Opinión

La muy leal oposición de Keiko Fujimori y El Comercio

Por Carlos Reyna

Sociólogo

La muy leal oposición de Keiko Fujimori y El ComercioFoto: El Men

“La crisis ya concluyó en el país. El país ha entrado en un proceso de pacificación….Ha regresado la estabilidad” le contó, fingiendo optimismo, el premier Alberto Otárola el miércoles 7 a un periodista de Radio Francia Internacional. Lo entrevistó en España mientras disfrutaba de uno de sus viajes para mejorar la imagen del país.

Igual optimismo mostró Dina Boluarte el viernes 9, al dar un autogratificante discurso por cumplir seis meses de haber tomado la presidencia. Tan entusiasta estuvo que terminó diciendo “Continuaremos cometiendo errores con el único propósito de servir a la población peruana”.

El reciente lunes 12, el ministro de Economía se subió al optimismo de Otárola. Se había reunido con los presidentes del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, de paso por Lima. A su salida le contó esto a la prensa. “Tanto el presidente del Banco Mundial como del BID han ratificado su apoyo expreso a las políticas que vamos a continuar implementando, pensando en la reactivación”.

Desinflando el optimismo de Boluarte y Otárola

Muy rápido, ambos vieron cómo les desinflaban sus buenos deseos. El mismo lunes, el presidente del BM, Ajay Banga, se abstuvo de responder a las preguntas de los periodistas sobre las políticas del gobierno pero si dijo esto sobre la situación del Perú: Desafortunadamente el riesgo político es un desafío para el Perú”. Le pinchó el globo a Otárola.

Peor que eso, para Dina Boluarte y Otárola, fue el editorial de El Comercio del domingo 11. Bajo el título ´Sin Mea Culpa”. El viejo y astuto diario estrenó un tono crítico contra el triunfalismo y la autocomplacencia de ella y de su gabinete. En sus líneas finales, el editorial advirtió a Boluarte que: “Si la mandataria aspira realmente a completar su período presidencial, va a necesitar bastante más que lo que demostró el viernes pasado”.

La peor de esta serie de desaires al optimismo disforzado de la dupla gobernante provino de la que ha venido siendo su principal aliada desde que asumieron sus cargos. El martes 13 Keiko Fujimori aprovechó la oportunidad que se le presentó con el editorial de El Comercio. También chancó la gestión de Boluarte y de varios de sus ministros. La urgió a hacer varios cambios presidenciales y aseguró que, si no ocurrían, su bancada misma los censuraría. Esto abrió la especulación sobre si se trata de una ruptura y un pase a la oposición por parte del fujimorismo.

La muy leal oposición al gobierno Boluarte – Otárola

El editorial de El Comercio menciona diversos errores y ausencia de autocrítica en una serie de sectores y ministros. Pero apenas hace una mención muy vaga sobre la principal y más grave de las responsabilidades de Boluarte, Otárola y su gabinete en estos seis meses: las masacres del sur andino. Un tema al cual The New York Times le dedicó una investigación especial y cientos de medios internacionales han informado. La corporación de medios con más recursos del Perú apenas ha mencionado que aún no hay explicaciones a las familias de las víctimas. Ni una letra sobre la responsabilidad de la propia presidenta, su premier y otros. Nada sobre el boicot de los mandos militares a las investigaciones fiscales. Nada sobre la ausencia de investigación dentro del propio Ministerio de Defensa o del Interior.

A su vez, el pronunciamiento de Keiko Fujimori, no hace siquiera una ligera mención sobre el tema. Nada. Para esta señora supuestamente política no existe lo que motivó el pronunciamiento del íntegro de los embajadores extranjeros, incluído el Nuncio Apostólico, o sea el embajador del Papa, en el propio Palacio de Gobierno. En sus palabras Keiko dice tener preocupación por las vidas perdidas por el dengue. Su silencio expresa no tener ninguna por los ejecutados extrajudiciales ni sus familias. Por eso advierte sobre posibles censuras a ministros chauchillas como la de Salud, pero nada sobre Otárola.

De la falsa crítica a la crítica en la acción

El editorial de El Comercio y el pronunciamiento de Keiko Fujimori, al callar sobre las responsabilidades de todos los personajes de gobierno y sobre el boicot a la investigación fiscal sobre las masacres del Sur, demuestran que su diluída crítica es solo una manera embozada de seguir funcionando como escudos políticos de Dina Boluarte y su premier Otárola.

Si han sacado ese editorial y ese pronunciamiento es porque sería escandaloso que sigan respaldando al gobierno en toda su gestión. El Comercio seguiría hundiendo aún más su credibilidad, lectoría y ventas. A Keiko Fujimori le preocupa que el respaldo total a una presidenta que ronda apenas el 10 % de aprobación le quite votos a su nueva candidatura. Por eso la suya es solo una muy leal y ladina postura frente a una presidenta responsable de los peores hechos de violencia en lo que va de este siglo. No hay oposición ni menos ruptura.

Aun así, con frecuencia las acciones políticas buscan cierto efecto pero desencadenan su contrario. Así no lo hayan querido, su falsa crítica podría inducir a otros a pasar a la crítica más real, la de las acciones. Por ahora se desinfló el optimismo del gobierno. Más adelante, quizás le pinchen su poder.