La población LTGB+ en los estudios sociales en el Perú
Director de la Revista Crónicas de la Diversidad. Licenciado en Economía por la PUCP. Diplomado en Políticas sociales efectivas para el desarrollo humano por el Instituto de Estudios Sociales de La Haya y en Proyectos de desarrollo en áreas rurales por el Centro Weitz de Estudios para el Desarrollo de Israel.
Hace unos días se presentó el libro del SEPIA XIX, uno de cuyos temas fue “Trayectorias territoriales, género y juventud rural”. En la presentación de los artículos que componen este tema Patricia Ames felicita “la inclusión de colectivos por cierto tiempo invisibilizados”. Se refiere a los jóvenes y las mujeres rurales.
En la ponencia de balance sobre el tema Adriana Urrutia nos informa que “Las mujeres y los jóvenes rurales han sido actores visibilizados, en mayor o menor medida, en la literatura sobre desarrollo desde los años ochenta.” 40 años de estudios al respecto en el Perú y, hasta donde he podido revisar, nada sobre mujeres y jóvenes rurales LTGB+. ¿Por qué las Ciencias Sociales en el Perú han abandonado completamente esta línea de investigación?
Vengo desde hace unos años trasladando esta pregunta a profesores e investigadores. Algunas de las respuestas que he recibido son que es un tema escabroso o que predomina cierto conservadurismo en los investigadores nacionales. A un antropólogo que me contaba sobre el tema en comunidades nativas le pedí que escriba al respecto, pero me comentó que prefería no hacerlo porque, en un país como el Perú, eso iba a sumar al estigma y discriminación que ya sufrían. Otro antropólogo incluyó algunas preguntas al respecto en una encuesta que tomó en Puno pero, según me comenta, no recolectó suficiente información como para escribir un artículo.
Sobre los cuestionamientos personales de cada profesional para investigar o escribir, lo único que se puede decir es que esperamos que los tiempos generen mayor apertura e interés sobre el tema.
Sobre la información y cómo recolectarla en sociedades homofóbicas donde tratar el tema puede provocar rechazo e incluso violencia, hay que revisar el trabajo de Edson Hurtado en Bolivia, Indígenas homosexuales (Conexión, 2014), en donde hace una recopilación de historias, focus groups y entrevistas a profundidad para acercarse a la cosmovisión sobre diversidades sexuales en localidades de siete pueblos originarios (moxeños, afrobolivianos, quechuas, ayoreos, guaraníes, tacanas y aymaras).
Son importantes también los registros que ha hecho David Aruquipa de bailes bolivianos en donde ocurren travestismos.
El Movimiento Maricas Bolivia se encuentra registrando casos específicos de personalidades en zonas rurales. Algunas de las entrevistas que han realizado las hemos publicado en Crónicas de la Diversidad: “Encaminar la lucha trans desde mi personalidad aymara”, entrevista a Brígida F. Ajata Hinojosa; “Ser indígena y homosexual” entrevista a Álvaro Chuvé Chuvé, indígena tevi de tierras bajas; “Ullupaku dominatrix, identidad indígena y de mujer trans”, entrevista a Laura Álvarez Mollinedo.
Es importante la publicación “Reflexiones sobre diversidades sexuales y de género en comunidades indígenas de Bolivia” (Comunidad Diversa, 2013) en donde se analiza cómo la sexualidad disidente puede afectar el acceso a la tierra y a los cargos en las fiestas y en representaciones políticas. En la publicación se cuestiona la dualidad que muchos investigadores creen encontrar en el mundo andino y que dejarían de lado géneros alternativos.
En esta búsqueda no sistemática nos hemos encontrado también con el registro en video, realizado por el colombiano Rubén Mendoza, sobre el día a día de una mujer trans en una comunidad tradicional de los andes colombianos (Señorita María, 2017). Aunque los estudios de casos específicos son comunes en las ciencias sociales, este caso en particular fue cuestionado por el impacto que tuvo sobre la vida de la protagonista, cosa que está relacionado con el temor que nos comentaba nuestro amigo antropólogo de la selva.
¿Qué se ha publicado en el Perú sobre la población LTGB+ en zonas rurales? Hasta donde sabemos, nada. Lo que conocemos de lo que pudiera estar ocurriendo en las zonas rurales provienen del arte. Recordemos las menciones de Arguedas en El Sexto (publicada en 1961):
"Ella es pues mujer. El mundo lo ha hecho así. Si hubiera nacido en uno de nuestros pueblos de la sierra su madre le hubiera acogotado. ¡Eso es maldición allá! Ni uno de ellos crece." dice Cámac en El Sexto, conversando con Gabriel sobre el personaje transgénero Rosita.
Del mismo modo, películas relativamente recientes como “El pecado” de Palito Ortega (2007) y “Retablo” de Álvaro Delgado-Aparicio (2017) nos muestran el entorno violentamente homofóbico del que hablaba Cámac.
En Retablo, Noé vive con su esposa Anatolia y su hijo Segundo en algún lugar de los andes peruanos. Noé es homosexual y su familia se entera cuando miembros de su propia comunidad lo golpean hasta casi matarlo por el simple hecho de serlo. En El pecado, Yahaira es una mujer transgénero que vive en una zona rural y que esconde su identidad por temor a sus hermanos. Cuando estos se enteran, la violencia que ejercen sobre ella la obliga a salir de su pueblo hacia la ciudad de Ayacucho. Sus hermanos la encuentran y huye hacia Huancayo donde vive según su identidad, pero los problemas económicos la obligan a prostituirse.
Investigaciones sobre el tema podrían ser difíciles de trabajar en las zonas rurales del Perú y eso explicaría la ausencia de estudios. Pero, en general, en las ciencias sociales, en el Perú, estos son tan escasos que se pueden enumerar rápidamente en este artículo.
El 2001 el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán publicó algunas aproximaciones desde la antropología, la historia, la medicina y las artes, en el libro De amores y luchas. Diversidad sexual, derechos humanos y ciudadanía con artículos de Angélica Motta, José Montalvo Cifuentes y Oscar Ugarteche entre otros, y un prólogo de Jorge Bracamonte.
En 2007 el Instituto de Estudios Peruanos (IEP) publicó La imagen indecente. Diversidad sexual, prejuicio y discriminación en la prensa escrita peruana de Carlos Cosme, Martín Jaime, Alejandro Merino y José Luis Rosales.
Martín Jaime desde la antropología y Giancarlo Cornejo desde la sociología, han publicado recientemente algunas aproximaciones al respecto.
En economía están las menciones hechas por Liuba Kogan y Rosa María Fuchs a la discriminación por orientación sexual en el mercado laboral limeño en el libro “No pero sí” (Universidad del Pacífico, 2013).
Quizá sea importante mencionar que la Universidad del Pacífico (UP) trajo en el 2014 a Lee Badgett, PhD en economía por la Universidad de California en Berkeley, quien había realizado un trabajo con el Banco Mundial sobre el impacto de la homofobia en el desarrollo de los países emergentes. Habría que revisar las tesis recientes de la UP para ver si la iniciativa tuvo eco.
En 2014 también, el IEP promovió una reunión con el sociólogo Fréderic Martel, de visita en el Perú, quien había publicado Global Gay. Cómo la revolución gay está cambiando el mundo (Penguin Random House, 2013). Comentaron el libro en esa oportunidad el antropólogo Alexánder Huerta-Mercado y el sociólogo Felix Lossio Chávez, ambos de la PUCP. Cosa curiosa, el lanzamiento del siguiente libro de Martel, Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano (Roca Editorial, 2019), fue anunciado pero nunca llegó al Perú.
Una de las consecuencias de la escasez de estudios sobre la diversidad sexual y de género es que ocasiona que los espacios de conocimiento sobre el tema sean ocupados por discursos nada asentados en evidencias, sino más bien en interpretaciones populares que, en un país con tradición homofóbica, podrían llegar a generar discriminación y maltratos. Si le sumamos a ello la presencia en el país de grupos ultraconservadores, con un fuerte interés por negarle derechos, e incluso existencia, a esta diversidad, se propician entornos sociales peligrosos para muchos jóvenes.