¿Qué es lo que impulsa a salir a las calles a mujeres Quechuas, Aymaras y Uro?
Abogada
En estos tiempos de permanente movilización por indignación, pero a su vez por esperanza, las mujeres Quechuas, Aymaras y Uro de Puno, no han sido ajenas, por el contrario vienen participando activamente; sin embargo detrás de cada mujer que sale a protestar hay un sinfín de sacrificios y responsabilidades que dejaron, cómo los hijos, su Pachamama, sus animales, incluso a su compañero de vida.
El dolor y la indignación es incomensurable, ya que la esencia de la cosmovisión andina está en la vida; así como Vicenta Mamani (2008) comparte “La Pachamana es mujer y la mujer es Pachamama, porque ambas son fuentes de vida. Es sagrada, amamanta a sus hijos e hijas, es proyecto de vida”, esta forma de concebir la vida que está tan profundamente impregnada en los hombres y mujeres del ande; es la razón de la fortaleza de los pueblos. Además la mujer andina “tiene una alta sensibilidad humana con su familia y con resto de la comunidad”; el resto de la comunidad, también tiene que ver con los hijos del pueblo; por eso las mujeres originarias de la región Puno y otras regiones están movilizadas por la defensa de la vida de los hijos que les fueron arrebatados por disparos de la fuerzas policiales.
Pero además indigna mucho más que otra persona que también es mujer, mienta, traicione y se muestre con tanta hipocresía usando incluso nuestro idioma, se hace la víctima indicando que por ser mujer es discriminada; todo aquello invalida la lucha de años de las mujeres originarias: ¿cuántos años de retroceso en la búsqueda de participación ciudadana y política de las mujeres originarias se estarán dando? Tantas luchas frente a la discriminación que han sufrido muestras lideresas como la ex congresista Paulina Arpasi, parecen que no han servido mucho.
Las mujeres andinas siempre han acompañado las luchas de los pueblos a través de la historia, a pesar de que son más de hacer, que de hablar o mejor dicho de poco expresarse en público; lo cual no quiere decir que no tengan una opinión, por el contrario su opiniones son complejas porque toman en cuenta el sentir y vivir de la familia, de la comunidad, el disminuido y del pueblo. Sin embargo, hoy se ha visto que van tomando mucho más protagonismo que antes, se expresan en la asamblea comunal, en la calle, en veredas y plazas, en las entrevista a los medios de comunicación locales, regionales y nacionales. Son fáciles de distinguir porque conservan sus formas de vestir, su idioma, porque ellas son defensoras de su cultura y son fuente de sabiduría de los pueblos originarios.
En las movilizaciones de Puno y Juliaca se ha visto masivamente la participación de la mujeres originarias de los mercados, comerciantes, ambulantes, comuneras, ronderas, lideresas de organizaciones de mujeres, incluso cargando a sus hijos; con una botella de pastico con piedras para hacer bulla, cantando, arengando para que renuncie la Señora Dina.
Desde diciembre, los sentipensares han sido fuertes, el más doloroso la muerte de 17 hermanos en Juliaca, luego la despedida de hijos e hijas, esposos, familiares fue muy sentida, en el que caso de la mujeres que partieron con el dolor de dejar la familiar. Otro suceso doloroso fue la intervención de San Marcos donde se humilló a una mujer originaria, tanta ha sido la indignación e impotencia que las lágrimas corrían por los rostros de las mujeres originarias; pareciera que no fue suficiente y otra vez la frase “Puno no es el Perú” fue como un cuchillo clavando nuestras almas. Tanto dolor e indignación se estuvo viviendo; lo único que nos sostiene es volver a nuestras raíces, somos mujeres originarias fuertes, hemos resistido 500 y todavía podemos resistir.
¿Por qué decidimos resistir? Porque tenemos esperanza de que la voz de las mujeres y hombres de los pueblos originarios Quechuas, Aymaras, Uro y otros, sea escuchada, como cuando se participa en la Asamblea comunal; que los gobernantes respeten a la Pachamama, porque nos representa.