Ni calladas ni sumisas: la historia de la trasgresión femenina de los siglos XVII al XX
Doctora en historia de la Universidad Nacional de Colombia y actual coordinadora de Divulgación y Publicaciones del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh).
Por mucho tiempo se creyó que las mujeres de los siglos XVI a mediados del XX, por los escasos derechos de los que gozaban, estaban completamente sometidas a sus padres, hermanos y maridos y, por lo tanto, eran sumisas, recatadas, permanecían confinadas en el espacio privado del hogar y tenían como únicos campos de acción el matrimonio, la maternidad o el convento. No obstante, la historia de las mujeres que se viene desarrollando desde los años noventa y más profusamente desde inicios de este siglo, al interrogar instituciones como el cacicazgo, la encomienda, las haciendas, los conventos, el comercio y los expedientes judiciales ha desvirtuado dichas creencias y ha encontrado, a través de la categoría trasgresión femenina, a mujeres que, situadas en el límite de lo permitido subvirtieron desde el periodo indiano los ideales de la subordinación patriarcal, el recato, la conducta arreglada y la tolerancia al maltrato para generar una serie de agencias gracias a las cuales las nuevas generaciones gozamos de derechos.
Circular en la calle, ganar su propio dinero con labores manuales, levantar la voz para expresar su malestar, defenderse por las vías de hecho, reclamar ante las autoridades eclesiásticas y judiciales, reivindicar el derecho a administrar sus bienes, pedir alimentos para los hijos, darse al amor libre, divulgar ideas políticas favorables a su sexo e incluso consumir y comerciar sustancias prohibidas, son algunas de las conductas que en contravía del ideal de mujer recatada y obediente podemos encontrar entre los siglos XVII y XX. Así lo deja saber el libro Ni calladas ni sumisas, trasgresión femenina en Colombia, siglos XVII a XX, una publicación de la Editorial Uniagustiniana y la Asociación Colombiana de Estudios del Caribe, Acolec, que reúne once investigaciones de historiadoras e historiadores de pregrado, maestría y doctorado.
Se trata de una publicación muy necesaria para reconfigurar la memoria y para demostrar el intenso protagonismo social y político que las mujeres hemos tenido a lo largo de la historia. Así mismo, es una invitación a repensar las narrativas históricas tradicionales que tienen muchas deudas sin saldar con las mujeres. A través de expedientes judiciales y fuentes orales, sonoras y fotográficas, busca recuperar las voces de esa mitad de la población que fue ignorada durante décadas por la historiografía y desvirtuar la creencia de su supuesta debilidad, sumisión y silencio.
Las once investigaciones que componen esta obra caracterizan a diversos tipos de mujeres entre los siglos XVII y XX para responder a preguntas del tipo ¿cómo eran construidas socialmente?, ¿qué se esperaba de ellas en cada periodo histórico?, ¿qué se consideraba una trasgresión femenina en cada época? y ¿cómo los comportamientos transgresores se fueron transformando o naturalizando con el paso del tiempo? El libro está dividido en un balance historiográfico y tres partes, cada una de las cuales, a su vez, conserva un orden cronológico: “Mujeres incómodas”, “Compañeras rebeldes” y “Mujeres delincuentes”.
Ni calladas ni sumisas deja claro que comprender la trasgresión femenina en la escala temporal obliga, en primera medida, a pensar en las situaciones de subordinación de las mujeres en la sociedad; en segunda instancia, en las posibilidades de agencia que éstas ejercieron para desobedecer, rebelarse, infringir, defenderse, resistir, protestar, opinar y oponerse frente al sistema patriarcal; y en tercer lugar, a comprender que la trasgresión femenina no se nos presenta estática en la larga duración. Por el contrario, es producto de agencias y replanteamientos de esa otra mitad de la población que desde tiempos inmemoriales ha participado de la historia, aunque su voz hubiese sido silenciada en los libros.
La obra contribuye a demostrar lo inconveniente de hablar de “la mujer” en singular cuando hacemos investigación histórica. A lo largo del tiempo, las mujeres hemos sido plurales y cada una ha tenido una manera distinta de configurarse en la familia y en los espacios de sociabilidad. Las experiencias vitales de las protagonistas de este libro, al igual que las de muchas otras mujeres que vinieron después, fueron definidas por categorías de organización social como clase y raza. Esto nos muestra la importancia de una aproximación desde la interseccionalidad para el estudio de las mujeres en la historia.
Ni calladas ni sumisas, trasgresión femenina en Colombia, siglos XVII a XX se puede adquirir tanto en descarga gratuita en el catálogo digital de Uniagustiniana, como en impresión por demanda en la Librería RedBooks.com.
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Esta columna es un aporte del Grupo promotor de la Asociación de Historia de las Mujeres y Estudios de Género en el Perú (GPAHMGP) que busca promover y articular investigaciones históricas desde los estudios de género y las mujeres