Los riesgos del voto electrónico
Especialista en Tecnologías y Gobierno Electrónico. dvillafuerte@gmail.com
El argumento para elegir el voto electrónico es que es más moderno y garantiza mayor rapidez, sin embargo países desarrollados como Alemania, Holanda y Francia no lo usan o lo han abandonado. En marzo de 2018 Francia suspendió sus planes para permitir que sus ciudadanos en el extranjero voten electrónicamente en las elecciones legislativas realizadas en junio, e incluso Jean-Marc Ayrault, Ministro de Asuntos Exteriores, amenazó con tomar represalias a cualquier país que interfiriera en sus comicios presidenciales, en un contexto donde hay sospechas de intervención rusa en las elecciones de los Estados Unidos. Con la importancia que adquiere en la actualidad la ciberseguridad, no se duda que todos los países están tratando de atacarse constantemente. Los países que utilizan el voto electrónico son Brasil, India, Venezuela y parcialmente los Estados Unidos.
Como lo afirma el argentino Emiliano Kargieman quien construye nanosatélites “El voto electrónico se sostiene sobre el fundamento infundado de que saber usar una computadora es lo mismo que dominar la tecnología de las computadoras. No lo es. Y la tecnología que no dominamos es la que se usa para dominarnos”. Bill Gates fundador de Microsoft explicó que en los programas fuente puede incluirse software secreto, y los que hacen trampa crean continuamente nuevas formas de hacerlo. Además concluyó que "para lo último que se debe utilizar informática es para unas elecciones". Gates acepta el uso de la tecnología para la identificación de los votantes, pero no en el proceso del voto. Otras personalidades como Jimmy Wales fundador de Wikipedia y Julian Assange fundador de Wikileaks han alertado de los peligros del voto electrónico.
Richard Stallman, promotor del software libre, advierte que “votar con computadoras es abrir una puerta grande al fraude, ya que la computadora ejecuta un programa y el programa puede ser cambiado o reemplazado” y no puede evitarse su manipulación ni usando software libre. El peligro está en que alguien puede manipular el software para hacer trampa, e incluso advierte que aun cuando se hiciera una auditoria, nunca estaríamos seguros si aquel podría cambiarse durante el proceso de votación, y restaurarlo al acabar. Stallman argumenta que con el voto electrónico es muy fácil cambiar un voto o mil votos, o un millón, y por tanto el país estaría a merced de quien tenga el control de las máquinas y concluye que “El único sistema de confianza es votar con papel”.
Enrique Chaparro de Fundación Vía Libre señala que “todo sistema informático es susceptible de error o de intervención maliciosa” (Busaniche 2017: 107)[1] y que los sistemas de voto electrónico son particularmente frágiles, así en julio de 2015 se allanó a Joaquín Sorianello un joven argentino que mostró vulnerabilidades en el sistema de voto electrónico en la capital argentina. Diego Aranha PhD en ciencias de la computación y profesor de la Universidad de Campinas, encontró vulnerabilidades en el voto electrónico de Brasil y manifestó que “no es bueno que exista un sistema que solo pueda ser revisado por expertos”.
Alfredo Ortega matemático y especialista en auditoría de software argumenta que no se puede mantener el secreto del voto porque no se puede confiar en lo que hay adentro de una computadora. Asimismo, Ortega señala que la auditoría de este sistema de voto es imposible, y explica que eso es posible en una universidad pero no en un país. Tomás Aguerre señala que con el voto electrónico es posible “manipular el sistema sin dejar rastros” (Op, cit. 2017:53).
La Fundación Vía Libre y Ártica de Argentina señalan que el voto electrónico no garantiza, el secreto al voto, no hay certeza que las máquinas no registren la identidad del votante y por quién se votó (Nicolás Maduro manifestó conocer la identidad de 900.000 electores que no votaron por él en las elecciones del año 2013). Tampoco garantiza la integridad, puesto que al ser "cajas negras" donde no sabemos qué ocurre, es difícil que los votos no sean adulterados, ya sea en el momento de votación o durante el conteo, y finalmente el voto electrónico niega la fiscalización ciudadana, entregando un poder muy grande en manos de pocas personas con calificación técnica para comprender el software y hardware del sistema, y por tanto los ciudadanos pierden la capacidad de auditar. Enrique Chaparro concluye que con el voto electrónico “Es imposible construir un sistema de voto que al mismo tiempo garantice verificabilidad, secreto e integridad” (Op, cit. 2017:148).
En Alemania se abandonó el voto electrónico con el fallo del Tribunal Constitucional de marzo de 2009 y concluyó “El principio de la naturaleza pública de la elección (…) requiere que todos los pasos esenciales de la elección estén sometidos a la verificación por parte del público. (…) Cuando se utilizan aparatos electrónicos de votación, los pasos esenciales de la gestión electoral y de la determinación del resultado deben ser pasibles de ser comprobados por el ciudadano de manera confiable y sin conocimientos técnicos especiales” (Op, cit. 2017:39).
El caso peruano
En el caso peruano el principal argumento para optar por el voto electrónico presencial (VEP) es que se tendría resultados de manera más rápida, que es su principal ventaja. Pero la falta de transparencia es su mayor desventaja, en el Perú, no sabemos cuánto costaron los equipos ni qué tiempo de vida útil tienen.
El piloto del voto electrónico se implementó en el distrito de Pacarán en Cañete, por primera vez en junio de 2011, y en las elecciones municipales del 2013 y 2014; así como en la segunda consulta popular de revocatoria del mandato de autoridades municipales del año 2013.
En las elecciones generales del año 2016 la ONPE convocó la realización del voto electrónico presencial en 30 distritos de Lima, Callao y Pacarán en Cañete sin embargo 5 días antes de se redujo a 19 distritos, situación que generó dificultades en las mesas de los distritos donde se iba a realizar el voto electrónico.
La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) organizó del 6 al 8 de julio la “Hackathon"1 “Desafiando la solución del voto electrónico presencial” que buscaba exponer el sistema de seguridad del voto electrónico a un “ataque cibernético” y con ello demostrar la credibilidad y transparencia del sistema, que se empleará en 39 distritos de Lima en las elecciones municipales 2018. Sin embargo como lo publicó Diego Escalante de Hiperderecho el miércoles 13 de junio descubrieron que entre octubre del año pasado y junio de este año, los nombres, apellidos, fecha de nacimiento, sexo y edad de todos los peruanos mayores de edad fueron accesibles y descargables a través de la página web de la ONPE por un error informático en el formulario de inscripción de la Hackaton del año 2017 y 2018, error que permitía a cualquier usuario de Internet descargar todos nuestros datos personales sin vulnerar ninguna medida de seguridad ni levantar ninguna alerta en la ONPE. Asimismo, la misma vulnerabilidad ocurrió durante la Hackaton realizada en octubre de 2017 entre la ONPE y el Instituto Peruano del Deporte IPD. Sobre la denuncia realizada por Hiperderecho es preocupante que una noticia que afecta a todos los peruanos no ha trascendido a los medios de comunicación.
La vulneración de los datos de los electores demuestra la falta de capacidad técnica de la ONPE para garantizar la privacidad de nuestros datos. Tampoco se tiene mayor información sobre la identidad de los participantes y los resultados alcanzados por la Hackaton. Más bien apareció una denuncia en Perú 21 donde se acusa que la ONPE señaló que el sistema de Voto Electrónico No Presencial (VENP), usado para ejecutar los comicios en el Colegio de Abogados de Lima(CAL) en diciembre de 2017, pasó por una auditoría de la OEA, hecho que no era cierto. Además Hiperderecho crítica que el equipo técnico de la ONPE no haya recurrido a formularios en Google o SurveyMonkey para pedir los datos de los participantes de la Hackaton evitando así, exponer los datos personales de todas y todos los peruanos.
Hiperderecho por la gravedad de la exposición de los datos personales de los electores ha denunciado a la ONPE a la Dirección General de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Ministerio de Justicia por infracción grave a la Ley de Protección de Datos Personales al haber compartido sin consentimiento, proporcionalidad o con medidas de seguridad, los datos personales de todos los peruanos mayores de edad. Al respecto existe el interés de partidos políticos que buscan su inscripción, de contar con una lista actualizada de nombres y apellidos de personas mayores de 18 años, pero esta información también podría llegar a manos de extorsionadores y delincuentes.
El exjefe de la ONPE Adolfo Carlo Magno Castillo Meza fue elegido por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) en febrero del 2017, cuando ocupaba el penúltimo lugar de los cinco postulantes y en su propuesta de Plan de Trabajo, ofrecía certificar los equipos y el software del voto electrónico con empresas independientes, el uso de escáneres en los lugares de votación para transmitir las actas en formato digital a los centros de cómputo y el registro biométrico en lugar de firmas escritas (hecho que podría saltar el consentimiento de los firmantes) para inscribir organizaciones políticas. En su plan de trabajo no presentó políticas o medidas que promuevan la transparencia. Adolfo Castillo actualmente fue suspendido del cargo y es investigado en medio del escándalo de los “CNM audios” por las facilidades que habría recibido el partido Podemos Perú, donde solo se detectó y consignaron 40 firmas falsas en el documento, y validaron más de 600,000 firmas del millón que había presentado.
En el Congreso de la República se ha presentado en el mes de abril el Proyecto de Ley N° 2774/2017-CR para derogar la implementación del voto electrónico en los procesos electorales presentado por la congresista de Lourdes Alcorta de Fuerza Popular, proyecto que podría animar una discusión mayor sobre los pros y los contras de la implementación del voto electrónico en el Perú.
La discusión sobre la implementación del voto electrónico, incluso plantea la soberanía de los países, puesto que se pone en manos de una empresa extranjera que provee los equipos la elección de los representantes de un país. En el sistema de partidos políticos, que muestra una precariedad organizativa e institucional, es conveniente que la ONPE promueva la transparencia, y garantice la legitimidad y confianza en la elección de los representantes de los partidos políticos como de las autoridades elegidas con el voto.
Footnotes
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Término usado en las comunidades hacker para referirse a un encuentro de programadores cuyo objetivo es el desarrollo colaborativo de software. La discusión sobre la implementación del voto electrónico, incluso plantea la soberanía de los países, puesto que se pone en manos de una empresa extranjera que provee los equipos la elección de los representantes de un país. En el sistema de partidos políticos, que muestra una precariedad organizativa e institucional, es conveniente que la ONPE promueva la transparencia, y garantice la legitimidad y confianza en la elección de los representantes de los partidos políticos como de las autoridades elegidas con el voto. ↩