Perú, país de todas las sangres
Abogada
“Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en quechua.” José Maria Arguedas
El Perú, país multilingüe, pluricultural y plurinacional; el país en el que habitan 55 pueblos indígenas y originarios a lo largo y ancho del territorio, en el que aún se hablan 48 lenguas originarias, el país que resistió a un colonialismo cruento y a una historia reciente en permanente crisis, es el país de todas las sangres.
Según el Censo del año 2017, en el que, por primera vez, desde nuestra vida republicana, se realizó la pregunta de autoidentificación étnica, el 25,8% de personas mayores de 12 años, es decir alrededor de 6 millones de peruanas y peruanos, señalaron que pertenecen a un pueblo indígena. Los pueblos indígenas u originarios son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban el país antes de la colonia, su origen es previo a la formación del Estado y conservan prácticas culturales y sociales ancestrales, tienen una conciencia colectiva de poseer una identidad indígena u originaria y se auto reconocen como tales.
En el Perú, según el INEI, más de 4 millones de personas, que representa al 16,3% de la población del país, tienen como lengua materna una lengua nativa, principalmente el quechua, hablado por más de 3 millones de peruanas y peruano, fue reconocido como lengua oficial en los años setenta durante el gobierno de Velasco y actualmente el artículo Nº 48 de la Constitución de 1993, sigue siendo reconocida como tal junto al aimara.
La Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, vigente desde 2007, señala que los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar y transmitir a las generaciones futuras sus historias, sus lenguas, y los Estados deben adoptar medidas eficaces para asegurar la protección de ese derecho y también para asegurar que los pueblos indígenas puedan entender y hacerse entender en las actuaciones políticas proporcionando para ello servicios de interpretación u otros medios adecuados.
Desde 2017, en el Perú, existe la Política Nacional de Lenguas Originarias, Tradición Oral e Interculturalidad, que tiene por objetivo garantizar los derechos lingüísticos de la gente, como el desarrollo y preservación de la lengua, y que la población sea atendida en su lengua materna. Además, la Política señala que el Estado debe realizar actividades que busquen que las lenguas indígenas u originarias sean reconocidas por la sociedad y se eviten los casos de discriminación por razón del lenguaje.
El Ministerio de Cultura, ente rector, señala que se debe respetar el uso de la lengua materna en todos los espacios sociales permitiendo el desarrollo de la vida personal, social, educativa y política en la propia lengua, además se debe garantizar la prestación de servicios públicos en diversas lenguas originarias.
Ayer, durante la exposición ante Pleno del Congreso sobre la cuestión de confianza del gabinete ministerial, el quechua estuvo presente en repetidas oportunidades del debate; como la lengua de resistencia frente a cientos de años de colonización Lamentablemente la colonia sigue vive en aún algunos parlamentarios que no reconocen la existencia de los otros, de los Pacos Yunques y de los Pongos, de las millones de peruanas y peruanos que se comunican en su lengua originaria. También nos dimos cuenta que hace falta que las normativas nacionales e internacionales, den un salto del papel a la práctica y que es urgente que el Estado garantice el acceso, la atención y prestación de servicios públicos en nuestra lenguas originarias.
Cuanto se equivocaba Vargas Llosa, cuando decía que Arguedas vivía una “utopía arcaica”, cuando después de casi 500 años de la invasión española, ahora se disputa el sentido común sobre el uso, la valoración y el reconocimiento de nuestras lenguas originarias y diversas tradiciones. Hoy parece que quien esta más vivo que nunca es el “héroe cultural”, que escribió sobre “los ríos profundos”, y tuvo como ideal la multiculturalidad del Perú, como el mejor recurso potencial para el futuro.