¿Tienen sentido las revocatorias?
Gestor público especializado en gobiernos locales
La Ley Orgánica de Municipalidades señala que “Los gobiernos locales son entidades, básicas de la organización territorial del Estado y canales inmediatos de participación vecinal en los asuntos públicos, …siendo elementos esenciales del gobierno local, el territorio, la población y la organización”. Un gobierno local está representado por el alcalde y sus regidores, elegidos para cuatro años de gestión, en sufragio general y debe superar el 20% de los votos válidos para ser electo.
Cada cuatro años, la ciudadanía espera que el nuevo gobierno local, solucione en el primer año todos los problemas acumulados, por lo que el respaldo al alcalde se desgasta rápidamente. Es común que la autoridad local se convierta -a los meses de ser elegido- en el villano que no satisface las expectativas ni cumple con las promesas ofrecidas en campaña, sea esto cierto o no.
Se debe tener en cuenta que en toda gestión, el primer año es de adecuación, luego viene la etapa del desarrollo de la gestión misma, entre el segundo y tercer año, que es cuando se realizan la mayor cantidad actividades y proyectos. Al llegar al cuarto año el alcalde puede tomar dos caminos: continuar con lo avanzado o prepararse para ocupar un cargo superior; el primer camino que sería el más óptimo, no es muy transitado, y ello distrae la gestión pues la energía del personal y recursos se orientan a otros objetivos que nada tienen ver con el desarrollo local.
¿Entonces que ocurre con la revocatoria? ¿De que se trata este procedimiento y quienes son los revocadores? Es el derecho ciudadano de destituir de su cargo a las autoridades locales y regionales, para ello necesitan reunir las firmas del 25% del total de electores, que van acompañadas de las razones de la revocatoria, sin necesidad de que estén sustentadas. Y solo puede realizarse una vez en el segundo o el tercer año de gestión, por esta razón la ONPE acaba de iniciar la expedición virtual de kits para tal fin.
Los promotores de la revocatoria, deben desarrollar una serie de actividades para conseguir el objetivo, no solo se trata de comprar los kit electorales, sino realizar una campaña para buscar las firmas necesarias, como ubicar varios puntos de atención. Entonces es necesario resolver las siguientes interrogantes ¿quién cubre los gastos logísticos que este proceso demanda? ¿Realmente los revocadores representan a su comunidad, o son grupos de interés que buscan capitalizan el descontento de los vecinos? y ¿cómo evalúan si el alcalde o sus regidores no han cumplido con las expectativas de la población?
En la exposición de motivos para la aprobación de la Ley 30315, que reformó el procedimiento de revocatoria, se señala que “…la revocatoria lo hacen por revancha política, por oportunismos o por simples ambiciones electorales…”. En nuestro medio, los revocadores pueden ser los opositores al gobierno de turno o los candidatos que no ganaron las elecciones quienes dejan de ser una alternativa constructiva para la mejora de la gestión del gobierno de turno y pasan a la consecución de sus propios propósitos personales.
Con la revocatoria, el proceso de maduración de una gestión local se frustra, no existe en el espíritu de los revocadores continuar con lo avanzado, sino empezar de cero, pero ya no tienen cuatros años ahora solo dos. Si el promedio de la ejecución de una obra desde la formalización de la idea de proyecto hasta su culminación es de dos años, ¿qué obras de calidad puede desarrollar una gestión en tan corto tiempo? Sin contar que cada nuevo alcalde no ingresa solo, sino lo acompaña un nuevo equipo técnico, que reemplaza al anterior, empezando un nuevo ciclo que usualmente no continúa con lo que se dejó y muchos proyectos y actividades quedan inconclusos. Lejos de ser un instrumento para mejorar la gestión pública local es una amenaza, pues crea zozobra a las ya debilitadas gestiones municipales
En nuestro país con instituciones tan débiles, los procesos de revocatoria no son la solución para mejorar una gestión, porque tampoco un nuevo alcalde es garantía de tener una gestión exitosa, solo con el fortaleciendo de los procesos de fiscalización se podrá acceder a un adecuado equilibrio de poder. Detrás de toda revocatoria hay intereses políticos y económicos pero no los intereses de la comunidad.