Los derechos humanos bajo grave amenaza
Antropólogo de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y y Educador de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
gabo.gomeztineo@gmail.com
En esta elección de segunda vuelta, el gran perdedor son definitivamente los derechos humanos como política pública. Muchos dicen que nos encontramos entre la espada y la pared, porque las dos agrupaciones políticas que disputan la segunda vuelta tienen propuestas abiertamente en contra de los derechos humanos.
Señalemos que aspectos en materia de derechos humanos serian afectados de todas maneras. Por ejemplo en el tema de la corrupción; este mal endémico carcomió las instituciones del Estado, afectando duramente los derechos humanos de las personas más necesitadas que esperan el beneficio de las obras públicas elementales: infraestructura en salud y educación. Y vemos como los fondos públicos son desviados para intereses particulares perjudicando la calidad de las obras y afectando a los beneficiarios que generalmente son los más pobres.
Ambos partidos tienen vinculaciones con la corrupción, por ejemplo, el fujimorismo ni que decir, carga en su haber una enorme experiencia en robar y saquear al país, una herencia de los 90 donde el “tío Vladi” y su socio Alberto Fujimori hicieron un festín de las arcas del Estado. Por otra parte Vladimir Cerrón, brazo político de Castillo y dueño del partido Perú Libre, fue sentenciado por corrupción en la región Junín. Para ambos candidatos el negacionismo es la consigna, la tolerancia a la corrupción caracteriza a los dos; es cierto que el fujimorismo es un monstruo y tiene todo el aparato para manejar a muchos niveles el sistema de justicia, como lo ha estado haciendo en los últimos años, a través de “los cuellos blancos” o sus vinculaciones con las empresas constructoras como Odebrecht, o “los cocteles” para recaudar “fonditos” a través del “pitufeo”.
Otro de los temas es el enfoque de género: nuestra sociedad es machista y patriarcal, y las relaciones asimétricas entre varones y mujeres están normalizadas, lo que se refleja en la negación para generar condiciones de equidad para dar las mismas oportunidades a las mujeres que siempre fueron marginadas y violentadas históricamente. Ante esta problemática estructural el enfoque de género es una de las acciones que puede garantizar cambio en la sociedad para erradicar el machismo cultural y por ello se debe insertar en la política educativa, pero lamentablemente ambos candidatos tienen posiciones totalmente en contra. Pedro Castillo de Perú Libre, dice abiertamente que esta en contra del enfoque de género y que no permitirá que avance; no sabemos si lo dice de forma consciente o es ingenuo por desconocimiento. Fuerza Popular de Keiko Fujimori también se declara abiertamente en contra del enfoque de género, como señal de ello lo llama “ideología de género”. Realmente es muy preocupante, ya que gane quien gane, ambas agrupaciones quieren mantener esta sociedad machista patriarcal en la que todos los días ocurren feminicidios, violaciones sexuales, discriminación, homofobia, y violencia contra las mujeres.
Otro tema que también preocupa es el sistema Interamericano de los derechos humanos, como sabemos, nuestro país suscribió el Pacto de San José para proteger los derechos humanos. Un pacto que se traduce en compromisos del Estado para garantizar la protección de los derechos humanos. Gracias a ello, muchos casos de vulneración de derechos humanos alcanzaron justicia en la corte interamericana de derechos humanos, cuando el sistema de justicia ordinaria del país no garantizaba el acceso a justicia. Por ejemplo, pueblos indígenas que son afectados en sus derechos colectivos por las empresas extractivas, acuden a las cortes internacionales para luchar por justicia. La Corte Interamericana de Derechos Humanos emite fallos a favor de la victimas y obliga al Estado peruano que cumplir con la justicia.
Durante la violencia política en el país se han cometido graves casos de violaciones a los derechos humanos, ya sean torturas, desapariciones forzadas o ejecuciones extrajudiciales por fuerzas del Estado. Muchas familias humildes en el país victimas vienen luchando por la justicia ante la negativa de nuestro sistema de justicia ordinaria acudiendo al sistema interamericano.
Keiko Fujimori dijo que no retiraría al Perú del Pacto de San José, pero con sus antecedentes es difícil creerle, mientras Pedro Castillo dijo que pedirá el retiro sin saber que los más desprotegidos de este país sufrirían las consecuencias.
Es realmente preocupante lo que se viene para el país, nuestra institucionalidad democrática aún débil requiere que se fortalezcan las instituciones que defienden los derechos humanos.
Para el caso de nosotros los ayacuchanos, por ejemplo la demanda por alcanzar justicia y reparación para las víctimas de la violencia política se verá obstruida, más si Fuerza Popular llega a gobernar se tirará abajo todo lo avanzado, por la sencilla razón de que para el fujimorismo los derechos humanos “son una cojudez” y la sentencia de Alberto Fujimori es considerada injusta por su hija. Con Perú Libre, no se tiene certeza, salvo algunas declaraciones que indicaban que se debe reivindicar a las víctimas.
Realmente se vienen momentos oscuros para los derechos humanos, Perú Libre incluso amenazó con anular a la Defensoría del Pueblo, importante institución que de alguna manera vela por el cumplimiento de los derechos humanos. Así mismo, también anunció chocar con la SUNEDU, institución que logró disolver las mafias de la educación superior universitaria que lucraban con la ilusión del derecho a una educación de la calidad. En el caso de Fuerza Popular es evidente que tumbará a la SUNEDU, por la sencilla razón de que perdieron sus mafias que lucraban con la educación superior.
No sabemos lo que ocurra en los próximos meses, lo cierto es que varias de las propuestas de ambas agrupaciones políticas amenazan con tumbarse los avances en derechos humanos. Perú Libre quizás no sabe lo que dice, o lo hace por populismo ingenuo, pero Fuerza Popular si sabe lo que dice.
Lo que sí está claro es que gane quien gane, las batallas por justicia y el cumplimiento de los derechos humanos será en las calles como lo ha sido siempre, quizás en esta oportunidad con altos grados de represión, violencia y persecución a los líderes.