La política y los campesinos: aislamiento, franquicias y apatía
Psicólogo
La realización de las Elecciones Municipales Complementarias, el 2 de julio reciente, en once distritos del Perú profundo(1) permite observar cuál ha sido el comportamiento electoral - y sus connotaciones políticas - de los habitantes alejados del epicentro de la protesta social de diciembre-enero que estremeció al país (con la excepción, tal vez, de Lari, ubicado en la provincia de Caylloma, Arequipa; y de Chimbán y Pión, pertenecientes a Chota, Cajamarca). Son distritos rurales, aislados y pobres (excepto Manitea, de La Convención, Cusco con ingentes ingresos del canon gasífero), donde todos se conocen, trabajan en la agricultura y ganadería; acaso producen artesanías para completar sus exiguos ingresos monetarios y su instrucción escolar apenas completa el nivel primario.
En esos pueblos, la actividad política no existe y los agrupamientos de vecinos (comunidad campesina, APAFA, junta de regantes, comité del vaso de leche, cofradía del santo patrón, club de fútbol) no forman, en sentido estricto, la sociedad civil local. El interés por la política tampoco ha sido medido, por la sencilla razón que las encuestadoras no llegan a los distritos rurales. La información política que reciben sus pobladores se supone que proviene, principalmente, de las radios locales. Las duras condiciones de vida en el campo, en parte responsables de la baja participación y hasta de la apatía política de sus electores, explican que en las elecciones de octubre sólo fuera presentada una lista de candidatos en cinco de los once distritos. En realidad, no tienen más incentivos que los pobres de las ciudades para intervenir en política, porque ella no les ha traído ningún beneficio. Tienen lo que los politólogos bautizaron como una “cultura política parroquial”. La lucha por la subsistencia diaria, después de la hecatombe de la pandemia, es algo que políticos e intelectuales no comprenden.
Estas elecciones complementarias fueron convocadas por el JNE, porque las del año pasado fueron anuladas, aunque los motivos fueron diferentes en cada caso. En el pasado las anulaciones se debieron, en la mayoría de casos a interrupciones violentas del escrutinio. Esta vez esa causa explica los casos de Recta, Manitea y Huamantanga, donde se quemaron las actas porque se denunció la presencia de electores “golondrinos” mercenarios. Hubo cuatro casos en los que más de la mitad de los electores no acudió a votar: Canis, Chimbán, Pión y Chinchihuasi. En Aco y Lari, donde sólo había una lista de candidatos, la suma de votos blancos y nulos superaron los dos tercios de los votos emitidos. No hay que olvidar los motivos de la anulación a la hora de analizar los resultados.
Por otro lado, y siguiendo una costumbre establecida, esta vez disminuyó el número de listas de candidatos que pasó de 31 en octubre, a 23 en julio. La explicación es, principalmente, económica, pues no todos los ex candidatos a alcaldes pueden invertir en una segunda campaña. Hay que recordar que, precisamente, fue en Huamantanga, durante la Consulta de Revocatoria de las Autoridades Municipales del 2004, donde el sociólogo Ismael Romero descubrió lo que se podría decir que fueron operaciones de franquicia electoral que suelen hacerse entre los candidatos a las alcaldías distritales y dirigentes de partidos nacionales (y movimientos regionales, luego), que les permite usar una marca ya establecida en el mercado electoral, a cambio de lo cual éstos reciben votos para sus listas provinciales y regionales.
Así, en estas Elecciones Complementarias, Alianza para el Progreso ha auspiciado a candidatos de Lari, Chimbán, Pión, Manitea, Aparicio Pomares; Somos Perú, a listas en Chimbán, Manitea, Chinchihuasi, Salcabamba; Juntos por el Perú en Aco, Canis y Manitea. Pero, aparte de prestar el logo, no hay ningún compromiso programático o ideológico de los candidatos con esos partidos, porque hace tiempo que los llamados partidos se vaciaron de doctrinas y programas. Tampoco se tiene noticia de que sus dirigentes nacionales o regionales hayan viajado hasta allí para apoyar a “sus” candidatos o los hayan invitado a cursos de capacitación o en el pasado les hayan brindado servicios de asesoría permanente, incluyendo, sobre todo, a los que reciben fondos del Estado.
En relación a las denuncias de la presencia de electores “golondrinos”, el RENIEC hizo verificaciones domiciliarias en el mes de febrero, producto de las cuales un total de 1,163 electores de estos distritos fueron excluidos de los padrones y restituidos a sus anteriores domicilios. En particular, en Recta disminuyeron 35 electores, 209 en Manitea y 35 en Huamantanga, llegando a 378 en Aparicio Pomares y más de cien en Chimbán y Salcabamba.
Veamos los resultados. En cuanto a la participación, en los ocho distritos donde se la pudo medir en octubre pasado, fue del 60. 1 %, es decir, con un ausentismo del 39.9 % de los electores, superior al promedio nacional que fue de 21.5 %. Esta vez en cinco de ellos disminuyó el ausentismo y en dos creció a alrededor del 30 %, lo que es normal, históricamente hablando.
La gran excepción ha sido el distrito de Pión situado en las márgenes del río Marañón, junto a su vecino Chimbán, zona en donde se dice que hay sembríos de amapola. Si en octubre el ausentismo en Pión fue del 55. 1 %, esta vez creció a la nunca vista cifra del 97.2 %, teniendo a la misma lista de candidatos. Si en octubre fueron a votar 570 electores de 1,269 convocados, esta vez acudieron sólo 33. Una reacción electoral que sólo figuraba en una novela del Premio Nóbel José Saramago. La causa aparente fue la antipatía con el candidato aliado de Alianza para el Progreso que en octubre cosechó 513 votos. Esta vez fue excluido por el Jurado Electoral Especial por no haber consignado en su hoja de vida su participación en una empresa. Él denunció que esa sanción, no le fue aplicada a un candidato del distrito de Salcabamba que había tenido la misma omisión y anunció por redes sociales que no acudiría a votar. Lo que, al parecer, tuvo un enorme eco en sus simpatizantes, a los que se sumaron los descontentos con su postulación. Por tanto, nuevamente, estas elecciones deberán ser anuladas.
Otro resultado curioso es el de Huamantanga, donde la lista del movimiento Patria Joven le ganó a la lista oficialista del Movimiento Unidad Cívica Lima por 4 votos, con el agregado de que, tanto el candidato a alcalde de la lista ganadora, como dos de sus regidores no pudieron votar, porque el RENIEC los había excluido del padrón en el mes de febrero, luego de que un fiscalizador, aparentemente, no los encontrara en sus domicilios. ¿Y el empate se explica porque la oferta de los candidatos era parecida en cuanto a “gestionar la siembra y cosecha de agua”, “promover el turismo”, “apoyar al adulto mayor” o “apoyar a las microempresas”?
En Lari no hubo lista del movimiento que ganó las elecciones regionales y disputaron dos grupos regionales contra los apadrinados por el partido APP. Resultó ganadora la lista de Arequipa Tradición y Futuro que ganó el gobierno regional en el pasado y ahora es la principal fuerza de oposición en el Consejo Regional.
Otro dato interesante es que las listas oficialistas auspiciadas por el gobierno regional perdieron, con la excepción de Mi Buen Vecino de Huánuco que ganó en el distrito de Aparicio Pomares. El movimiento Ayni perdió en los dos distritos de Huancavelica, Somos Perú en Cusco, el Frente Regional de Cajamarca en los distritos de Chota, y el movimiento Agua de Áncash en Aco, Corongo.
Ahora, imagine el amable lector/a que ha sido elegido/a alcalde/sa de cualquiera de estos distritos y quisiera organizar el servicio del recojo de la basura o dotar del servicio de agua potable a los dos anexos que carecen de él. ¿Cómo lo hace si tiene cero soles para inversiones?
(1) Son Recta de Amazonas; Aco y Canis de Áncash; Lari de Arequipa; Chimbán y Pión de Cajamarca; Manitea de Cusco; Chinchihuasi y Salcabamba de Huancavelica; Aparicio Pomares de Huánuco; y Huamantanga de la Región Lima. Además, en el distrito de Ninabamba de Cajamarca, no hubo elecciones porque no fue presentada ninguna lista de candidatos.