Fin de ciclo
Sociólogo
Las encuestas de intención de voto coinciden en señalar que, al parecer, por las respuestas de las preferencias electorales y por el voto de rechazo, la candidata Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, la heredera natural del Fujimorismo, la hija del dictador preso Alberto Fujimori, no va a pasar a la segunda vuelta en estas elecciones presidenciales del 2021.
Todo parece indicar, entonces, que la polarización Fujimorismo – Antifujimorismo que dominó la lucha política por cerca de tres décadas, ha llegado a su fin. Ya no habrá mas polarización en las segundas vueltas que hizo que el elector peruano eligiera el mal menor. Claro, no es el fin del fujimorismo, puesto que aún tiene un considerable voto duro que le permitirá tener una bancada congresal con el cual puede hacer oposición política al gobernante de turno, o bloquear iniciativas legislativas del Ejecutivo y ganar aliados para promover sus proyectos de ley.
Este fin de ciclo, o fin de la polarización fujimorismo – anti fujimorismo, tiene varias implicancias. El fujimorismo llegó a canalizar diferentes expresiones de la derecha patrimonialista y mercantilista que financiaron y apoyaron sus campañas electorales. El fujimorismo, también fue el canal en el que sectores católicos y evangélicos conservadores y fanáticos, trataron de derrotar la reforma educativa, recortar derechos de la mujer y anular el enfoque de género en la educación de niños y niñas.
El fujimorismo fracasó en su intento de ser gobierno, pero fue su absurda estrategia de confrontación, y su arraigada conducta autoritaria y corrupta la que terminó llevando a Keiko y a Fuerza Popular a la más estrepitosa derrota política, y, probablemente a la cárcel por largo tiempo.
Pero acabada esa polarización se abre otro ciclo de lucha política, en un escenario totalmente diferente en el que emergió el fujimorismo. Para empezar, la derecha empresarial y los defensores del modelo neoliberal están tratando de reagruparse. Desde los voceros de la derecha ya se escuchan los pedidos y las exigencias para que Keiko retire su candidatura para fortalecer la campaña de Hernando de Soto.
Los sectores evangélicos y católicos conservadores ya tienen otros partidos en las que buscan ganar presencia. Renovación Nacional con López Aliaga es su candidato preferido. El voto evangélico como sabemos es sumamente práctico; saben que no pueden ganar por ahora el gobierno, pero pueden imponer no una bancada sino varias bancadas en las que puedan influenciar desde su visión conservadora en la educación, la salud y la vida.
El nuevo ciclo, no obstante, se inicia con el agotamiento del modelo neoliberal que el fujimorismo representó y que tuvo continuidad en los gobiernos desde Toledo hasta PPK. Ya serán otros los ejes del debate.
Bienvenido este nuevo ciclo del debate político nacional.