Lula y el Perú: ¿las relaciones serán diferentes en su tercer mandato directo? (I)
Ph.D.Past Profesor. Fundador: Núcleo de Investigaciones sobre el Pacífico y la Amazonia-NPPA. Universidad del Estado de São Paulo-UNESP. ea.zevallos@unesp.br
Telón de fondo
“El futuro del Brasil está ligado al del Perú y el futuro del Perú está ligado al del Brasil. Un cordón umbilical nos une como un feto” dijo Lula, que “previó un futuro con muchas décadas fructíferas” para la Alianza Estratégica Brasil- Perú
Así informaba la destacada Agencia Globo del Brasil. El Presidente Ollanta Humala entonces recibió al ex-Presidente del Brasil Lula da Silva (quien había sido Presidente por dos períodos: (2003-2006 y 2007-2010) para celebrar, juntos, los 10 años de Alianza Estratégica; las única hecha por Brasil con un país latinoamericano de la Cuenca del Pacífico. Acontecimiento tan importante que Lula fue recibido con honras de Jefe de Estado. Eso a pesar que ya no era Presidente y por eso no podía ser una visita oficial. Llegó a Lima, como es su costumbre, en un jet privado que, como generalmente explica, era desinteresadamente prestado por alguna persona o institución privada (como ahora que, electo por tercera vez, a comienzos de Noviembre pasado fue a la reunión mundial sobre Medio Ambiente de Egipto: llegó en el jet de un amigo a un costo de aproximado de 3 millones; la prensa difunde que Lula adora viajar en jets privados conocidos en Brasil como Jatinhos).
En el caso específico del viaje a Lima vale preguntar: ¿el jatinho sería de la Odebrecht? (no debe ser difícil investigar y descubrir en qué llegó a Lima esa y muchas otras veces). Se sabe que Lula tenía relaciones especiales con Odebrecht por lo menos desde 1985; también con otras gigantes empresas especialmente de construcción civil (todas las cuales, especialmente en los años en que el Partido de los Trabajadores- PT estuvo en el poder, 2003-16, recibieron ayuda del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social - BNDES o sea préstamos casi ilimitados con intereses por debajo del mercado lo que las tornaba casi imbatibles para ganar las licitaciones internacionales).
Es conocido que como ex Presidente decía con orgullo que era “Cajero Viajante” de grandes empresas brasileñas para, con su prestigio, abrirles camino en el exterior: de Odebrecht habría sido hasta lobista. Entonces ¿de que trataron Humala y Lula en las largas conversaciones que tuvieron esos días? ¿De Odebrecht acaso, con la que, ahora se sabe, Humala también mantenía relaciones especiales? ¿Y/o del número de asesores, entre los que con seguridad se contaría al inefable “trotskista” Luis Favre, que Lula y el PT enviarían a Lima para ayudar a Humala y a la izquierda peruana? Claro, habría que pagarles y muy bien.
De lo anterior se trata ampliamente en el libro “La integración sudamericana o caso de Brasil e Perú” publicado en Brasil, que el brasileño Samuel de Jesús, profesor de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sur - UFMS, y quien escribe organizamos en base a capítulos seleccionados de las tesis de Maestría y Doctorado que, con mi dirección, realizaron varios estudiantes. Este libro está siendo traducido al castellano y se espera publicarlo en Lima antes de julio por la Editorial de Universidad Nacional Agraria de La Molina.
Lula llega al poder por tercera vez
Ese telón de fondo es importante tomarlo en nuestro país ahora que Lula asumió la Presidencia del Brasil por tercera vez. Llegó con un importante discurso cuyo espíritu podría sintetizarse en dos de sus frases. Ellas dicen que si el movimiento contra la dictadura militar brasileña (1964-85) marchó en 1985 bajo el slogan “Dictadura Nunca Más” ahora, cuando una alianza de partidos conducida por el PT derrotó al expresidente de extrema derecha, el apestado internacional, Jair Mesías Bolsonaro, habría que agregar “Democracia para siempre”.
Pero ese discurso también fue notorio por algunos vacíos. La más saltante fue la no mención de la palabra “corrupción” y menos de la frase “Lucha contra la Corrupción”. Esto tiene que ver con el hecho inocultable que su gobierno y personalmente Lula fueron manchados para siempre por actos de corrupción. Solo como ejemplo: el llamado “Mensalao” descubierto el 2005 cuando con su partido, para obtener mayoría, pagaba mucho dinero a varios diputados y senadores de la oposición: entonces el gobierno de Lula casi fue removido del poder. Posteriormente la “Operación Lava Jato”- OLJ, que duró del 17 de marzo de 2014 hasta el 1 de febrero de 2021, puso a Lula en la cárcel por 580 días (7/04/2018-8/11/2019) así como, por diferentes periodos, a los principales líderes del PT y a una élite de empresarios, especialmente de grandes empresas constructoras como Odebrecht. Todos ellos fueron acusados y procesados por corrupción y desvíos de dinero por cifras astronómicas, difíciles de imaginar en el Perú.
Lava Jato significa lavar con agua a presión de una manguera; en Brasil se llama así al sistema automático que lava carros. Y la operación se llama así porque la policía descubrió que el dueño de una “lava jato” también cambiaba dólares pero en sumas tan extraordinarias que terminó descubriéndose que eran de corruptos, generalmente políticos y altos funcionarios, que así blanqueaban el dinero que recibían de empresas corruptoras.
Los procesos a la OLJ terminaron acusados de abuso de poder. Entonces Lula fue liberado y prácticamente todos los que estuvieron presos por esa operación, hasta gente como Sergio Cabral, ex Gobernador del Estado de Río de Janeiro (1/01/2007-3/4/2014), acusado por corrupción, lavado de dinero y evasión de divisas totalizando centenas de millones de dólares y que recibió penas por casi 450 años de prisión; pero cuyos abogados siguiendo, según ellos mismos, el mismo camino que los de Lula, luego de 6 años lograron su liberación hace 2 semanas. Poco antes de salir libre tuvo un problema cardíaco al enterarse que su hijo, mostrando ser “de tal palo tal astilla”, también acabó preso. Preso por ser jefe de operaciones financieras de una organización criminal internacional de traficantes responsables de perjuicios al fisco brasileño, por cerca de 2 mil millones de soles.
En la actualidad los que sufrieron penas por la OLJ se consideran víctimas y están recurriendo a la justicia. Así, como símbolo de los tiempos, un hijo de Lula y su esposa han recibido del fisco el equivalente aproximado a 60,000 soles cada uno como reparación porque consideran que fueron deshonrados ya que sus conversaciones fueron grabadas y algunas difundidas.
Además, se sabe que muchas empresas procesadas por la OLJ están reiniciando sus actividades y nadie debería sorprenderse si inician procesos contra el Gobierno para recuperar lo perdido. Eso tiene que observarse con mucho cuidado en nuestro país porque, por ejemplo, los brasileños procesados por el Lava Jato peruano tenían que declarar vía internet a la justicia peruana en una fecha que coincidía con el de los resultados de las elecciones brasileñas. Conocidos los resultados, anunciaron que no declararían, aunque se ha informado en estos días que sí lo harán. Eso no puede ser casual pues sin duda esperan que la nueva situación política en su país los favorezca (y probablemente será así). Esperanza factible por las conocidas relaciones privilegiadas de Lula con la empresa Odebrecht y por su interés manifiesto en el Perú como fue ya mostrado.
Florianopolis, enero del 2023