Entrevista

Patricia Salas: “Vacunar a los maestros sería un gran gesto de reconocimiento desde el Estado"

Por Ronald Ordóñez

Corresponsal en Cajamarca

Patricia Salas: “Vacunar a los maestros sería un gran gesto de reconocimiento desde el Estado"Foto: Congreso

El inicio del año escolar 2021 plantea grandes desafíos al Estado para asegurar la calidad de la enseñanza, especialmente para afrontar los principales problemas registrados el año pasado en el que se implementaron las clases virtuales a causa de la pandemia. En este contexto, Noticias SER entrevistó a Patricia Salas O’Brien, ex ministra de Educación y docente principal de la Universidad Nacional de San Agustín.

¿Cuáles son sus expectativas frente al inicio del año escolar todavía en pandemia?

En principio, que el Programa Aprendo en Casa haya mejorado puntualmente y con ello la atención a las capacidades de direcciones regionales, instituciones educativas, Ugeles, maestros y maestras que han desplegado capacidades en el año anterior y que esperamos sean materia de aprendizaje y mejora. Una siguiente cuestión es que haya un gran esfuerzo en reducir las inequidades y desigualdades, desde la conectividad hasta estrategias diversas para trabajar con poblaciones más vulnerables o con estudiantes que pudieran tener dificultades, no sólo de conectividad, sino de contacto. Dentro de esto, que haya alguna estrategia clara, interesante y efectiva de recuperar a estudiantes que salieron del sistema por cualquier situación.

Otra expectativa sería el uso óptimo de los recursos educativos de los que dispone el sistema y que se articule, por ejemplo, todo lo que es material físico con lo que se ofrece en radio, televisión y en la red. Esa articulación de material también puede presentarse como una oportunidad para que las instituciones y maestras y maestros puedan desplegar su tarea con flexibilidad y con creatividad, en función al contexto específico de la pandemia y de las capacidades y potencialidades de sus territorios, instituciones o estudiantes. Por supuesto, también tengo la expectativa de un buen plan de retorno a la presencialidad.

Precisamente, ¿qué debería considerar el plan de retorno a la presencialidad?

Se ha dicho que va a ser flexible, progresiva, participativa. Son las condiciones que el Ministerio de Educación ha planteado y me parecen interesantes y pertinentes. Pero, además, asegurar las condiciones de bioseguridad, la vacunación de maestros y maestras y un retorno con objetivos ambiciosos. Siento que la etapa post pandemia es una etapa de riesgos generales para la educación y más en este proceso electoral, en el que las opciones pueden moverse en un espectro que va primero, desde administramos lo que tenemos, hacemos lo que podemos y, por lo tanto, nos enfrentamos a los problemas; segundo, nos proponemos por lo menos recuperar el estado anterior que no era lo mejor del mundo, pero obviamente es mejor que la situación actual y tercero, a partir del desafío de las dificultades y aprendizajes imaginar un futuro mejor, a cinco o diez años para que la educación peruana de un salto, y así convertir la crisis en una oportunidad.

¿Esto último que implica?

Por lo menos dos cosas: Asumir el Proyecto Educativo Nacional que me parece tiene rutas muy interesantes de pensar en una educación hacia adelante y segundo, un plan muy bien organizado, con una proyección presupuestal multianual y con hitos quinquenales o anuales. El año es muy complicado y nos puede terminar de llevar al precipicio o dependiendo de lo que hagamos, ponernos en mejores condiciones para pensar en la educación como un derecho que conduzca a la ciudadanía plena. Algo que agregar son las alianzas con actores. El sector debe liderar, pero tienen que generarse alianzas y repartir responsabilidades ordenadamente. Lo siguiente es territorializar la dinámica de hacer intervenciones con mayor pertinencia.

En base a las expectativas ¿considera que el gobierno ha hecho o viene haciendo los ajustes necesarios?

Está haciendo esfuerzos interesantes. Entiendo que vienen haciendo un ajuste, por ejemplo, a las estrategias de Aprendo en Casa y espero que vaya en el sentido de favorecer la mayor articulación de recursos educativos, mayor pertinencia del aprendizaje a proponer y mayor flexibilidad para las escuelas. Asimismo, los lineamientos que el ministerio ha trabajado para el retorno a la presencialidad en términos de la emergencia, me parece que si es un asunto que se está siguiendo, como también algunos instrumentos como los de las prácticas de recuperación para ayudar a quienes se quedaron y puedan avanzar progresivamente. No estoy tan segura de cómo está el esfuerzo de recuperación de estudiantes y tampoco de cómo está el enlace entre la emergencia y el futuro, eso no me queda claro. Ahora, todo es perfectible y lo que se está haciendo tendría que pasar algunos test.

¿Cuáles serían?

Un test sobre si hay o no acciones claras y concretas que aborden la desigualdad. El segundo sobre la pertinencia que hay que plantearlo de todas maneras y, el tercer test, sobre cómo nos estamos preparando para que el conjunto de operadores haga lo que tiene que hacer de forma que se garantice el resultado, porque Educación es un sector muy grande. Estamos hablando de un ministerio que tiene 12 o 15 direcciones nacionales, más de 200 Ugeles, cerca de 70 mil escuelas, 350 mil maestros solo en el sector público. Son demasiados actores y se requiere un esfuerzo para que la mayoría pueda cumplir el rol que le corresponde dentro del plan, norma o lo que fuera.

Para profundizar un poco más ¿qué apoyo concreto considera que requieren los maestros y maestras para este año?

El primer apoyo es el post emocional, que haga que sientan que su esfuerzo es reconocido y valorado, que el sistema educativo y la sociedad les brinden algunas herramientas que les ayude a hacer mejor lo que ya hicieron el 2020. Vacunar a los maestros sería un gran gesto de reconocimiento desde el Estado, para decirles que son una pieza clave. El siguiente es un aspecto más instrumental respecto a cómo apoyamos a solventar la conectividad y equipos digitales. Lo otro son sus propias capacidades, es decir, cómo se valoran y se convierten en un aprendizaje útil y se ayuda a dar el siguiente paso porque es muy frustrante recibir un objetivo como tarea y que busques cumplirlo sin tener las condiciones para hacerlo. Lo último, evitar por todos los medios la sobrecarga administrativa, hay que reducirla a la mínima expresión.

Finalmente, ¿cuál es el rol de padres y madres de familia?

Primero, hay que tener claro que este año van a seguir cumpliendo ese rol, porque el retorno a la presencialidad no será de un día a otro. Segundo, el sistema necesita plantearse un conjunto de decisiones muy precisas para padres y madres en función del grado del estudiante, porque su rol entre el maestro y la tarea es fundamental. El ministerio debería tener junto con las orientaciones a maestros, orientaciones a padres y madres, con criterio de diversidad en todo sentido. La diversidad que implica los saberes que tiene cada familia o el tipo de saberes y si estamos en familias con posibilidades de que algún adulto pueda ayudar o en familias en las que el papá o mamá salen a trabajar y se llevan el único teléfono de la casa. Si las recomendaciones se hacen para las familias en general, sólo serán para algunas. Dentro de estas recomendaciones, sugeriría también tener un énfasis en plantear con claridad el objetivo de las tareas, que el papá o mamá sepa para qué se hace. Lo último, es no permitir que los padres de familia se vuelvan a desenganchar del aprendizaje de sus hijos.