La inviabilidad de la vacancia
Economista
El último pleno del congreso decidió insistir en una nueva intentona de vacancia. Sesenta votos contra treinta y ocho y dieciocho abstenciones, mucho menos que el primer intento de vacancia de setiembre, donde la votación alcanzó los sesenta y cinco votos a favor frente a treinta y seis en contra, y veinticuatro abstenciones. Todos conocemos como terminó el primer intento de vacancia, mientras que en este segundo intento para algunos, la vacancia está en ciernes y más de uno empieza a frotarse las manos.
Curioso y raro congreso, porque el móvil del primer intento de vacancia era la frivolidad y una “mentirilla” del presidente, mientras que, en ésta segunda, la cosa es más grave, porque se le acusa al presidente de recibir, nada más y nada menos, que una coima de más de dos millones de soles cuando fue gobernador de Moquegua.
¿Qué pasa con este congreso? ¿Tienen más pruebas y argumentos para vacar al presidente y de pronto se echaron atrás? ¿Por qué insisten entonces con la vacancia presidencial?
Desde esta columna hemos venido afirmando, desde hace algún tiempo, que el problema de la clase política y de éste congreso -en particular- es la falta de confianza. Mientras tengan a Merino con el sueño de ser presidente y a Alarcón al frente de las Comisión de Ética, nadie les va a creer. Han elegido mal a sus mensajeros y encima tienen una gran capacidad para hacer mal, las cosas buenas, y bien, las cosas malas
Lo que se puede percibir es que el Congreso tiene miedo de perder lo que no nunca ha tenido: el respaldo de las calles o tal vez que éste se vuelque en contra de ellos al vacar al presidente. Eso hace que más de una bancada –sobre todo los que tienen la expectativa de ganar las elecciones- teman enfrentarse a un presidente popular cuya aprobación de su gestión alcanza el 54%. Si bien habría más evidencias y pruebas para vacar al presidente, son conscientes que la gente le cree más a Vizcarra que a ellos.
Adicionalmente estimamos una inviabilidad matemática para vacar al presidente. Es decir, no tienen la correlación de fuerzas suficiente para contar con los 87 congresistas que necesitan para que proceda la vacancia. Es decir, si las bancadas de APP (21), el Partido Morado (9) y Somos Perú (10), que han declarado que no van a votar por la vacancia, cumplen su palabra, lograrían 40 votos en contra, por lo que la vacancia no procedería, dado que de los 130 congresistas solo votarían 125, ya que 5 tienen actualmente licencia.
Si a lo anterior le agregamos la división de votos de AP y del Frente Amplio; la indecisión de los votos de Fuerza Popular que desde hace rato está intentando reposicionar su imagen de cara a las elecciones del 2021, e incluso el voto del mismísimo Urresti que voto en contra de la vacancia, podemos predecir que la suerte de los vacadores está echada, salvo aparezca un videíto de Vizcarra recibiendo dinero, tal como lo ha venido especulando un canal vinculado al fujimorismo.
Insistir en la vacancia presidencial no tiene el mismo propósito para todos los partidos. Para los radicales es una estrategia para acumular votos en las elecciones del 2021, y para los fujimoristas, apristas, AP, entre otros, se trata de un asunto más de mediano plazo, y que consiste en desgastar al máximo la imagen de Vizcarra de cara a las elecciones del 2026.
Si hay algo que junta a los vacadores es que se les haga el milagrito de aparecer el “videíto” del que tanto hablan que haga creíble las acusaciones en contra Vizcarra que justifique su vacancia. ¿Porque creen que se le negó comparecer al presidente esta semana y lo patearon para el lunes?