Federico Tenorio: "A partir de mayo y junio tendremos problemas de abastecimiento de alimentos"
Corresponsal en Ayacucho
El incremento de los precios de los fertilizantes que se registra desde el año pasado, se ha complicado por la invasión de Rusia a Ucrania que están haciendo escaso este insumo. Esto pone en riesgo la producción de alimentos en el Perú, según han advertido gremios agrarios. Mientras tanto, la respuesta del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego resulta aún bastante ineficaces. Para conversar sobre este tema, Noticias SER entrevistó a Federico Tenorio, ex Ministro de Desarrollo Agrario y Riego.
¿Cuál es la situación del agro en el Perú en este momento, porque hay algunos gremios que están alertando una situación complicada?
Es una situación bastante difícil. Estamos atravesando una crisis, porque además de la escasez, ha subido enormemente el precio de los fertilizantes. Para tener una idea de las cifras, según el Ministerio de Agricultura, durante el periodo enero y febrero de 2020 se importó más de 50,500 toneladas de urea, en el 2021 se importó 37 mil toneladas y en el 2022, sólo se ha llegado a importar 13,200 toneladas, lo que nos da una idea de que la dificultad no solo es el precio, sino la disponibilidad de los fertilizantes.
Entonces, ¿estamos ante una posible reducción de producción de alimentos y en consecuencia un desabastecimiento de alimentos en el país?
He revisado los datos del Ministerio respecto a las intenciones de siembra y hectáreas sembradas en la campaña 2021-2022. Los datos indican que estamos bien respecto al histórico de número de hectáreas sembradas en papa, cebolla, tomate y los principales productos de la pequeña agricultura. Se ha sembrado casi la misma cantidad con respecto a los años pre pandemia. Sólo hay un pequeño margen de diferencia en el caso del arroz de 14 mil hectáreas menos, pero es el dato hasta diciembre del año pasado, probablemente en enero y febrero de este año, que son las épocas de más lluvias en el norte, eso se haya nivelado. Pero, 14 mil hectáreas, no es demasiado en números con respecto a las 450 mil hectáreas que se siembra de arroz en todo el año. Pero, creo que lo que va a suceder es que vamos a tener menores volúmenes de cosecha, porque los productores han podido sembrar porque tenían semillas, al momento hacer los abonamientos, en las épocas que requiere, ahí probablemente va a venir el problema. Por lo tanto, vamos a tener menos cosechas que los años históricos. A partir de mayo y junio tendremos problemas de abastecimiento de alimentos o los precios se van elevar en los mercados nacionales.
¿En qué medida es viable y sostenible la construcción de una planta de producción de fertilizante en el Perú, que hace varios meses viene ofreciendo el gobierno nacional?
Tenemos la materia prima para hacerlo, pero lo que se requiere es mucha voluntad política y liderazgo de las autoridades, para sacar adelante esto, porque en el norte tenemos los fosfatos, recordemos que Bolivia nos compra insumos para producir fertilizantes. Tenemos las posibilidades, pero es una estrategia a mediano plazo, al igual que el impulso de enfoques mucho más sostenibles de la producción de alimentos como la agricultura ecológica o restaurativa, para tener un sistema de producción más sostenible y no depender de insumos externos. Necesitamos una Estrategia Nacional de la agricultura orgánica o de la agroecología, elaborada con los gremios y para ello se requiere voluntad política, que sería mucho mejor en el mediano y largo plazo.
En ese contexto ¿qué opinas de la respuesta que el gobierno y el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego ha otorgado al sector agrario?
La verdad, son buenas intenciones, pero no se está logrando concretar. Recordemos que el año pasado el ex ministro Víctor Maita se fue a Bolivia con el Presidente de la República y con bombos y platillos anunciaron que se había firmado un convenio con el gobierno boliviano para el abastecimiento de los fertilizantes. Lamentablemente, tengo que decir que esto no se concretó y el actual ministro sigue ofreciendo lo mismo, pero me temo que son ofrecimientos, porque Bolivia tiene un gran comprador que es Brasil y este país se ha abastecido con anticipación previendo la coyuntura difícil que tenemos internacionalmente, además me da la impresión que los propios bolivianos también tienen escasez de abastecimiento de fertilizantes. Por ese lado va a ser complicado, aunque hay que darle el beneficio de la duda, aunque yo soy escéptico al respecto.
¿Cuál es su evaluación al subsidio de fertilizantes que implementó el gobierno?
Se dieron dos decretos de urgencia para habilitar 250 millones de soles y pagar a los productores que presentaban la factura de compra de los insumos que compraban. Los datos del MIDAGRI refieren que solo se logró colocar 20 millones, osea ni siquiera el 10%, porque es sumamente difícil que los pequeños productores agrarios que tienen mecanismos de compra y venta informales cuenten con una factura. No hubo logística para aplicar una política de este tipo, no ha funcionado. Cuando estuvimos en el Ministerio dejamos totalmente aprobada la ley y reglamento de compras estatales a la pequeña agricultura familiar y, no encuentro razones para que no se haya implementado desde agosto del año 2021. Había, más o menos, unos 400 millones de soles para la agricultura familiar, eso hubiera sido un apoyo directo a los pequeños productores de papa, plátano, manzano y de diferentes productos que pudieron haber consumido los alumnos, ahora que ya están regresando a clases presenciales. Y podría haber tenido un buen efecto, porque esos productos se hubieran adquirido por medio de programas sociales del Estado que hacen sus compras con bastante anticipación. Lamentablemente ahí la pequeña agricultura familiar no ha sido beneficiada y se ha dejado pasar una oportunidad muy importante.
En marzo se declaró en emergencia el sector agrario ¿Cree que tendrá alguna utilidad?
Después de ocho meses de gestión y con tantos cambios que se han hecho en el MIDAGRI, sacando gente muy valiosa, el Ministerio está ahora paralizado, sin capacidad de actuación. En diciembre del año pasado en el MIDAGRI, el programa con mayor presupuesto fue el PSI y sólo ejecutó el 30% de su presupuesto, como si las necesidades no fueran tan grandes para la pequeña agricultura familiar. El segundo programa que es Agro Rural alcanzó un 70% de ejecución, lo que no está mal, pero podría haber alcanzado algo mayor. No es un problema de plata, el problema es de gestión. Entonces, esperemos que este decreto de emergencia no se quede solo en anuncios y buenas intenciones como resultó ser la Segunda Reforma Agraria que en concreto no tiene nada novedoso. Esperemos que estos decretos no sean pretextos para saltarse procedimientos y regulaciones y, gastar sin cumplir los procedimientos. Ojalá que sea para atender las necesidades de los más de dos millones de productores que pertenecen a la agricultura familiar.
¿Qué se requiere en término de respuesta estatal inmediata para atender los problemas que hoy están afectando la agricultura familiar los pequeños productores y garantizar la continuidad de actividades productivas y el abastecimiento de alimentos al mercado?
Una de los problemas esenciales es una eficiente llegada efectiva de los productores hacia el consumidor. Lamentablemente tenemos todo un mecanismo de eslabonamientos con diferentes actores en la cadena de comercialización. Por un lado, los pequeños agricultores tienen muy bajos precios para sus productos y por el otro el consumidor final paga precios altos que no llegan directamente al productor. Aquí lo que habría que hacer es organizar a la pequeña agricultura familiar como en el Cusco donde hay un mercado de productores Huantaro, ese es el modelo, porque es un mercado de productores para que ellos mismos puedan ofrecer de forma organizada sus productos a las poblaciones en las grandes ciudades y en las capitales de provincia. Hay que recordar que el gran mercado mayorista de Santa Anita estaba pensado como el gran mercado de productores, pero ya vemos que derivó en mecanismos convencionales de comercialización, lo que no favorece absolutamente nada a la pequeña agricultura familiar. Pero debemos advertir que podría venirse una gran emergencia de seguridad alimentaria en el país por todas las condiciones, tanto internas y externas que se están dando por la guerra entre Rusia y Ucrania, que está afectando los canales de comercialización de los insumos especialmente relacionado con los fertilizantes. Aparentemente no tenemos problemas de abastecimiento porque todo está normal, pero por estas externalidades y sobre todo está falta de abonamiento podría llevar a que las cosechas se vean mermadas.