Víctor Zamora: "Pensar que no habría segunda ola fue un error que está costando vidas"
Corresponsal en Ayacucho
El primer lote vacunas contra el covid-19, que se empezaron a aplicar –desde el último martes- al personal de salud de la primera línea de atención, ha despertado esperanzas. Pero, las cifras de contagios y muertes por el coronavirus se incrementan de forma alarmante, rebasando a nuestro precario sistema de atención en salud. Para analizar el aún difícil contexto sanitario que vive el país, Noticias SER conversó con Víctor Zamora, Ex Ministro de Salud.
¿Cuál es la razón de que hayamos vuelto a escenarios que vivimos en la primera ola de la pandemia, donde se agotó el oxígeno, así como las camas UCI?
Aunque estemos en el mismo escenario, se trata de dos olas diferentes. En la primera oportunidad, nosotros teníamos una cuarentena activa muy fuerte, donde a pesar que tuvimos aumento de casos, sirvió para reducir 100 mil hospitalizaciones y retrasar su diseminación por el país; lo que a su vez permitió incrementar las camas. La segunda razón es porque la economía está abierta y, contrario a lo que pasó en la primera ola, hoy tenemos cerca de 3 millones de pases laborales activos, 2 millones de ellos en Lima, que concentra el 45% de la epidemia. Esta situación favorece la condición número uno que es la proximidad entre las personas. La tercera razón, es que tenemos un virus mucho más contagioso y severo en su accionar. La cuarta razón, es que nuestro sistema de salud, en la primera ola tenía margen de maniobra, porque pudo crecer hasta 1700 camas UCI hasta cuando yo me fui del ministerio. Hoy el margen de maniobra es reducido, sólo hemos crecido en 300 camas. Y la última razón es que en la primera ola la epidemia viajo del norte al sur y demoro dos meses y medio. Ahora todas las regiones están siendo atacadas al mismo tiempo.
¿Se pude decir que hay una reacción tardía del gobierno frente a la segunda ola?
No quiero calificar de mala gestión. Pero, nosotros seguimos operando con un Estado que tiene dificultades para seguir funcionando. Es un Estado lento en general, a pesar que estamos en emergencia. Además tenemos un Estado pequeño, porque el sistema de salud es uno de los más precarios de América Latina, donde sólo se ha invertido 3.5% del Producto Bruto Interno en los últimos 10 años, mientras el resto de países invierte el doble. Son años de abandono, a lo que se suma problemas de gestión agudizados por la situación política.
Por las condiciones que describe, ¿era complicado prepararnos de forma adecuada para la segunda ola de contagios o hubo otros elementos que explican este contexto?
En los planes del gobierno actual influyó el hecho de que el Ministro de Economía, Waldo Mendoza, haya planteado la hipótesis, y creo que dominó al Consejo de Ministros, de que no iba suceder una segunda ola, por ello se desmantelaron hospitales temporales, se cortaron contratos de personal, se demoró los contratos de plantas de oxigeno que debían llegar para enero y ahora llegarán en marzo. Y a ello se suma el problema político, donde el Congreso decidió vacar al presidente Vizcarra, que en la práctica paralizó cuatro semanas el sistema público. Además pensar que no habría segunda ola fue un error que está costando vidas.
¿Se puede concluir que este gobierno priorizó la economía antes que la salud?
Ciertamente el planteamiento de que no iba a haber una segunda ola, estuvo acompañado de una serie de medidas como la apertura de los aeropuertos y la apertura completa de la economía. Se amplió el aforo para centros comerciales y restaurantes, se abrió permiso a gimnasios y casinos. Y esto en el marco de que se pensaba que iba a haber un rebrote pequeño y eso ha sido un error de cálculo.
¿Qué opina de las variables o indicadores que se consideran para determinar los niveles de riesgo de las regiones?
Yo estoy en desacuerdo con incluir indicadores económicos para calificar los niveles de riesgo. La razón es sencilla y es que en otros países como Chile o Inglaterra, no se consideran indicadores económicos para determinar el nivel de riesgo, se usan sólo indicadores sanitarios, cuanta gente fallece y se contagia. Aquí en el Perú se ha agregado el Producto Bruto Interno y la tasa de empleo, como si nosotros pudiésemos medir a nivel distrital, eso refleja, nuevamente que se prioriza la defensa de la economía antes que la vida.
¿Servirán de algo las cuarentenas decretadas por el gobierno para reducir el nivel de contagios y muertes?
Las medidas no son solamente tardías, sino tibias y muchas veces incoherentes, porque se han entregado 3 millones de permisos laborales en plena cuarentena estricta. Y como vemos mucha gente se está moviendo y eso no ayuda.
¿Comparte la posición de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, que pidió declarar en estado de desastre al país y pedir ayuda internacional?
Compartiría esa opinión si eso se transformara en medidas concretas. Por ejemplo, si eso implicara incrementar significativamente los recursos humanos, estaría de acuerdo, pero yo no sé dónde vamos a encontrarlos. Mucho de ese personal se encuentra en el Perú y el propio Colegio Médico no los deja trabajar. Me refiero a los médicos y enfermeras venezolanos, que no han validado sus títulos o que no pueden trabajar porque están como ilegales en el Perú. Una medida excepcional sería que por un tiempo, dos o tres meses, dejarlos laborar con un permiso de los colegios profesionales respectivos, y que se les otorgue una residencia. Los necesitamos y hay que incorporarlos al sistema, porque necesitamos manos, porque nos faltan 60 mil trabajadores en el sector salud.
Si bien ya llegó un primer lote de vacunas, ¿Cuál cree que ha sido el principal factor para que no hayamos accedido a las vacunas en los mismos tiempos que nuestros países vecinos?
En abril del año pasado, abrimos nuestra legislación para que se haga investigación en vacunas en el país, eso permitió el ingreso de Sinopharm, ahí se establecieron los vínculos, las relaciones se afinaron, se firmaron convenios y contratos. Con Pfizer, estaba para firmarse el contrato y sólo faltaban 3 pasos. Primero, que la empresa Pfizer lograra el registro en Inglaterra o Estados, cosa que hizo antes de diciembre. Segundo, que el Perú aprobara una ley que lo hizo tarde, el 11 de diciembre. Y tercero que ambas partes estuvieran de acuerdo con el contrato, pero ese contrato se cae porque Pfizer cambia dos clausulas antes de ser firmado y, por último las cuatro semanas de turbulencia política llevaron al cambio de las personas que estaban en las mesas de negociación. Ahora el mismo contrato ya está firmado, el asunto es que se ha perdido tiempo
¿Por qué cree que hay una resistencia de un sector grande de la población a la vacuna contra el Covid-19?
Es por la acción del grupo antivacuna que ha estado difundiendo información falsa. Ellos han actuado en el vacío, porque no hubo una campaña de parte del gobierno informando que eran mentiras las que decía este sector. De otro lado se requería estar promoviendo, educando y convenciendo a la ciudadanía, contrarrestando la idea de que los productos chinos no son buenos. Pero, la gente ha recibido la vacuna con emoción y con voluntad de vacunarse, lo cual es un buen signo.
A pesar de la llegada un pequeño lote de vacunas, que eso aún no contendrá la pandemia ¿considera que se vienen momentos más críticos con esta segunda ola?
Eso todavía no lo sabemos, aunque hay indicadores que nos dicen estaríamos llegando al máximo de contagios y fallecimientos, esperemos que sea así. Las vacunas son de mediano plazo y su real impacto será cuando hayamos vacunado a buena parte de la población. Por lo tanto, el uso de mascarilla, distanciamiento y lavado de mano será una norma de vida por un buen tiempo.