Opinión

Las cartas que aún puede jugar Verónika Mendoza

Por Carlos Reyna

Sociólogo

Las cartas que aún puede jugar Verónika MendozaFoto: Facebook Verónika Mendoza

De las tres últimas encuestas publicadas por Datum, IEP e IPSOS quizás lo que más llame la atención es que no traen mayor novedad. Quizas lo único novedoso sería lo entregado por el simulacro de IPSOS, con cédula y ánfora. Allí Forsyth aparecería recuperando su segundo lugar.

Sin embargo, para demostrar que eso ha ocurrido tendría que sustentarse en la comparación con otro simulacro previo, pero el simulacro de IPSOS, no tiene un referente anterior con lo cual compararse.

Forsyth aún no ha revertido su descenso.

Ahora bien, IPSOS también hizo una encuesta convencional comparable con las otras del mismo tipo que ya hizo antes. Lo que se ve allí, para marzo, en cuanto a Forsyth, es una atenuación de su tendencia a la baja. En marzo habría bajado apenas un punto respecto a febrero. Pero no evidencia una reversión de esa tendencia.

Más bien lo que sí es evidente aún son las serias limitaciones como político que Forsyth ha mostrado a cada rato. Eso será todavía más evidente en lo que resta de esta campaña y lo mas probable es que seguiría reduciendo su puntaje. Del resto de resultados solo se podría afirmar que confirman, en mayor o menor grado, las tendencias que ya se veían en resultados anteriores. La más clara es la consolidación de la posibilidad de que Yonhy Lescano pase a segunda vuelta y sea un posible favorito para ganar la presidencia.

Lescano aún no ha resuelto su principal problema

Ese problema no es el de las encuestas. En ellas le va bien y corre cómodo en la punta. Pero su expresión delata una preocupación importante. Si gana, aún no se sabe si podrá controlar a su bancada. Y en tiempos de vacancias "express" hay razón para preocuparse.

Lopez Aliaga aún no es seguro para segunda vuelta

Menos clara es la seguridad de que Rafael Lopez Aliaga llegue a la segunda vuelta. Es menos clara por un detalle poco percibido. En las encuestas de opinión del IEP se capta la subida de López Aliaga desde Enero. Allí tuvo 2.4 %. En Febrero, subió a 7.6 %. Y en Marzo, a 9. 2 %. En la primera subida sus puntos porcentuales se multiplicaron por 3. En la segunda subida, se desacelera. Sus puntos porcentuales se multiplicaron por 1.2.

En las encuestas de IPSOS esto no se aprecia porque ellos recién captan la emergencia de López Aliaga en Febrero, con 3 %. Y en Marzo aparece con 8 %. No se aprecia la desaceleración que sí se ve en el mayor detalle mostrado por IEP. En sucesivos debates y entrevistas, López Aliaga ha puesto en evidencia un uso sistemático de la mentira, de ofrecimientos demagógicos desmesurados, de alucinaciones conspirativas, de una violencia verbal inusitada, y ha revelado in extenso un tipo de líder muy riesgoso para una democracia pluralista e inclusiva como la que supone nuestra Constitucion actual, que tampoco es tan de avanzada. Eso ha despertado reacciones desde diversas corrientes políticas y medios de comunicación y quizás esa sea la causa de la desaceleración del crecimiento de López Aliaga.

Los disparates de este personaje seguramente van a continuar, igual las reacciones contra él, que ya han provocado algunos remezones internos entre sus seguidores. Así que no tiene todo a su favor y bien sea a favor de la democracia.

Keiko tiene más problemas para crecer que Verónika

Otra cosa que ha vuelto a aparecer en estas encuestas es que Verónica Mendoza y Keiko Fujimori permanecen prácticamente con los mismos puntos porcentuales que en otras anteriores. Por las circunstancias y recursos políticos con las que ambas cuentan, se puede prever que, de las dos, Keiko sería la de mayor problemas para crecer.

Keiko, como se sabe, es de lejos la candidata que más resistencias tiene entre el electorado. Po otro lado, como muchos han observado, su estrategia ha consistido en reivindicar la figura y la gestión de gobierno de su padre. Coherente con eso, su lema fundamental de campaña ha sido el de “mano dura” para resolver todo, lo cual rememora el carácter autoritario de la tradición fujimorista. Eso, como era de prever, no ha disminuido las resistencias que ella genera y más bien evoca también a la corrupción como elemento central de esa tradición.

La reciente acusación fiscal por fin presentada contra Keiko por los fiscales del Caso Lava Jato va, precisamente, a poner otra vez en pantalla la corrupción más reciente del fujimorismo. Es la que se practicó cuando ella ya tenía el mando del fujimorismo durante las elecciones de 2011 y 2016. Así que, en la ruta de la candidata de Fuerza Popular hacia el 11 de abril, hay varios inconvenientes que van a mellar su imagen y muy posiblemente su votación.

Las cartas que aún le quedan a Verónika

Las campañas de una izquierda que propone algo más que cambios cosméticos en los regímenes neoliberales, suelen necesitar el apoyo de organizaciones populares fuertes. A la vez necesitan de una estructura partidaria con años de forja en la lucha política y social. Igualmente necesitan el contexto de una ciudadanía con la moral alta y dispuesta a movilizarse por cambios económicos y políticos importantes.

Muy poco de esto había en setiembre de 2020, ya en plena pandemia, cuando se tuvo que concordar que la candidatura de Verónika Mendoza, de Nuevo Perú, se haría desde el grupo Juntos por el Perú que sí tenía inscripción vigente. Por razones que no es dable tratar aquí, esta es una articulación que tiene muy pocos recursos y muchas cosas por fortalecer. Pero no hubiera sido sensato dejar de participar en esta elección de 2021.

Además de las debilidades propias, están las adversidades producidas por la pandemia. Esta y sus efectos han debilitado a las organizaciones sociales, han obligado a la ciudadanía a priorizar su sobrevivencia, han reducido el interés y han aumentado la desconfianza, el descreimiento y la desmoralización respecto a la política. Y con ello la sensación de impotencia y desprotección. La corrupción de políticos prominentes, y de altos funcionarios políticos, vino provocando eso desde antes de la pandemia, pero cuando se descubrieron esos casos graves de corrupción aun dentro de la misma pandemia, todo se descompuso más.

En estos contextos, no es raro que se difundan las actitudes y las ideas conservadoras y las creencias extravagantes reñidas con la ciencia. Si algo se espera de la política no es el debate racional y fundamentado, sino la figura del salvador providencial, así sea irracional. Y si es religioso o subordinado a las convenciones religiosas, mejor.

De modo que los problemas para el crecimiento de la candidatura de Verónika Mendoza tienen que ver con estos factores de contexto más que con su desempeño personal. Pero aún puede jugar varias cartas. Dos de ellas las ha sugerido el agudo periodista Luis Jochamowitz, y creo que serán ganadoras de todas maneras, sea cual sea el resultado electoral. Las diré en mis propios términos: Primero, convertir el tema de la pandemia y de sus efectos en el eje en el que converjan visiblemente sus principales propuestas de gobierno. Lo ha venido haciendo en cierto modo, pero hace falta ponerle más crudeza a la narración sobre los daños y más detalle y visibilidad sobre cómo las propuestas ayudan a superar la pandemia.

Segundo, tomar la iniciativa de convocar a la unidad de todos los peruanos y de todas las fuerzas políticas democráticas para comprometerse a desterrar juntos a la pandemia. También para dejar de lado los discursos polarizantes que fomentan desinformación, odio, temor, desconfianza, la desestabilización de las instituciones y el boicot a la vacunación y al combate contra la pandemia. En otras palabras, tomar la bandera de la democracia y entenderla siempre como la del bien común de todos los peruanos y no como la sola búsqueda del poder para unos cuantos. Sí se puede.