Opinión

La negligencia se llama Repsol

Por Noticias SER
La negligencia se llama RepsolFoto: ANDINA

Pasado un mes del derrame de más de 11 mil barriles de petróleo en el mar de Ventanilla, es poco lo que se ha avanzado en la atención a la población afectada y casi nada en la determinación de responsabilidades del desastre provocado en el marco de las operaciones de descarga de hidrocarburos destinados a la Refinería La Pampilla, a cargo de la empresa Repsol.

Del lado de la empresa española hemos pasado de una primera versión que culpaba a la naturaleza, en particular al tsunami de Tonga y el mal llamado “oleaje anómalo”, a una segunda versión en la que el desastre habría sido causado por un movimiento también anómalo del barco italiano Mare Doricum. Sin embargo, a estas alturas queda claro que ambas versiones solo buscan limpiar la responsabilidad y la negligencia mostrada por Repsol desde el momento en que se produjo el derrame.

Pero además de la permanente evasión de su responsabilidad, los peruanos y peruanas hemos visto la escasa prolijidad empresarial en el proceso de limpieza del petróleo, confirmando que la tan promocionada responsabilidad social y la debida diligencia no son más que palabras. Y por si eso fuera poco, se ha hecho público que Repsol estaría negociando compensaciones a pescadores y pobladores, sin que haya una valoración adecuada de los impactos que el derrame ha provocado, aprovechando la precaria situación económica de los afectados.

Ciertamente, ello ha sido posible por la escasa capacidad de respuesta de las instituciones públicas a cargo del problema, así como al deterioro general de la administración pública desde que inició el gobierno de Pedro Castillo. En efecto, lo que hemos visto desde el lado del Estado, solo es un actuar ineficiente y desordenado, con diversas investigaciones en curso y medidas poco pensadas como la suspensión temporal de las operaciones de La Pampilla que luego debió ser revocada por el riesgo del desabastecimiento del combustible.

Sin un mando ni rumbo claro de parte del gobierno, y con tímidas declaraciones de los ministros del sector Ambiente y Energía y Minas, que como el resto de sus colegas son “aves de paso” a causa de las sucesivas crisis ministeriales, y el silencio cómplice de una oposición cuya única agenda es tumbarse al gobierno, la empresa Repsol, hace gala de su desprecio por las familias afectadas, por el medio ambiente y por el país en general.

En Noticias SER consideramos inaceptable y una burla a todo el Perú, la negligencia permanente y la evasión de responsabilidades de parte de la empresa Repsol. Invocamos a las autoridades del Estado peruano a dar atención prioritaria a las familias afectadas y agilizar las investigaciones en curso. Sin un liderazgo firme y un compromiso de la sociedad y el estado, este tipo de empresas seguirán burlándose del país y haciendo negocios a costa de nuestras vidas.