La informalidad y el mercantilismo ponen en riesgo a Machupicchu
Cusco se ha caracterizado por ofrecer una diversidad turística, es más me atrevería a decir que otras regiones del pais lo toman como ejemplo de gestión turística, imagen que cobró mucha más relevancia con la declaratoria de la UNESCO aquel 2007 que nos puso en la palestra del mundo como un destino turístico único y del cual todo peruano se siente orgulloso.
Sin embargo, actualmente nos pasa factura el turismo informal que ronda más del 70%, y la gestión de autoridades como nuestro gobernador regional que en un momento se ufanó de ser "el Harry Potter del turismo" que con su varita mágica, y su sequito de asesores nos ayudarían a planificar está importante actividad de mejor manera. Lamentablemente no fue así, los canales de comunicación y difusión de la GERCETUR y DIRCETUR brillan por su ausencia, en su lugar encontramos jaladores, empresas informales por doquier en la plaza de armas del Cusco brindando información errónea al turista pero también "empresas" informales a nivel nacional que ofrecen paquetes turísticos en internet.
La situación empeora cuando vemos al alcalde de Aguas Calientes - Machupicchu, azuzanso a la población para realizar paros constantes reclamando el incremento del aforo de visitantes, sin ofrecer condiciones seguras de infraestructura para los turistas. Basta recordar el reciente desborde del río Alcamayo, que se repite cada cierto tiempo. Sin embargo a la fecha se tiene una ejecución presupuestal del 31% en prevención de desastres, y una ausencia permanente de planificación urbana.
Si bien desde la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco se han dado soluciones para la compra de los boletos, y que estos son intransferibles, la problemática del ingreso a Machuupicchu es múltiple, desde la mala información de acceso a la ciudadela, como por ejemplo el hecho de que es preciso comprar el boleto de ingreso a la llaqta que tiene un aforo limitado y posteriormente realizar la compra del boleto de viaje del monopolio de FETRANSA del cual es concesionaria PERURAIL. Así el turista nacional es maltratado por empresarios mercantilistas, que además se han opuesto a la construcción de otra vía alterna por La Convención.
Aunque el reconocimiento de Machupicchu como una de "las siete maravillas del mundo" nos puso en la palestra del mundo como un destino turístico único y su declaratoria ha sido sostén de muchas familias cusqueñas, también es cierto que este turismo mal planificado abusa y engaña al visitante. Por ello urgen medidas integrales desde el gobierno central, regional y local con mesas técnicas que respondan a la necesidad real de gestión y conservación, lejos de los apetitos personales de lucro, pero además la ciudadanía debe entender que necesitamos planificar el sector turismo si queremos que este sea sostenible en el tiempo. Ya es tiempo de dejar de repetir el cuento de que el turismo es "una industria que no contamina" porque al no ser planificada si lo hace y con ello degrada nuestro valioso patrimonio. Pongamos freno a la histeria colectiva de un comercio informal y mercantilista que cada día pone en mayor riesgo a Machupicchu. Ojalá que quienes aspiran a gobernar la región tomen nota de esta tarea.