Opinión

Los planes agrarios de Pedro Castillo y Keiko Fujimori

Por Eduardo Zegarra

Economista, investigador en GRADE

Los planes agrarios de Pedro Castillo y Keiko FujimoriGráfica: Composición Noticias Ser

Hemos analizado los planes de gobierno de las dos agrupaciones políticas que pasaron a la segunda vuelta para identificar las principales propuestas en materia agraria. En el cuadro siguiente se presenta una primera evaluación de las palabras o conceptos más utilizados (o con más peso discursivo) en ambos documentos en las secciones dedicadas al tema agrario.

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En el plan de gobierno de Fuerza Popular (FP) tienen más peso palabras y conceptos asociados al financiamiento, productividad, protección comercial, así como al agua y riego. En el de Perú Libre (PL) destacan en importancia también el agua y riego, la presencia estatal en el sector, la titulación, y la alimentación y nutrición, entendidas en este último caso como parte de una política de seguridad nacional. La forestación y reforestación aparecen con relativa importancia en ambos documentos. El tema de la hoja de cosa sólo aparece en el documento de PL en este capítulo, con una propuesta de empadronamiento e industrialización.

En el texto de FP se hace un uso más intensivo de conceptos como el financiamiento o crédito agrario, las condiciones de competencia comercial (con las importaciones), los seguros, y un rol del estado promotor o de fomento para incrementar productividad y reducir la pobreza. Para PL, de otro lado, se observa un rol mucho más activo del estado, especialmente en temas de tecnificación, manejo de suelos, control de los monopolios, así como una posible reversión de tierras públicas de grandes proyectos de irrigación hacia los pequeños agricultores. También hay propuestas de industrialización por medio de empresas estatales en el sector lácteo y para la hoja de coca.

El enfoque de FP podría considerarse más compatible con lo que ha venido haciendo el Ministerio de Agricultura (hoy MIDAGRI) en el marco del modelo económico existente, con énfasis en ampliar los recursos para el crédito de Agrobanco (vía COFIDE), la implementación (o ampliación, porque ya existe) de un seguro agrario frente a la pérdida de cosechas, y una planificación (u orientación, sería una palabra más adecuada) de las siembras para evitar la sobreoferta y caída de precios. En lo único que el plan de FP pareciera querer ir un poco más allá del enfoque vigente es en impulsar mayor protección de la agricultura nacional frente a la competencia desleal de importaciones, tema en el que en los últimos treinta años se ha tenido todo lo contrario, una total y absoluta desprotección del agro nacional.

El enfoque de PL es distinto, parte de una visión de la agricultura en un contexto de seguridad nacional (así se llama el capítulo "Política agraria como seguridad nacional"). El documento plantea que países (como supuestamente el Perú) que inicien algún proceso "hacia el socialismo" deberían asegurar su capacidad de producir alimentos para poder contrarrestar posibles "cercos económicos alimentarios" (imaginamos que se refieren a la situación de Cuba y Venezuela). Consideran al agua (y el riego) como recurso fundamental a asignar hacia la agricultura por encima de cualquier otro sector (especialmente la minería) para lograr dicha seguridad alimentaria (y nacional); este enfoque con algunos rasgos autárquicos que predominó por unos años luego de la II Guerra Mundial, pero se fue abandonando por enfoques de mayor apertura al comercio mundial, hasta llegar a los extremos de absoluta liberalización y TLCs de los últimos 20 años.

Un elemento interesante del documento de PL (que no está en el capítulo agrario pero sí en el de descentralización), es que se propone una mucho mayor descentralización del Ministerio de Agricultura hacia las regiones, especialmente de programas importantes como AGRORURAL que actualmente duplican funciones que son competencia de los gobiernos regionales y locales. En general, el enfoque de PL es mucho más descentralista que el FP en materia agraria (y otros temas en general).

En conjunto, ambos documentos ofrecen visiones distintas sobre qué hacer con el agro, pero también quedan muchas dudas y varios temas que no son tocados. El asunto de la seguridad alimentaria ni siquiera es mencionado por FP, y en el caso de PL parte de un enfoque de seguridad nacional de corte casi militar de poca utilidad para enfrentar graves problemas de hambre, desnutrición y malnutrición de la población peruana. Igualmente, ninguno de los dos documentos hace referencia a las compras públicas de alimentos como instrumento de desarrollo agrario, ni al desarrollo rural. Tampoco refieren al rol de las mujeres rurales, o, en general, a la importancia de la agricultura familiar en el Perú y el mundo. Todos estos son temas centrales de la agenda de CONVEAGRO y sus 16 organizaciones gremiales, que al parecer no ha tenido mayor resonancia, por lo menos para quienes elaboraron ambos documentos. Esperemos que se desplieguen propuestas y conceptos más precisos en materia agraria en las semanas que vienen antes de la segunda vuelta en la que elegiremos al nuevo gobierno para los próximos cinco años.


Agradezco a José Carlos Machicao por el apoyo en el procesamiento de las palabras y conceptos de ambos textos.