José Coronel: “El problema fundamental en el VRAEM es el narcotráfico”
Corresponsal en Ayacucho
La masacre de 16 personas en la localidad de San Miguel del Ene (distrito de Vizcatán del Ene), a mano de un grupo armado relacionado con el Militarizado Partido Comunista del Perú, ha vuelto a poner al Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) en la agenda de discusión y en especial sobre la naturaleza y peligro de estos remanentes terroristas y, en algunos casos lo han utilizado para la batalla electoral de segunda vuelta. Noticias SER, para profundizar en el análisis entrevisto a José Coronel Aguirre, Miembro de la Mesa de Gobernabilidad de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza de Ayacucho
¿Cuál es la lectura que tiene sobre el asesinato de las 16 personas en Vizcatán del Ene? ¿Es un hecho aislado o puede marcar algún ciclo de violencia en el Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM)?
Primero, debemos señalar que el llamado Partido Comunista Militarizado del Perú, es una denominación que le han dado los hermanos Quispe Palomino -al grupo que lideran- luego de la caída de Feliciano, quien era el líder de la línea “Proseguir”, tras romper con Abimael Guzmán y con la dirección de Sendero Luminoso, por eso se denominan marxista, leninista, maoísta y ya no hablan del pensamiento Gonzalo, es más, reniegan de éste, lo acusan de traidor, de haber llevado a la organización a la bancarrota. Y, Guzmán los califica de bandas errantes de sicarios. Entonces, no es Sendero Luminoso estrictamente, aunque el camarada “José” y sus hermanos hayan tenido una militancia inicial en los años 80. Su accionar de las dos últimas décadas se caracteriza por una violencia focalizada y discontinua. Ahora, no poseen mayor discurso ideológico, ni perspectiva de poder. Sus enfrentamientos han sido con la policía y el ejército, en repetidas oportunidades y también en los dos últimos procesos electorales. Después, no se ha dado, en todo este tiempo, ninguna acción de esta envergadura, por el contrario, buscaban acercarse a la población, hasta se presentaron como los voceros de la defensa contra la erradicación de la hoja de coca y decían que ya no iban a realizar acciones violentas contra la población civil ni contra los Comités de Autodefensa (CAD) como había ordenado anteriormente Guzmán, por ello no se registran confrontaciones con ellos.
En un contexto de vacío ideológico del Militarizado Partido Comunista ¿se pude decir que es un grupo armado funcional a algunas actividades ilegales?
En lo fundamental si y, de eso viven. El problema fundamental es el narcotráfico, no ellos. Sin embargo, algunos de sus líderes, tienen la experiencia acumulada de más de 30 años de experiencia en las acciones armadas en distintas zonas como Huancasancos o Soras, como sucede con el camarada “José” y a ello se suma éstos últimos 20 años en los reductos del VRAEM, al nor extremo del VRAEM, colindante con Huancavelica y Junín. Entonces, están articulados al narcotráfico, protegen los corredores de tránsito entre el VRAEM y Junín, hacia Huancayo, pasando por las alturas de Huanta y Ayahuanco. Y repiten parte del discurso político de cliché que dejó Guzmán, pero no tienen una lectura actualizada del escenario político, ni difunden sus volantes como hacían con la etapa de Feliciano, hasta el 99, en la universidad de Huamanga o en Huancayo. Ahora están aislados y sin ninguna perspectiva de poder.
¿En ese sentido como se puede leer el asesinato de 16 personas en Vizcatán del Ene?
Esta acción va a contracorriente con toda esa tendencia de aproximación a la sociedad civil y, con las 16 personas ejecutadas incluido estos dos niños. Pero, el contenido del comunicado, habla de una limpieza social, y reconociendo a la autoridades electas a nivel local, incluso a los comités de autodefensa, para contribuir en reordenar, con un supuesto criterio ético la vida social en el VRAEM. Hay un oficial del ejército que señalado que también existe un documento similar del 18 de mayo, pero no se ha difundido y, eso podría significar un giro en su discurso, pero en condiciones de debilidad extrema, con lo que queda de su organización luego de la caída de Raúl y del otro hermano. Entonces, queda sólo José en la dirección y en el segundo nivel son jóvenes entre veinte y treinta y tantos años, algunos de ellos ex reclutas del ejército, que no tienen discurso ideológico. Sería un contrasentido para ellos abrir frentes cuando se está buscando sobrevivir.
¿En qué zonas del VRAEM está concentrado el grupo armado de los Quispe Palomino?
Principalmente en la zona de Vizcatán, varios otros poblados de Ayahuanco y parte de Huancavelica como la zona de Tintaypunku, y ahora en Vizcatán del Ene, que corresponde a Pangoa, en Junín. Antes tuvieron presencia en La Convención, cuando ocurrió el ataque del gasoducto de Camisea, pero luego se retrajeron a su nicho en el norte de Huanta, colindante con Junín, ese es su espacio, por eso los comités de autodefensa de Kimbiri, San Francisco, Pichari, Sivia, en sus eventos mostraban su malestar terrible de que se considere a todo el VRAEM como zona de presencia de estas columnas armadas y lo que queda de los hermanos Quispe Palomino, que como señalan los expertos y el propio ex ministro del Interior, Rubén Vargas, son un promedio de 150 hombres armados.
Considerando las características de este grupo armado ¿es acertada las estrategias que implementa las fuerzas armadas y policiales para su combate?
A mí me ha preocupado, además de lo que ya sabemos, la declaración del Juez de Paz de San Miguel del Ene, indicando que fue a pedir ayuda a Pichari al Coronel del Ejército y a la Policía para que lo acompañen al escenario de los hechos, y sólo el fiscal acepto realizar la visita con la protección de los CADs y el apoyo de la Cruz Roja. Yo creo que este grupo de los hermanos Quispe Palomino ya no es un problema bélico, ni un riesgo alguno para la región ni para el Estado, es un problema principalmente policial y se debería desarrollar una estrategia de inteligencia como la que se dio en el Huallaga, de vinculación con la población, con las organizaciones de la zona para hacer los cercos y la captura de estos remanentes de acción terrorista hoy vinculados al narcotráfico. La presencia del Ejército, incluidos los infantes de marina, durante más de 15 años no ha tenido efectos porque no es un tema militar, es un tema policial vinculado a proyectos de desarrollo integral del VRAEM, de alternativa a los cocaleros, ese es el tema.
En términos generales ¿se ha avanzado en la lucha contra el narcotráfico?
La lucha contra el narcotráfico está militarizada cuando éste es un tema policial. Además no está articulada a proyectos de desarrollo alternativo para los campesinos que se dedican al cultivo de la coca, que son satanizados. El otro asunto es, el tema de la provisión de insumo, y el traslado de ganancias que se da a través de la red bancaria nacional, y que se tiene que bloquear a través de un trabajo de inteligencia financiera.
¿Cuál es la situación de los CADs, su vigencia en los espacios de decisión local y sus demandas?
En dos congresos realizados en Pichari se reunieron más de 200 delegados de Junín, La Convención y Ayacucho. Allí, los grupos mayores de trabajo eran los de desarrollo, los de infraestructura vial, educación, salud. También estuvieron presentes 34 delegados de las comunidades Asháninkas que reclamaban un trato prioritario. Los CADs levantaban sus banderas de reivindicaciones, de demanda de reparaciones que no han tenido, ellos que sacrificaron sus recursos, su juventud en la lucha y la derrota de Sendero en el VRAEM. Hemos podido ver en las fotos, en San Miguel del Ene, detrás del entrevistado juez de paz a jóvenes armados y él hablo de un número alto de miembros del CADs que han garantizado el traslado del fiscal desde Pichari hasta su distrito de Vizcatán del Ene. Sabemos también que en Pichiwilca, Palmapampa, Anchuhuay y el propio Pichari, San Francisco, tienen vigencia pero para el control de la delincuencia común.
La creación de una cantidad significativa de distritos en los territorios de VRAEM ¿fue útil para la lucha contra el narcotráfico y garantizar la presencia de Estado?
Ese es un camino que desarrollan las comunidades altoandinas. Por ejemplo, Uchuraccay en el 2014 logró su distritalización, también Chaca, Pucacolpa en Ayahuanco, que son zonas de influencia del VRAEM y en el mismo VRAEM se distritalizaron Llochegua, que era parte de Sivia, y Canayre. Esto le permite un nivel de participación en su gobierno local, un nivel de presencia de Estado que acorta distancia y mejora en algunos servicios de educación, salud, de articulación vial y si es un espacio de reivindicación significativa, pero no hay el correlato de presencia del Estado en materia de seguridad y de presencia policial. Además hay que señalar que la policía tampoco es muy reconocida, y es necesario que mejore sus estrategias de trabajo.
¿Cuál es la situación del movimiento cocalero en estos tiempos, porque a inicios del 2000 lideraban movilizaciones grandes?
Esa época estaba asociada a Nelson Palomino, que aparecía con poder en la zona, porque cuando uno quería ingresar al VRAEM te pedían incluso credenciales y opiniones sobre el tema de la erradicación. Ahí había una demanda de integrarse al Estado y, varios de esos dirigentes han pasado a ser alcaldes y entonces ya pueden canalizar demandas vía la Asociación de Municipalidades de VRAE, que tiene un trato especial en el Ministerio de Economía y Finanzas, priorizando sus demandas. Y al mismo tiempo se solidarizan con las marchas que e vuelven masivas cuando anuncian la erradicación masiva en el VRAEM, que hasta ahora no se ha podido efectivizar. Entonces, volvemos al problema del desarrollo integral, donde las estrategias y de la presencia de los proyectos alternativos es un tema fundamental, y que como no se aborda ha llevado al fracaso total a las políticas antidrogas en el VRAEM.
¿Cuál es el nivel de dependencia de la población con la hoja de coca y cómo ha afectado la variabilidad que ha presentado en estos últimos años el precio de la hoja?
El problema mayor es de los campesinos que tienen menos de 3 hectáreas, y sabemos que en el VRAEM hay un porcentaje muy alto que posee menos incluso de una hectárea y media y, son ellos los más afectados cuando hay esta baja de precio, porque dependen de este cultivo que como sabemos tiene 3 cosechas al año y a veces más. Afecta también a los campesinos de la zona altoandina que trabajan como peones, incluso escolares, en periodo de vacaciones. Entonces, tiene un efecto directo en la demanda laboral las alteraciones en los precios, ya que obligan a gran parte de ellos a retornar a sus comunidades de origen. Un alto porcentaje de estos productores de coca son de comunidades de pagos y parcelarios de Huanta, La Mar y en cierta medida de Huamanga y, en menor número de Vilcashuamán. En cambio, los que tienen áreas mayores y se dedican al café, al cacao, sacha inchi, noni, tienen mucho mejores posibilidades de tener continuidad como ocurre ahora en el Huallaga, en la Merced, en todo la zona de la selva que ya no depende del narcotráfico.
En términos generales ¿cómo se ha vivido la pandemia en el VRAEM?
Hemos tenido alguna información radial y algunos comerciantes que van con frecuencia al VRAEM, aun en el tiempo de la pandemia; los CADs tuvieron mucha eficacia en el cerco sanitario, en la primera etapa, pero luego descuidaron un poco y como hay una alta movilidad poblacional de campo - ciudad con Ayacucho, Huanta, Tambo, si se han dado casos importantes en el segundo semestre del años pasado y parte de este de incidencia del covid-19, pero en las comunidades altoandinas no, la incidencia ha sido mínima.