sociedad, con una economía endeble – con todos los esfuerzos del BCR – para llegar a buen puerto. Las aguas de nuestro mar es un maremágnum proceloso.
Pero el Congreso, ante el armisticio solicitado por el Ejecutivo ha hecho oídos sordos, es más, ha sacado uñas de donde no las tiene.
Ante la evidente ignorancia supina de la mayoría congresal que no quiere dialogar por nada y no trata de llegar a un punto medio, sino a un punto muerto, voces de la sociedad hemos propuesto “¡que se vayan todos!”, pero hay quienes tienen voz y callan en todos los idiomas.
Frente a esta situación en que ni el Congreso ni el Gobierno se quieren ir ¿nos preparamos para cuando el barco encalle?
(1) María Pollitzer. La fecundidad del antagonismo en John Stuart Mill. V Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, organizado por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP), Bs. As., 28 a 30 de julio de 2010.