Nuestro voto

Va llegando a su fin una campaña electoral que es, a la vez, la más atípica de nuestra historia reciente, y la que menos interés ha generado en la ciudadanía, teniendo en cuenta las preocupaciones más urgentes que marca una pandemia sin fecha prevista de término y una recesión económica cuyo fin está asociado a la vacuna que llega a cuentagotas a nuestro país.

En estos días seremos bombardeados a través de redes sociales y medios de comunicación con mensajes en torno a las candidaturas mejor posicionadas. En busca de nuestro voto, se apelará a los miedos presentes y a los fantasmas del pasado y abundarán los llamados a no desperdiciarlo en candidaturas sin chance, lo que quizá no tenga gran efecto debido a que en realidad ninguna cuenta con adhesión fuerte en la ciudadanía.

Esta situación es en buena medida reflejo del colapso del sistema de partidos y al vano intento de reforma política, en un escenario marcado por la corrupción y por una descarnada lucha por el poder que no se detuvo ni con la pandemia y sus escalofriantes cifras de muerte y desempleo. La campaña misma no ha hecho otra cosa que agravar ese quiebre entre la política y los intereses de la ciudadanía, con ofertas y promesas disparatadas e irrealizables, no solo por la crisis que vivimos sino porque es casi seguro que quien triunfe no obtendrá mayoría parlamentaria y se enfrentará de inmediato a intentos de desestabilización.

En Noticias SER solo nos queda invitar a nuestros lectores y lectoras a que este domingo emitan su voto pensando en que la crisis sanitaria, política, económica y moral que vive nuestro país y que nos ha llevado a tocar fondo, no será resuelta por un gobernante iluminado ni tampoco en el marco de las reglas de un sistema agotado, sino por una ciudadanía que finalmente decida tomar las riendas de un país que no se merece la miseria a la que nos han conducido. Un país que es nuestro país.