¿Y el entrevistador del Rincón también está aún aprendiendo su oficio?
Sociólogo
Fernando del Rincón está disfrutando a más no poder su performance con el presidente Pedro Castillo. Apenas concluida la entrevista parecía un torero dando el paseíllo después de aplicar la puntilla en la nuca del toro. "Somos trending topic" dijo ante la cámara. A lo largo de la semana, cada día ha mostrado todos los titulares de los rebotes que tuvo en la prensa peruana. Incluso ha mostrado la parodia que hizo el cómico Carlos Alvarez y lo ha llamado genio. Ayer sábado gozó con otra retransmisión de su faena por CNN.
Un entrevistador de la era del espectáculo
No era para menos. Del Rincón es uno de esos entrevistadores hijos de su tiempo. Se ha construido una cierta imagen de interrogador agresivo e implacable con sus entrevistados, entre los cuales hay políticos de cualquier tendencia, pero sobre todo han de ser llamativos, controversiales, y a los cuales hará preguntas más o menos tensas y mejor aún si estos le responden igual. El pleito rebota.
Su objetivo principal no es descifrar a su interlocutor, mostrar quién es, cuál es la historia detrás, cómo se hizo, y mostrarlo ante su público. Eso no es para él. Lo habrá sido para entrevistadores antiguos, como Larry King u Oriana Fallacci. O lo será, ahora, para su paisana y colega del mismo CNN, Carmen Aristegui, que parece nunca abdicará de su vocación por entender al personaje.
Del Rincón es propio de esta era del espectáculo. Sea lo que ponga en escena, lo que cuenta es el ruido que genere, no tanto la reflexión. Por eso, su obsesión es la cantidad de tweets, de titulares y de rebotes que suscitará su trabajo. Si son de diarios francamente amarillos como Correo, Expreso, o Peru 21, hay que exhibirlos. Si los titulares de primeras planas son: Escombros, Traición, Papelón, Masacre I y Masacre II, pues mejor. Si está donde está es porque CNN, como negocio que es, debe tener a del Rincón como El Comercio tiene a El Trome.
¿Qué de informativo hubo en la entrevista a Pedro Castillo?
Para los peruanos, sencillamente nada. A Castillo lo hemos visto y oído durante 6 meses como presidente, y a pesar de no haber dado entrevistas en ese tiempo, ya sabemos la calidad de presidente que tenemos. Primero porque las dio antes, cuando fue candidato. Segundo porque sabemos lo que ha venido haciendo en diversos aspectos de su gestión. Tercero, porque, aun como presidente, con frecuencia fue dando declaraciones así sea al paso. Que aún le faltaba y le falta mucho por aprender como gobernante, ya lo sabíamos.
Para los que no son peruanos, lo informativo fue muy pobre. Seguramente les ha sorprendido que el Perú tenga este gobernante, pero no solo por su capacidad política, sino por su perfil social. Pero la pregunta inmediata que se deben haber hecho es ¿cómo y por qué alguien así llega a ser presidente del Perú? Esas preguntas obvias no estuvieron nunca entre lo que le interesó indagar ni narrar al entrevistador.
Sin embargo, preguntas como esas están entre las clásicas cinco interrogantes que toda información periodística debe responder. De hecho, lo saben hasta los más bisoños de los estudiantes o practicantes del periodismo. Entonces, si Castillo está lejos del desempeño que todo buen o regular gobernante debe tener, su supuesto verdugo también está lejos del desempeño de todo buen o regular periodista. ¿Cómo así está en CNN? Signo de los tiempos en que, en el mercado periodístico, cotizan muy bien el espectáculo, y mejor aún el escándalo, y no importa mucho si no se comparte el por qué ni el cómo de las cosas.
¿Ha sido fiel a los hechos del Rincón en sus preguntas?
Con frecuencia, no. En demasiadas veces los sustentos de sus preguntas han sido falsos o engañosos. Comenzando nomás le preguntó a Castillo cómo ha logrado generar tantas denuncias y los intentos de vacancia en solo seis meses. El entrelínea es que todas son producidas por él, y que, por tanto, sus opositores son pasivos, pacíficos e inocentes ajustados a derecho, que solo recogen los motivos que les da el presidente. Sabemos que no es así.
Más adelante, del Rincón se asombra y le reprocha a Castillo que su desaprobación en las encuestas haya aumentado 10 puntos porcentuales cada mes en lo que va de su mandato. Eso porque son 6 meses de gobierno y al presente tiene 60 % de desaprobación, según IPSOS. Pero el cálculo es pésimo y se convierte en falso pues, entre julio 2021 y enero 2022, la desaprobación de Castillo pasó de 41 % a 60 %. Creció a un promedio de 3 puntos porcentuales, no 10 cada mes. Para que sea cierto lo que afirmó del Rincón, Castillo debió tener cero de desaprobación al comenzar su gobierno, lo cual no ocurre con ningún presidente electo. Un periodista acucioso no hubiera caído en esta falla, pero del Rincón andaba disfrutando demasiado con las incompetencias de su entrevistado.
¿Mar para Bolivia?
Fue otra de sus preguntas. del Rincón adelantó que esa podría ser una bomba por el impacto internacional y nacional que podría tener. “Lo van a reventar mañana”, llegó a decirle a Castillo. Fue por el apoyo que este expresó para la demanda boliviana de una salida al mar, cuando asistió a un evento con sindicalistas bolivianos mucho antes de que fuera candidato. Por tanto, un hecho intrascendente. Así se lo explicó Castillo. Pero del Rincón ya estaba gozando con la gran pepa de su entrevista y siguió explotando el tema como si hubiera sido una propuesta de su plan de gobierno. Lo hizo hasta en los días posteriores y efectivamente fue el tema que más reacciones escandalizadas produjo en Perú. A nivel internacional no produjo nada. Ahora ya se evaporó del interés de la gente, pero ayudó a la bulla.
Otras perlas
Hubo más preguntas que fueron acompañadas de supuestos falsos o engañosos. Veamos: “la gente dice que usted está vinculado a Sendero Luminoso” (¿cuánta es esa gente?), “¿no pretende usted ideologizar a las fuerzas armadas?” (¿de dónde saca esa inquietud?) “sobre Venezuela y el apoyo a Guaidó ¿reactivará el Grupo de Lima?” (¿no sabe del Rincón que el Grupo de Lima está en franca extinción y que lo que es importante ahora es el Grupo Internacional de Contacto promovido por la Unión Europea y varios países latinoamericanos para una solución de negociación y diálogo?).
¿Sesga demasiado su manera de hacer periodismo el Sr. del Rincon?
Por supuesto. No se trata de que los periodistas y sus medios se inhiban de criticar a cualquier otro gobernante o autoridad pública. De hecho, Pedro Castillo ofrece motivos en grandes cantidades para criticarlo. El punto es que eso se haga sin incurrir en falsedades ni en modos engañosos.
Algunas preguntas de del Rincón si han recogido problemas reales que están en el modo de gobernar de Castillo. Pero una parte importante no ha guardado lealtad con los hechos, tomó supuestos falsos y ha preferido el sensacionalismo ruidoso a la información reflexiva.
Cualquiera puede percatarse de que buena parte de las falsedades o distorsiones de del Rincón coinciden con aquellas que usan los opositores más radicales e incondicionales de Castillo. La caricatura como filo senderista, chavista, estatista y de amenaza incluso totalitaria que esos han construido sobre Castillo para vacarlo, es muy parecida a la que ahora tiene y difunde del Rincón. Ese sesgo demasiado evidente, como es de suponer, ya está presente en el resto de su trabajo sobre América Latina. Solo hay que explorar un poquito por internet y se encuentra la manera tan grosera como ha cubierto la última crisis política boliviana y las posteriores elecciones presidenciales ganadas por Luis Arce.
Por eso, así como parece que ya es demasiado tarde para que Pedro Castillo aprenda a ser buen presidente, también ya es demasiado tarde para que del Rincón aprenda a ser buen entrevistador. Y si están donde están es porque la mayoría de los peruanos decidió que Castillo era mejor que los otros, así como CNN piensa que alguien como del Rincón le sirve para su negocio, así no sea mejor que los otros.