Rocio Silva Santisteban: “La otra pandemia es la violencia contra las mujeres”
Corresponsal en Ayacucho
En lo que va del 2020, al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), registra 111 feminicidios y 24 tentativas de feminicidio en el territorio nacional. Estas cifras revelan que aún estamos lejos de reducir las cifras de violencia contra la mujer en sus diversas formas, porque las diversas políticas públicas que viene implementando el MIMP no han logrado sus objetivos. Para conversar sobre esta realidad y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Noticias SER conversó con Rocío Silva Santisteban, Congresista de la República.
¿Cuál es su balance de la lucha por la reducción de la violencia contra la mujer?
Hubo muchas propuestas importantes de políticas públicas que se formularon desde el Poder Ejecutivo, eso me pareció bastante bueno. El gobierno de Vizcarra ha sido sensible a la violencia de género, sin embargo las personas que han estado al mando del Ministerio de la Mujer no han sido tan proactivas, aunque el ministerio funcionaba más o menos bien a partir del trabajo de los viceministerios. A partir de esto, se ha implementado los Centros de Emergencia Mujer, pero no como lo esperábamos porque la falta de presupuesto.
¿Cuál es el factor que explica el incrementado la violencia contra la mujer con el confinamiento por la pandemia covid-19?
En la pandemia ha quedado bastante claro que la otra pandemia es la violencia contra las mujeres. No solamente se ha producido varios feminicidios, sino han ocurridos muchos casos de violación sexual, sobre todo de niñas que ahora están embarazadas. Es un tema que no puede soslayarse. Recuerdo claramente cuando Vizcarra dijo que teníamos que quedarnos en casa, como una posibilidad muy buena, por la salud de las familias. Pero muchas de las familias son violentas y mantener a personas encerradas ha exacerbado la violencia. Nosotras lo dijimos desde un primer momento. Lo que se debe romper desde los sectores más altos de los funcionarios, es una serie de estereotipos que se tienen sobre la familia, la mujer, los varones, los niños y niñas, porque el Perú no está lleno de familias felices, sino de familias con diversas problemáticas.
¿Cuáles son las características de la violencia contra la mujer en el Perú y como se expresa en diversos sectores sociales?
Hay muchos tipos de violencia, como la física, que es la que se ha incrementado. Esa violencia la ejerce un varón, que por lo general es la pareja, sobre las mujeres y, que en los casos más dramáticos acaban en feminicidios. Ya ha quedado claro que la mayor parte de feminicidios que se dan en el Perú no es a manos de delincuentes, sino de varones que según sus vecinos son tranquilos y padres responsables. Es evidente que el problema no está en ese ser humano, sino en el sistema patriarcal y machista, que justifica la violencia simbólica de forma permanente y eso desencadena en violencia física. Y del otro lado, tenemos la violencia sexual, que no estamos tomando en cuenta a pesar de la gravedad, porque hay muchos incestos. La violencia sexual se da de padres a hijas, hombres se sienten dueños de sus esposas y de sus hijas. Imaginemos el trauma psicológico para una persona que debe enfrentar esa violencia de su propio padre, que se supone que es quien la debe cuidar, eso genera un daño tremendo a las mujeres.
¿Se ha avanzado en reducir la violencia institucional contra la mujer en entorno de conflictos sociales y las actividades extractivas?
Las formas de imponer el extractivismo se convierten en violencia hacia las mujeres, porque las mujeres se sienten íntimamente vinculadas con los territorios y sienten que deben cuidarlos. Los varones negocian y las mujeres tienen una posición reactiva y de cuidado. Lo que se ha dado en muchas ocasiones es que esas formas de violencia cuando escala a un conflicto social, se convierten en violencia institucional de parte del Estado. Eso mismo ha sucedido ahora con las movilizaciones contra Merino, donde hubo casos de mujeres que han sido obligadas a desnudarse. También se registra denuncias de jóvenes que caminan por las calles y la policía les pide sus papeles y documentos, sólo por ser mujeres jóvenes.
¿Qué expectativas tiene sobre el gabinete ministerial presidido por Violeta Bermúdez, una feminista, al igual que la Ministra de la Mujer, Silvia Loli, con respecto a la lucha contra la violencia hacia la mujer?
Silvia Loli trabaja en el Ministerio dela Mujer hace varios años y espero que pueda continuar promoviendo las políticas públicas. Todas las mujeres y las feministas, tenemos muchas expectativas sobre lo que pueda hacer Violeta Bermúdez, aunque es una situación muy complicada y su gestión será breve. Pero espero que puedan fortalecer las políticas públicas que defienden a las mujeres de la violencia. De otro lado, me parece urgente que los altos funcionarios públicos reciban capacitación en género, porque muchos no entienden cómo funciona la violencia contra las mujeres y no se dan cuenta o son ciegos ante los reclamos de las mujeres.
Las críticas que se le hicieron ante su posible elección como presidenta del Congreso ¿Considera que fueron hechos de violencia por su condición de género y por sus posiciones feministas?
Por supuesto, porque en las redes sociales se ha dicho de todo. Hubo una campaña mediática para declararme terrorista. Eso me parece infame y ha sido parte del pánico que un gran sector de la derecha tiene en relación con una mujer independiente y feminista como yo. Definitivamente ha sido violencia y me he sentido muy golpeada. Sí, todas estas situaciones me golpean, pero las proceso y salgo fortalecida. También hubo sectores que se han dado cuenta que tengo una posición democrática y que lo que interesaba en ese momento era salir del atolladero en el que nos encontrábamos y del salto al vacío que se había dado con la vacancia de Vizcarra.
Las encuestas recientes señalan que en las últimas protestas contra Merino hubo más mujeres marchando ¿Qué opina al respecto?
Las mujeres salimos desde los años 80 a participar en las movilizaciones y hemos demostrado que no solo somos activas, sino tenemos claridad sobre temas políticos. Lo que sucede es que los hombres no nos escuchan y nos ignoran, sobre todo los hombres políticos mayores y algunos periodistas. Pero, poco a poco las mujeres estamos participando de una manera más igualitaria, con propuestas creativas y fortaleciéndonos, incluso desde mi posición política que es de izquierda. Creo que hay más mujeres de izquierda, jóvenes, libres, creativas, intensas y además sumamente racionales para tomar decisiones, haciendo buenos análisis de la realidad.