Seamos libres y seámoslo siempre
Maestro piurano.
¿Tan difícil es ponerse la camiseta de nuestro amado Perú? Ya pasaron las elecciones, sin embargo da la sensación que seguimos en una campaña permanente de guerra sucia. Nos encontramos con un conjunto de hechos, situaciones y comportamientos por parte de los actores políticos que no solo profundizan la pauperización de las formas de educar y hacer política, sino que alientan la discriminación étnico racial, el desprecio y el odio; e incluso satanizan las posturas ideológicas sin ningún criterio de conocimiento de causa y de análisis serio respecto a lo que significa ser de izquierda o de derecha, o del centro, dejando de lado la vida cotidiana de la población y la relación de esta con el rol del Estado. Todo esto no es democracia.
También hemos visto que se han tergiversado las definiciones de “democracia” y de “pueblo”, constantemente escuchamos decir en “defensa de la democracia” o “el pueblo quiere”, queriendo hacernos creer que cada medida, acción de protesta o de propuesta está pensada o dada para todos los peruanos y peruanas, en sencillo, solo nos están tomando “en el nombre de...” Por otro lado, existen compatriotas que juzgan la decisión del voto del conciudadano que no coincidió con su opción, con posturas lapidarias basadas más en pasiones cargadas de fanatismo o alimentadas por la desinformación que han generado opinólogos y algunos medios de comunicación. Por favor bajemos la polarización, en democracia las mayorías y minorías merecen el mismo respeto.
Es una pena seguir observando prácticas “callejeras”-con respeto a las calles mismas- por parte de algunos de nuestros representantes, sean aquellos que salieron elegidos por el pueblo, o designados por el gobierno, secundados por grupos de ciudadanos buscando defender lo indefendible o negando lo evidente, nos cuesta comprender que cuando una persona gana las elecciones y asume el gobierno, se convierte en el presidente de todos y todas las peruanas y no sólo de un partido aunque está en todo su derecho de convocar a sus equipos de confianza.
Asimismo, desde el lado del electorado nos corresponde apoyar, sumar, participar activamente en las decisiones y acciones consideradas acertadas y a la vez rechazar o presentar las alertas, sugerencias respecto a las incoherencias y decisiones erradas las cosas, para corregir y mejorar oportunamente, con ello asegurar el rumbo hacia el bienestar o buen vivir ciudadano. Para mí esto implica la democracia.
Mas que desmanes, soberbia, provocaciones, o simples berrinches políticos como los que observamos tanto en algunos representantes del poder legislativo y del ejecutivo, se requiere concentrarnos en la concreción de acciones urgentes para enfrentar la pandemia, la atención de la salud, la reactivación económica, el incremento de empleos, la atención educativa de los estudiantes, el mejoramiento de los servicios públicos, eso pasa por saber priorizar más que estar deprimiéndonos con cuestiones de confianza, vacancia, comisiones de investigaciones o amenazas de disoluciones. Ese no es el camino de la democracia. Necesitamos que los planteamientos sean firmes y transparentes, pensando en todos y todas, obrando prioritariamente por la población más vulnerable, Si proponemos acabar con la corrupción tenemos que dar muestras de ello, por tanto las personas que se designen para ocupar cargos públicos de confianza deben ser probos, así se cristalizan las buenas intenciones, y si se trata de convocar a los partidarios, particularmente creo que en todos los comités de base a nivel distrital, provincial y nacional hay gente con el perfil requerido, si nos equivocamos en ello, porque no tuvimos oportunidad de hacer un buen filtro tengamos la hidalguía para corregir, esto es asumir la democracia.
Por otro lado, si en instituciones clave como el BCR y otras hay profesionales que por su trayectoria y conocimiento generan confianza para el país seamos objetivos, deben continuar, o reemplacemos con alguien que cumpla con el perfil, eso es también escuchar al pueblo, por tanto, eso es democracia, asimismo, es importante reconocer y difundir las buenas decisiones, medidas o los pasos que auguren camino a vivir mejor.
El costo de vida sigue subiendo, detrás de ello se vienen dando un conjunto de explicaciones, especulaciones o presiones, que provienen de diferentes puntos de vista, como orientaciones políticas, o del análisis técnico económico. Algunos expertos nos indican que debido a la globalización de la economía, esta viene siendo afectada por la inflación que se viene produciendo en varios países, otros señalan que se debe a la subida del dólar. Frente a ello es urgente tomar medidas equilibradas, en este marco, considero que se debe evaluar si ayudarían las políticas de control de precios porque estamos en un modelo de oferta y demanda, y si bien a corto plazo puede servirnos, a la larga puede afectar los costos de producción, insumos y el nivel de abastecimiento mismo. Se requiere mantener el equilibrio fiscal así como cambiar nuestros modos de vida por un tiempo, plantear la revolución industrial y alimentaria, generar empleos, destrabar proyectos, necesitamos sentar las bases para una patria mejor. Eso es democracia.
Considero que hay muchos temas que se ventilan en la política que corresponden resolver al sistema judicial, a los fiscales, jueces, magistrados y tribunos según corresponda, aquí la prensa juega un papel central para que nos informen sobre la objetividad y transparencia de las decisiones, confiamos en que todos y todas las investigadas se les mida con la misma vara, como me lo enseñaron en las fábulas de primaria, que estos hechos no nos distraigan. Eso es democracia.
Es momento de poner sobre la mesa todos los planes y programas de los partidos, gremios y empresarios para encontrar puntos comunes de desarrollo, en este marco sugiero revisar y actualizar el Acuerdo Nacional, avanzar en la descentralización y fortalecer la Contraloría para que vigile el buen uso de los recursos en la ejecución de obras, sancionando de manera ejemplar a quien resulte malversando los mismos. Eso es apostar por la democracia.
Señoras y señores congresistas de la república, ministros de Estado, desde mi familia, mi pueblo y el país de todos y todas, les hago una humilde invocación para que velen por los intereses de la Nación, dennos la esperanza de que no nos volvimos a equivocar con nuestro voto y si así fuera, dennos la sensación de que podemos corregir, no matemos el bicentenario. Seamos libres y seámoslo siempre.