La urgencia de la actuación ciudadana
El nombramiento del cuarto gabinete del gobierno de Pedro Castillo, liderado por el ex ministro de Justicia Aníbal Torres, solo confirma que el Presidente de la República insiste en usar las carteras ministeriales como moneda de cambio para ganar el eventual apoyo de frágiles aliados. La reiteración de esta política desde el inicio de su mandato hace poco más de seis meses, nos ha llevado a un escenario de caos en la gestión pública y de conflictos entre los responsables de los diversos sectores, muchos de ellos poco calificados para ejercer sus cargos.
Tras estos problemas, se revela una realidad mucho más grave: la carencia de un mínimo plan que señale el rumbo del Poder Ejecutivo. Arriadas las banderas de primera y segunda vuelta, el gobierno simplemente se ejerce por inercia, sin iniciativas relevantes y con una manifiesta incapacidad para responder a las urgencias del país, a lo que se suma una tolerancia cada vez más acentuada con la ineptitud, la corrupción y la ilegalidad.
En este escenario, poco o nada es lo que la oposición parlamentaria le ofrece al país como alternativa. Por el contrario, por lo visto en la actuación de la Presidenta del Congreso y de parlamentarios de distintas bancadas, el estilo es similar al del presidente Castillo y el círculo que lo rodea: un manejo patrimonialista, nada transparente y corrupto de la cosa pública, donde lo último que importa es la atención de la ciudadanía, mientras la prebenda, la dádiva y los negocios -grandes, medianos y pequeños- favorecen a allegados, amigos, compadres, parientes y paisanos.
La situación de desgobierno y pérdida de legitimidad del gobierno y de la oposición nos deja en claro que las iniciativas del Ejecutivo y el Legislativo sólo buscan favorecer sus intereses particulares, lo que solo profundiza el desastre político que vivimos hace varios años. Es por ello que en Noticias SER invocamos a la ciudadanía a organizarse para construir salidas. Ni la vacancia ni la renuncia del presidente, ni la disolución del Congreso o unas elecciones adelantadas, mucho menos un gabinete improvisado y de cuoteo, son medidas que nos permitirán superar la crisis. Solo una ciudadanía activa y organizada podrá conducir a la jubilación de la clase política que nos ha conducido hasta estos extremos.