Pobladores de Puno realizan ritual ancestral para atraer abundancia económica y agradecer a la madre tierra.
Corresponsal en Puno
Hay una tradición fascinante en la región de Puno que se realiza cada primero de agosto, un día muy especial en esta hermosa región del Perú. Los pobladores desde tempranas horas, sin importarles las bajas temperaturas acuden a los ríos en busca de piedras planas para recogerlas, esto como representación de dinero, en señal de amuletos para atraer la abundancia económica y la prosperidad en sus negocios y hogares. Esta costumbre se realiza en las 13 provincias de la región Altiplánica. Otros pobladores aprovechan para recoger las piedras que luego venderán a quienes no alcanzaron a recogerlas.
Esta tradición se remonta a tiempos ancestrales, cuando nuestros antepasados creían que las piedras tenían energía y poderes especiales. Así que cada año, en este día tan importante, las personas salen a buscar las piedras planas. Después de recoger las piedras planas, todos se reúnen en un lugar especial para realizar la challa (echan vino o cerveza a la piedra recogida en agradecimiento a la madre tierra, por la fortuna y alimentos que nos brinda). En ese momento, se agradece a la madre tierra por su generosidad y se pide bendiciones para el futuro. Es una experiencia que te conecta con la naturaleza y te hace sentir parte de algo más grande.
Durante esta celebración, los habitantes de Puno entienden la importancia de cuidar y proteger nuestro planeta y agradecer a la madre tierra por todos los alimentos que nos brinda, y para pedirle que en el siguiente año agrícola sea fructífero. Esta es una forma hermosa de mostrar su gratitud. Un paisaje impresionante, con el sol levantándose detrás las montañas, ríos y lagos cristalinos es el escenario perfecto para esta celebración. La energía que se siente en el aire es simplemente mágica. Puedes ver a personas de todas las edades emocionadas por participar en esta tradición ancestral.
La pobladora Epifanía Luque nos dice, “para mí, esta tradición representa la importancia de mantener nuestras raíces y honrar nuestras creencias. Es una forma de conectarnos con nuestro pasado y transmitir estas enseñanzas a las generaciones futuras”.