Perú, cosas que tienen que cambiar ya (I)
Abogada
A poco más de seis meses de las próximas elecciones, la campaña electoral empieza a calentarse, las figuras políticas se visibilizan más, y las encuestadoras y prensa limeña no pierden el tiempo para mostrar a los “favoritos” para el sillón presidencial. Eso sí, asegurándose que estas figuras se encuentren dentro de los “estándares” empresariales y hasta ¿raciales?; sin la mínima intención de mostrar lo que realmente es el Perú, un país culturalmente diverso y fragmentado.
Cómo sabemos que las ofertas en campaña suelen ser singulares, es necesario más que nunca, centrarse en lo más urgente a ser atendido por el próximo gobierno, y que los electores deberían exigir.
La efectivización del derecho a la educación
Luego de ver en diferentes medios las elevadas cifras de deserción escolar y universitaria a causa de la pandemia, es necesario preguntarse ¿qué está haciendo el MINEDU para revertir esta situación? y ¿Qué debe hacerse para mejorar en un nuevo gobierno?
Sobre la primera interrogante. En setiembre de este año, el MINEDU lanzó la convocatoria a una “movilización nacional por la permanencia en el sistema educativo y por el retorno de aquellos estudiantes que no mantienen vínculo con sus escuelas y sus docentes” con el objetivo de analizar el problema desde diferentes miradas. Como resultado de esta acción, se fijó como meta avanzar en la recuperación de los estudiantes que salieron de la escuela desde un trabajo multidisciplinario. La intención y organización es buena, pero el presupuesto es limitado, las culturas donde se desarrollan las niñas, niños y adolescentes son diversas, el acceso a las tecnologías no es homogéneo y a ello se suman las múltiples necesidades de las familias de los estudiantes.
Lo mismo, o peor ocurre con las y los universitarios, aproximadamente 174 544 estudiantes interrumpieron sus estudios, y para ellos no hay un “Aprendo en casa” por televisión o radio, sino que las restricciones son mayores, en tanto se necesita un adecuado dispositivo y acceso a internet.
En ese sentido, considero que es necesario se considere como servicios de necesidad pública la telefonía y el acceso a internet, por lo tanto regularlos como tal, propiciando que lleguen a más estudiantes, al menor costo. A esto, debe sumarse la necesidad de mantener un trabajo articulado y multidisciplinario liderado por el Ministerio de Educación en coordinación con otros sectores, y organizaciones nacionales e internacionales.
Salud integral para niñas y adolescentes, protección de cuerpos y mentes
Aquí me detengo para hablar de las 33 365 niñas y adolescentes que se convirtieron en madres durante este año y que aumentaron en relación al 2019. A ellas debemos brindarles atención en salud física y mental, no es fácil ser madre, y mucho menos en situaciones de vulnerabilidad, pobreza y violencia.
Por ello, más allá de las posiciones conservadoras que puedan existir, es momento de que el gobierno, y los congresistas tomen las acciones correspondientes y sigan obligando a más niñas y adolescentes a ser madres, no podemos permitir que ese círculo de violencia se perennice, y que el Estado sea cómplice de ello.
Pero además necesitamos de una educación social, sororidad, y apoyo mutuo. Nosotras hemos normalizado la violencia y acusamos a las víctimas por lo malo que les sucede. Esta es la pata coja que no permite reclamar con más énfasis un aborto terapéutico para las niñas y adolescentes violadas obligadas a ser madres. Una propuesta como esta, de parte de alguno de los candidatos presidenciales es la que nos hace falta. Que lo diga sin miedo, hay cosas que deben cambiar ya.